Seguir haciendo democracia

Es política y líder de opinión. Se ha desempeñado como diputada Federal en las Legislaturas LXI y LXIII. Cuenta con más de 20 años de experiencia en análisis político mexicano e internacional. Actualmente se desempeña como empresaria, líder de opinión y columnista en diversos medios de prensa y televisión. X: @asarur IG: @adrianasarur

Seguir haciendo democracia
Foto: Envato Elements

Lo que vimos el pasado 2 de junio en nuestro país fue el colofón de lo que venía sucediendo meses atrás. Una elección en la que el actual presidente y su popularidad jugó a favor de su partido, una guerra de encuestas -que si bien no fallaron en cuanto a quién sería la siguiente presidenta, sí lo hicieron en los porcentajes y en la conformación del Congreso (con honrosas excepciones)-, una campaña errática de la oposición y un Instituto Electoral funcionó de manera adecuada con ayuda de las y los ciudadanos.

También pudimos observar el arrastre que ha logrado Morena en tan solo 10 años de existencia como partido político y el triunfo en 7 de 9 gubernaturas, además del voto local por Senadurías y Diputaciones Federales donde, simplemente, arrasó. Sin embargo, aunque previamente podíamos pensar en un triunfo de la coalición Sigamos Haciendo Historia, conformada por Morena, PT y Verde (más partidos locales), nadie, ni propios ni extraños pensaron que lo haría con tal margen.

Esto nos da mucha tela de donde cortar para su análisis. ¿Qué pasó en esta jornada electoral? Influyeron los programas sociales, sí, pero también los había en 2021; influyó el proselitismo realizado por el presidente, pero no para esos resultados; ¿las campañas larguísimas y grises tuvieron injerencia real en el resultado? No, tanto tiempo de campaña pudo desincentivar al elector; la oposición falló, sí; y lo más importante, las personas quieren la continuidad.

Sumo a estas consideraciones que, si bien la oposición no logró nunca una narrativa certera, e incluso tuvo errores y cambios abruptos, lo más tangible es que el sistema de partidos tradicionales fueron los más afectados, PRI, PAN y PRD (que muy probablemente pierda el registro), no supieron reinventarse ni hablarle a la gente, siguen sin entender y su narrativa de miedo no fue adecuada y sus dirigentes fueron un lastre para Xóchitl. En contraparte, los movimientos “orgánicos” como Morena y sus bases y MC con su marketing político.

Ahora bien, después de esta jornada electoral, los partidos tendrán que ser autocríticos, los ganadores, y sobre todo los perdedores, para poder hacer los contrapesos necesarios y, como ciudadanos, debemos seguir haciendo democracia y ser exigentes con el nuevo gobierno y evitar que la alta concentración de poder que ahora tienen Morena y aliados sea contraproducente para el bienestar de todas y todos los mexicanos.

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