Puede considerarse que el director Joseph Kosinski ha dado en la mira de lo que es el mundo del entretenimiento y, particularmente, ha consolidado la fórmula de lo que un verdadero blockbuster debe ser. Con un historial que incluye cintas de la saga de Tron y películas protagonizadas por uno de los últimos héroes de acción como es Tom Cruise, la llegada de su película Top Gun: Maverick no sólo significó la llegada de la película de acción definitiva, sino en muchos sentidos la salvación de la industria cinematográfica en Hollywood que en las etapas finales de la pandemia se encontraba profundamente herida a manos no solo de un fenómeno que restringió nuestra libertad y convivencia, sino también de una pujante industria de streaming que fue vaciando paulatinamente las salas de cine.
Explotando algunas de nuestras fantasías más infantiles como son los aviones con Top Gun: Maverick y los autos en F1: La película, en esta ocasión Kosinski cuenta como protagonista con otras de las últimas superestrellas de cine: Brad Pitt. De esta manera, con este último filme este director hace una inmersión en el mundo del automovilismo de élite que históricamente ha encontrado como mercado a sectores muy específicos de la población. Paradójicamente, Hollywood desde sus inicios se ha resistido a producir películas que aborden al mundo del automovilismo, encontrando que de las relativamente pocas existentes, solo algunas de ellas se han fijado en la memoria de quienes aman y de quienes se encuentran más lejanos de una industria tan importante como la del automóvil.
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De manera definitiva el abordaje que F1: La película realiza de este universo es acertado (por supuesto con los niveles de ficción que puede haber en una cinta de acción), pues cumple a cabalidad con algo que la industria cinematográfica ha perdido de manera gradual: su objetivo de contar historias y ejecutarlas de una manera en que logren entretener a todas aquellas personas que deciden pagar un boleto por verlas en el cine.
Con un presupuesto muy importante y una campaña de marketing de las que se pueden ver dos o tres a lo largo de un año en esta industria, además de demostrar la ambición de generar el filme de acción definitivo, Pitt y Kosinski logran también producir una película de automóviles que seguramente estará entre lo más destacado que este género ha tenido en toda la historia llevando a muchas personas al cine y entreteniéndolas con un proyecto que seguramente alcanzará las cifras que se propuso desde su concepción.
Para quienes amamos el cine, es una excelente noticia que, sin mayores pretensiones, se encuentren películas que conjunten talentos como el de Lewis Hamilton, Joseph Kosinski, Hans Zimmer, Brad Pitt, un casting destacable y muchas personas que, junto con una gran cantidad de pilotos, jefes de equipos y dueños de escuderías, contribuyen a hacer una cinta memorable que recobra la intención de entretener y lo hace con un nivel de ejecución muy sobresaliente.