
Investigadora de Energía y Medio Ambiente en el Imco. Tiene experiencia en temas de calidad del aire, electromovilidad y economía sustentable. Durante su trayectoria profesional ha contribuido a generar evidencia para el desarrollo de la política ambiental en México. Es ingeniera ambiental egresada del Instituto Politécnico Nacional con un enfoque en sustentabilidad y cambio climático
¿El cambio climático impacta más a las mujeres?
México requiere incorporar un enfoque de género en los planes de mitigación de emisiones, principalmente en los sectores de energía e industria, ya que son los sectores con mayores emisores de CO2 en el país.

México requiere incorporar un enfoque de género en los planes de mitigación de emisiones, principalmente en los sectores de energía e industria, ya que son los sectores con mayores emisores de CO2 en el país.
El cambio climático es probablemente el principal problema de acción colectiva que enfrenta la humanidad. Es consecuencia del uso intensivo de combustibles fósiles en la movilidad y la generación eléctrica, así como el desarrollo industrial y la deforestación.
De acuerdo con el Índice de Riesgo Climático 2020, esta realidad ha afectado de manera significativa a los países de América Latina, entre ellos México, en comparación con naciones como Japón y Filipinas que presentan los índices de menor riesgo.
En particular, México ha visto un incremento de la temperatura de 1.6 °C en los últimos 40 años. Esto acentúa el número de sequías, la desertificación y el aumento del nivel del mar, lo que obliga a la sociedad mexicana a adaptarse al cambio inminente.
Aunque el cambio climático afecta a toda la población, las mujeres y las niñas suelen ser impactadas en mayor proporción, porque el fenómeno climático reduce la disponibilidad de recursos naturales como alimentos y agua, de los cuales las mujeres suelen ser las principales usuarias –ya que son ellas las que usualmente proveen de estos recursos a sus familias– y, por lo tanto, aumenta el trabajo que realizan para obtenerlos.
Además, las mujeres son más propensas a los impactos climáticos en la salud. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, las enfermedades debido a los cambios abruptos en la temperatura –como las respiratorias– impactan a 64% de las mujeres en comparación con 25% de los hombres. Cuando se trata de inseguridad alimentaria, 79% de las personas impactadas son mujeres y 14% son hombres.

Al mismo tiempo, las mujeres comúnmente están subrepresentadas en la toma de decisiones relacionadas con el fenómeno climático, lo que ocasiona que sus necesidades tiendan a ser desapercibidas al no ser consideradas en los espacios de diálogo y decisión. A esto se le suma la falta de datos que midan los impactos climáticos diferenciados entre hombres y mujeres en nuestro país y a la falta de oportunidades para que las mujeres puedan protegerse, adaptarse y prepararse ante dichos efectos.
México requiere incorporar un enfoque de género en los planes de mitigación de emisiones, principalmente en los sectores de energía e industria, ya que son los sectores con mayores emisores de CO2 en el país. Además de aumentar la participación de las mujeres en estos sectores, y tener en cuenta sus requerimientos durante el diseño de programas de prevención y adaptación, principalmente en aquellas regiones del país con mayor estrés hídrico e inundaciones.
Para esto, el país requiere de una mayor sinergia y trabajo colaborativo entre actores de las entidades federativas y la federación, por ejemplo, entre el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), las autoridades estatales y municipales para promover acciones para hacer frente al cambio climático. Estas acciones requieren ser adecuadas a los impactos regionales, a los distintos grupos poblacionales –incluyendo a las mujeres y niñas–, y deberán contar con indicadores que ayuden a evaluar su eficacia a través del tiempo.