Recientemente, hice un espacio para ver la película biográfica sobre el músico Bruce Springsteen, titulada en México como Springsteen: Música de ninguna parte (2025), antes de que desapareciera de la cartelera definitivamente. Por alguna razón que -como siempre intento explicar en esta columna- obedece a decisiones comerciales de los exhibidores, apenas y estuvo disponible en pocas salas durante la semana de su estreno y rápidamente fue retirada de la mayoría de estas.
Entiendo que, para el público mexicano, no era una película demasiado atractiva y una celebridad como Bruce Springsteen no es tan significativa para nosotros. ¿Pero acaso el músico Bob Dylan es más “popular” entre los mexicanos? No, lo que sucedió el año pasado con la biopic Un completo desconocido (2024), fue que aquella estuvo protagonizada por el actor de moda, Timothée Chalamet, y por ello atrajo más atención.
Te recomendamos: La Muestra de la Cineteca como síntoma
Ahora me alegro de haber salido en busca de la película sobre Springsteen, porque habla sobre temas que me parecen importantes de rescatar en el clima actual: la integridad artística y la ética profesional. Aunque ambas producciones parecen tratar sobre lo mismo, y quizá eso desanimó a algunos cinéfilos, Música de ninguna parte y Un completo desconocido son películas bien distintas.
La biopic sobre Dylan juega con el mito del artista y la construcción de su celebridad, es la historia de una persona normal justo antes de convertirse en un genio musical ante los ojos del mundo, y desde que empieza sabemos que se le mostrará como a un héroe. En cambio, la biopic sobre Springsteen es sorpresivamente oscura y trata sobre una persona profundamente herida, depresiva e imperfecta.
Valoro mucho que, lejos de querer contarnos otra historia de éxito y mostrar a Springsteen como “el jefe”, ese personaje fuerte y admirable que le ha servido como imagen, más bien se nos muestra como alguien sumamente vulnerable que literalmente se salvó gracias a la música y a defender sus ideales, y la película sirve como una plataforma para hablar de temas tan sensibles como la salud mental.
Esto te interesa: Cuando ChatGPT es guionista
Ahora le pregunto a los lectores, ¿quién de sus creadores de contenido favoritos les recomendó esta película? Espero que sí lo hayan hecho, porque más allá de que sea considerada o no entre lo mejor del año o si acaso la actuación de Jeremy Allen White (protagonista de la exitosa serie The Bear) está o no a la altura de una nominación al Oscar, simplemente es una buena película que toca temas relevantes… y de eso también trata la experiencia de ir al cine, ¿o no?
¿Quién de sus opinadores o recomendadores les habló de que en esta película juntaron a Jeremy Allen White y Stephen Graham (Boiling Point) como padre e hijo? Es decir, a los dos actores responsables de la última ola de películas (y series) sobre chefs. Ya solamente por ver eso, Springsteen: Música de ninguna parte merecía ser vista, pero además incluye otra actuación destacada de Jeremy Strong (Succession).
Lo que estoy tratando de decir es que esta película es una bomba de cultura pop, con varios actores “de moda”, música increíble y temas de actualidad, pero simplemente porque no se habló de ella en los medios y aparentemente no era un estreno importante para los exhibidores, se le dejó morir en la cartelera nacional cuando es una producción que tenía todo para volverse conversación. Y esto me regresa al tema de la integridad.
¿Qué pasa con todos estos creadores de contenido que solamente quieren hablar de temas periféricos al cine, la polémica de la semana o lo que está de moda en redes sociales? No soy de los que suelen cuestionar los métodos de estos creadores, pero sí me pregunto si acaso solo hablan de lo que otros hablan o si sus espacios están comprados. Porque, hasta donde yo lo entiendo, nuestro trabajo como comunicadores y/o críticos es hablar del cine en general y compartir los estrenos de cartelera con el público, independientemente de las películas que distribuidores y exhibidores quieran destacar.
También lee: Guillermo del Toro para filmtokers
Quizá haya algo rescatable en esta continua batalla entre periodistas y creadores de contenido, y eso es hablar de ética profesional. ¿Qué es lo que los creadores de contenido representan? ¿Qué es lo que defienden cuando piden que se valoren y se respeten sus métodos? Tal vez deberían echarle un ojo a Música de ninguna parte para entender lo que significan el arte y la creatividad, y lo que representa arriesgarlo todo, tu salud, tu cordura, tu estabilidad económica y hasta tu vida por defender tus ideales. Si se dicen “creadores” y están de acuerdo con esto, ¿por qué no hablaron de esta película?
También en cartelera, como parte de la Muestra de la Cineteca, está Nueva ola francesa (2025), una historia que de manera similar habla sobre la integridad artística, sobre defender una visión, o lo que consideramos verdad, contra cualquier interferencia. Pero, para empezar, hay que tener una visión. Quizá una de las cosas más importantes de esta película, que trata sobre el movimiento de la nouvelle vague, sea el recordatorio de algo que antes nos decían en cualquier escuela y que, en la actualidad, es importante retomar: para romper las reglas primero hay que conocerlas.