Licenciada en Relaciones Internacionales. Consultora en imagen pública y estratega en comunicación. Actualmente produce y conduce el programa The White Table para MMoodtv. Cofundadora del colectivo TÚ x México. Twitter: @anapatam_mx
Lo que sí está funcionando en México
El pasado 6 de junio despertamos como sociedad y para asumir nuestra responsabilidad, salimos a votar y elegimos diferente. Salimos a defender a la nación que nos vio nacer.
El pasado 6 de junio despertamos como sociedad y para asumir nuestra responsabilidad, salimos a votar y elegimos diferente. Salimos a defender a la nación que nos vio nacer.
Nuestro país atraviesa por la peor crisis económica y social de su historia moderna. Bien es cierto que, en 2019, la economía ya presentaba un acelerado declive. Con la pandemia, la mala racha se acentuó en 2020, acompañada de las decisiones del gobierno federal, que promovieron la austeridad fiscal sin estrategias hacia una reactivación económica equitativa para todos los sectores.
La añeja y desgastada promesa de campaña de Andrés Manuel López Obrador de combatir la corrupción, la pobreza y la desigualdad en México, resultó limitarse a un discurso vacío. A esa poco hilada disartria* política, hay que sumarle el pésimo manejo de la pandemia, su matutina oratoria polarizante, sus ocurrencias y demencias, así como su falta de empatía humana y social, con énfasis en mujeres y grupos vulnerables, como se ha hecho cada vez más evidente en los ataques a padres de los niños con cáncer.
Día con día, y más allá de nuestras fronteras, el mundo también se ha sorprendido ante su incapacidad para gobernar y el elevado costo que ha pagado la sociedad. Lamentablemente, este costo rebasa lo económico e impacta en todos los aspectos de la vida cotidiana, como empleo, salud y seguridad.
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Para millones de mexicanos, apenas dos años y siete meses de gestión han equivalido al sexenio más largo de la historia. En este breve periodo se ha padecido la mayor incertidumbre social, política, estructural y económica de la que se tenga memoria. Es una realidad: todas las familias mexicanas hemos perdido algo.
Sin embargo, en medio de esta hecatombe, hay algo que sí esta funcionando. Gracias a la monumental sacudida de la pandemia, agudizada con la actitud del señor López Obrador, millones de mexicanos de todos los ‘colores’, niveles y rincones de nuestro país, hemos despertado. De frente, y con tristeza observamos los estragos derivados de la indiferencia que por décadas ha sobrevivido entre nosotros ante la desigualdad social y la injusticia. Y eso nos ha hecho conscientes para hoy valorar lo que asumíamos que hasta hace poco era normal tener: la libertad. En definitiva, no la queremos perder. Por eso, ya tenemos la conciencia de que debemos exigir nuestro derecho humano a la dignidad y a la seguridad social.
El pasado 6 de junio despertamos como sociedad y para asumir nuestra responsabilidad, salimos a votar y elegimos diferente. Salimos a defender a la nación que nos vio nacer, esa nación ahora lejana, pero que aún tiene la esperanza de recuperar el equilibrio de poderes, esa nación que necesita restar fuerza al dictador de Macuspana que confunde nuestra confianza con ignorancia.
Y en ese sentido, hoy es justo darle las gracias. Gracias porque ahora somos más conscientes de las necesidades de nuestro país. Gracias por regalarnos la conciencia de nuestro gran potencial para conseguir el México que sí queremos. Gracias porque somos conscientes de que merecemos mucho más de lo que tenemos. Gracias por darnos la conciencia de los enormes recursos naturales y humanos que tenemos para conseguirlo. Gracias por hacernos conscientes de que su administración es tan solo un puente entre el pasado y el futuro, un puente que tiene un inicio y un final. Gracias por devolvernos la conciencia de nuestra historia, que nos hace valorar lo que tuvimos y lo mucho que podemos tener. Gracias porque hoy somos más conscientes del nuevo rumbo de prosperidad y equidad que necesitamos con urgencia.
“La dignidad humana es un valor y un derecho innato, inviolable e intangible de la persona, es un derecho fundamental y es el valor inherente al ser humano, porque es un ser racional que posee libertad y es capaz de crear cosas”. Declaración universal de los derechos humanos del 7 de marzo del 2018.
*Dificultad y lentitud al hablar.