SIDA: La epidemia que no acaba

Jueves 27 de noviembre de 2025

Carlos Celis
Carlos Celis

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

SIDA: La epidemia que no acaba

Múltiples creadores han retomado el activismo y realizan obras que sirven para denunciar a políticos, instituciones y farmacéuticas.

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Serie: Silencio.

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Foto: Movistar Plus.

El próximo 1 de diciembre se conmemora, como cada año, el Día Mundial del SIDA, una fecha que se ha convertido en uno de los días de salud internacionales más reconocidos y un momento clave para crear conciencia.

Desde el inicio de la epidemia, en 1981, alrededor de 88.4 millones de personas han contraído la infección del VIH y cerca de 42 millones han muerto a causa de enfermedades relacionadas. En 2023, 39.9 millones de personas vivían con el VIH y el 53% de ellas eran mujeres y niñas.

Históricamente, las artes se han visto afectadas por la epidemia del VIH/SIDA debido a factores sociodemográficos asociados con la epidemia inicial. Por ejemplo, el SIDA afectó gravemente a la comunidad LGBTQI+ en sus primeras décadas y también se concentró en grandes centros urbanos como Nueva York y Los Ángeles, que son importantes centros de las industrias de las artes y el entretenimiento.

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La pérdida de innumerables artistas, actores, bailarines, coreógrafos y otras mentes brillantes tuvo un impacto profundo y visible en el panorama cultural, dando origen a un movimiento artístico enfocado en el"Arte del SIDA”, como respuesta cultural y política a la epidemia del VIH/SIDA, utilizando el arte como herramienta de activismo, concientización y expresión emocional.

En 2026 se cumplirán 45 años de respuesta al SIDA y 30 años del lanzamiento de las primeras medicinas que lograron controlar de manera eficaz la infección por VIH. Uno de los avances más recientes fue el lanzamiento, apenas el año pasado, de las profilaxis inyectables, que son medicamentos antirretrovirales para tratar la infección por el VIH y también prevenir su transmisión como método de profilaxis preexposición (PrEP). Sin embargo, fármacos como Lenacapavir y Cabotegravir aún son impagables para economías medias.

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Serie: Silencio. / Foto: Movistar Plus.

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De acuerdo con ONUSIDA, en 2025 una crisis histórica de financiación amenaza con deshacer décadas de progreso pues los servicios de prevención del VIH se han visto gravemente afectados. Gobiernos en el mundo han relegado los servicios comunitarios, vitales para llegar a poblaciones marginadas, y han aumentado leyes punitivas que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, la identidad de género y el uso de drogas, haciendo que los servicios de VIH se vuelvan inaccesibles en varios países.

Quizá es por esto que, en las artes, hoy vuelve a cobrar importancia el movimiento del Arte del SIDA, con múltiples creadores de cine, música, teatro, danza y otras expresiones que han retomado el activismo y realizan obras que sirven para denunciar a políticos, instituciones y farmacéuticas, y su papel dentro de esta crisis de financiación que no solamente afecta las vidas de millones de personas sino que obstruye el compromiso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de acabar con el SIDA en 2030.

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En el cine, películas como Romería (2025) de Carla Simón y La misteriosa mirada del flamenco (2025) de Diego Céspedes, así como la miniserie Silencio (2025) de Eduardo Casanova, son solamente algunos ejemplos de auténtica poesía visual que nos regresan a una época en que esta epidemia aún no se lograba controlar y tampoco estaba normalizada ante los ojos de los más jóvenes, pero al mismo tiempo, nos recuerdan que esta crisis aún no acaba.

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