Notimex: El fin de una era para el periodismo mexicano

Aún recuerdo mi primera vez en Baja California 200, unas letras rojas en 3D custodiaban la entrada de ese alto edificio en la Ciudad de México. Las instalaciones eran sencillas, en “mesa nacional” había un área destinada para los editores y otra para los redactores, aunque este último lugar lo ocupamos los practicantes. En aquel entonces estaba muy emocionado por hacer notas y haber entrado a Notimex. 

Uno de los regaños más grandes que tuve fue haber pasado por alto un boletín de Angélica Rivera, la entonces esposa del presidente Enrique Peña Nieto. Mi labor era subir las notas de los reporteros al sistema y llenar una base de datos, como premio podía “revolcar” los boletines que llegaban al correo. Ahora ese recuerdo se quedará en mi mente y las oficinas desocupadas: después de tres años de huelga, el gobierno federal confirmó la desaparición de la agencia de noticias del Estado mexicano. 

Notimex nació a raíz de los Juegos Olímpicos de 1968, la intención era contribuir a mejorar la perspectiva de México ante el mundo a través de información noticiosa, y con el tiempo se convirtió en una herramienta extra para la comunicación del Estado. Aunque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sólo “disfrutó” de unos meses de Notimex, por el estallido del problema laboral, hoy el presidente confirmó que no necesita de este organismo. “No es algo que nos haga falta como gobierno. Tenemos la mañanera”, afirmó.

En los últimos años ha cambiado la forma en que funciona la opinión pública, una de las teorías que trató comprender su funcionamiento fue la agenda setting, donde a través de varias metodologías se buscaba saber qué factor era el predominante: la clase política, los medios de comunicación o la sociedad. Hoy las redes sociales vinieron a mover toda la jugada, tal vez por eso López Obrador las calificó como “benditas”. 

¿Para qué tener una agencia que distribuya los mensajes clave del gobierno cuando puede hacerlo por sí mismo? López Obrador comprendió que puede estar en la televisión, en los celulares y en cualquier aparato electrónico sin necesidad de los medios. Este “reality show”, como lo han calificado algunos, ha tenido éxito y el estudio de Poligrama lo respalda: el 68% de los encuestados dijo estar a favor de las conferencias matutinas, mientras que el 65% declaró que la mañanera los ayuda a estar más informados. 

La extinción de Notimex no representa un golpe para los canales de la información del Estado, por el contrario, devela el fin de una era de comunicación el gobierno. Hay un gran reto para el periodismo mexicano, no sólo en ser un contrapeso a la comunicación dogmática que expresa el presidente por las mañanas, sino en crear mejores contenidos para el lector. 

Es urgente cambiar el modelo de negocios de los medios de comunicación, aunque para algunos la publicidad oficial forma parte del pasado setentero, los ingresos de privados aún son importantes. Para algunos sitios web es fundamental mantener un buen índice de clic aunque tengan que retomar temas de poca trascendencia pública como videos virales de TikTok o “estirar” la muerte de un famoso para mantener las métricas. ¿Agenda setting? Ahora las redacciones digitales, sobre todo de breaking news, tiene como herramienta principal las plataformas que miden las tendencias. 

Para hacer un reportaje de largo aliento o un contenido de valor no sólo se necesita dinero y recursos para la investigación, también una estrategia de difusión para que el material permee en la audiencia. Y aún con ello no está garantizado el éxito que se puede esperar de un reportaje. Las redes sociales aunque son una herramienta poderosa también han complejizado la difusión de los mensajes. El algoritmo de estas plataformas ha personalizado el feed con contenido específico para cada persona, ahora cada uno obtiene una perspectiva de la realidad enfocada a gustos y preferencias, las noticias son cada vez más personales. ¿Beneficio o barrera? 

México no necesita una agencia de noticias gubernamental, requiere mejores condiciones laborales para las personas que hacen periodismo y una especialización del personal en cada fuente, también un modelo de negocios que no dependa de intereses financieros ajenos al periodismo, al igual que el público exige y pague por contenidos de valor. Démosle las gracias a Notimex por las veces nos ayudó y busquemos cómo crear un nuevo paradigma.