Dispositivos electrónicos vs. humanos: ¿quién actualiza a quién?
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Doctora en Comunicación y Pensamiento Estratégico. Dirige su empresa BrainGame Central. Consultoría en comunicación y mercadotecnia digital, especializada en tecnología y telecomunicaciones. Miembro del International Women’s Forum.

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Dispositivos electrónicos vs. humanos: ¿quién actualiza a quién?
Los humanos no sólo debemos actualizar nuestros dispositivos sino también a nosotros mismos, así como a nuestras habilidades y conocimientos tecnológicos, para no quedarnos rezagados y fuera del vertiginoso ritmo de las tecnologías de la información. Foto: Envato Elements

En la era digital, la diferencia entre la conectividad de personas y máquinas se vuelve cada vez más difícil de entender. Los dispositivos electrónicos nos acompañan de una manera ya casi indispensable transformando nuestras vidas desde la comunicación, el trabajo, el estudio y el entretenimiento, e incluso son la causa de ajustes neuronales y psicológicos que nos han ido permitiendo evolucionar como seres en la hiperconectividad.

Ante esta relación simbiótica y el supuesto de que cada tanto, en un acto de innovación vamos cambiando de versiones de sistemas operativos para que nuestros dispositivos se mantengan a la vanguardia, la pregunta obligada sería ¿quién actualiza a quién?  Compañías tecnológicas deciden los tiempos y las mejoras en hardware, software y funcionalidades que necesitan un avance para ofrecer mayor eficiencia, conectividad y desempeño de los equipos electrónicos, sin embargo, para que el ciclo se cumpla, los usuarios deben re aprender y adaptarse a las nuevas características de sus equipos.

Es entonces cuando los humanos no sólo debemos actualizar nuestros dispositivos sino también a nosotros mismos, así como a nuestras habilidades y conocimientos tecnológicos, para no quedarnos rezagados y fuera del vertiginoso ritmo de las tecnologías de la información. Así, somos nosotros quienes nos tenemos que actualizar constantemente para no volvernos obsoletos en el uso y aprovechamiento de las herramientas tecnológicas que tenemos a disposición no solamente en nuestros celulares, sino también en nuestros asistentes virtuales, relojes inteligentes o cualquier dispositivo electrónico que forme parte de nuestra cotidianidad.

 Interdependencia tecnológica

La relación entre humanos y dispositivos es entonces bidireccional. Aparentemente las grandes tecnológicas requieren del feedback de sus usuarios para atender sus expectativas de uso, mismas que en cada vez más situaciones no son ni siquiera pensadas por la gente, sino una manera de que los humanos se actualicen para necesitar nuevas experiencias de uso. Capacidad más potente con integración de IA en las cámaras para resolución y edición de imágenes o dispositivos que probablemente no necesitamos, pero si se pretende que consumamos y adoptemos en nuestro día a día, como lo serán cada vez más frecuentemente los visores de realidad virtual y aumentada que seguramente afectarán nuestra vista, entre otros ajustes fisiológicos y neuronales, pero que harán que seamos cada vez más incondicionales de estos dispositivos.

Súmale ahora la inteligencia artificial, el aprendizaje automático de las máquinas o los avances de interfaces cerebro-computadora que nos llevarán a un punto en donde la actualización deba ser simultánea y mutua; cuando los dispositivos se adapten completamente a nuestros comportamientos para hacer cada vez más difícil de diferenciar la interacción entre humanos y máquinas para crear una experiencia más natural y eficiente.

Es un proceso continuo de retroalimentación y adaptación en donde tanto máquinas como humanos debemos seguir aprendiendo los unos de los otros, tratando en cada caso de crear un círculo virtuoso mutuo que nos ayude a avanzar a un futuro interconectado inteligentemente.

La pregunta ¿quién actualiza a quién? se mantiene sin lograr una respuesta fácil. ¿Qué opinas?

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