La violencia económica es violencia

Activista, luchadora social y promotora de los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños, personas con discapacidad, comunidades indígenas y personas LGBTQ+. Presidenta de la Asociación Civil Rosa Mexicano. @catymonreal_

La violencia económica es violencia
La realidad de la violencia económica en México es obstáculo para la autonomía de las mujeres. Foto: AmarADestiempo/Pixabay.com

La violencia contra las mujeres tiene muchas partes invisibles. Es por lo que empezamos a tratar de nombrarla de distintas formas: micromachismos, simbólica, obstétrica, etc. Muchas veces cuando nos atrevemos a denunciarla nos falta, además del lenguaje, mucha empatía.

Esto porque hemos aprendido a normalizar la violencia contra las niñas y las mujeres. A pesar de que, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los hogares 2021, el 40% de las mujeres reconoce haber sufrido violencia en su relación actual o en la última. Cuando se sufre violencia en una relación de pareja, muchas veces se nos dice que las agresiones son “señales de amor”.  Es por lo que instituciones como el Politécnico Nacional tuvieron que crear el “Violentemetro” para identificar diversas manifestaciones que creemos “normal” en la pareja, pero que en realidad son violencia. ¿Cuántas veces se nos ha dicho que si no te cela no le importas? Es más, en otras ocasiones se nos dice que nosotras provocamos las agresiones. Las redes sociales están repletas de historias, reels y hasta memes sobre hombres hablando de que no pagan pensiones alimenticias porque “las mamás se lo gastan en sus uñas”, por dar uno de los ejemplos más burdos. Siempre es lo mismo: no te doy dinero porque no te lo mereces. Porque aún en el divorcio se busca controlar a la expareja.

Estamos ante la encrucijada de reconocer que estas prácticas van más allá de si tu expareja es bueno o no. No es sólo que “esté resentido”. Tu expareja está cometiendo un delito, y en muchos casos está atentando contra tu supervivencia. ¿Exagerado? Debemos recordar que, precisamente, el tema con la violencia contra las mujeres tiende a escalarse y lamentablemente a tener repercusiones de por vida. Hoy el ex que le niega una pensión justa, mañana podría terminar en ir a buscarla en el trabajo para matarla.

Así entonces, le toca al Estado y sus poderes aplicar la perspectiva de género, para enfrentar las violencias en contra de las mujeres. En la perspectiva de género, los hechos se juzgan bajo un estándar que debe contemplar la situación y condición de las mujeres. Vemos los hechos con una visión que permite observar el contexto amplio, que es, que las mujeres experimentan el mundo de forma diferente por su condición de mujer. En el caso de la impartición de justicia, esto implica que es sólo a través de la perspectiva de género que podemos hablar de una justicia real y humanista.

En este sentido, celebro lo determinado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Amparo Directo en Revisión 7134/2018. Quien amparó a una mujer que sufría violencia económica por parte de su pareja. Al hacer esto se reconoce que la violencia económica – agresión producida por la persona que ostenta el dominio económico, la manipulación para gestionar los gastos o la privación de recursos- afecta la supervivencia de la víctima, lastima la dignidad, la seguridad y la autonomía. De forma muy relevante se determinó que la violencia económica tiene como consecuencia que cese la sociedad conyugal.

Este tipo de violencia es de las menos visibilizadas, por lo que este amparo fortalece el marco de protección jurídica de las mujeres existentes.

Es importante empezar a realmente a juzgar con perspectiva de género. Esta es una de las claves para desenredar el patriarcado, que les ha negado sus derechos plenos a las mujeres. Por estereotipos y roles de género, se ha omitido o justificado las diferentes discriminaciones y agresiones que las mujeres pueden vivir en el matrimonio y su disolución. Este tipo de recursos legales nos ayudan a reivindicar el papel de la mujer en su matrimonio y socialmente.

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