En la carrera para 2024, las fake news tienen la ventaja

Maestra en Administración y Políticas Públicas (CIDE) y licenciada en Administración Pública (Unistmo). Ha sido consultora para el Banco Mundial en temas de gasto público y en evaluación de programas sociales para Civicus, Consultores en Gestión Pública y Social. Actualmente se desempeña como Directora de Finanzas Públicas y Anticorrupción en Ethos Innovación en Políticas Públicas. @ethosinnovacion)

En la carrera para 2024, las fake news tienen la ventaja
López Obrador habló sobre el consumo de fentanilo en México. Foto: Cuartoscuro

Desde hace varios años, algunos estudios han señalado que la sociedad mexicana es gran productora y consumidora de noticias falsas o engañosas (fake news). Pero, ¿por qué este tema debería importarnos? De entrada, para poder decidir libremente, en cualquier ámbito de la vida, una persona debe tener acceso a información suficiente y correcta para que, a partir de ahí, pueda emitir un juicio razonado y consciente. En ese sentido, las noticias falsas o engañosas pueden inducir la toma de decisiones al exacerbar los riesgos o desventajas de una situación o al engrandecer los beneficios de otra a partir de datos que no sean ciertos.

El próximo año, 2024, será de muchos retos para nuestra democracia. En el ámbito político, la producción y consumo de fake news puede manipular las elecciones, es decir: impactar en las decisiones del electorado sobre las personas que los van a gobernar. Las elecciones en Estado Unidos y Brasil, por mencionar algunas, nos han mostrahttp://spintcp.com/do que las noticias falsas son cosa seria. Por eso, para poder combatir el problema en México, es importante conocer quién produce este tipo de información, con qué propósito y cuáles son sus efectos.

Desde hace varios años las conferencias mañaneras del presidente López Obrador han sido señaladas como una de las principales fuentes de desinformación en México, y diversos estudios han corroborado esta afirmación. Por ejemplo, SPIN -Taller de Comunicación Política, basados en un análisis de las conferencias matutinas entre el 3 de diciembre de 2018 y el 31 de agosto de 2021, determinó que, en promedio, hay 89 mentiras en cada una de ellas. De igual forma, Verificado MX informó, con base en un análisis de los discursos del presidente en la semana del 14 al 18 de febrero de 2022, que el 64% de su contenido era falso o engañoso.

Lo preocupante de esta situación no es sólo que el gobierno sea productor de fake news, sino lo legitimado que aún está el presidente y sus conferencias mañaneras, lo que vuelve este espacio un arma todavía más poderosa para influir en las opiniones de la ciudadanía. De acuerdo con una encuesta de Poligrama, casi 7 de cada 10 personas está a favor de las conferencias matutinas, pues les ayudan a estar informados sobre lo que acontece en el país.

Sin duda, los mensajes que surgen de las mañaneras tienen un efecto en las percepciones de la sociedad. Al respecto, y de cara al proceso electoral 2024 que arranca el próximo septiembre, las conferencias mañaneras podrían ser un gran aliado para los candidatos de Morena y un lastre para la oposición, volviendo este proceso muy desigual. No podemos quedarnos de brazos cruzados.

¿Cómo deben regularse estas noticias falsas? Existen dos importantes debates: el primero de ellos se centra en cómo regular a quien genera y reproduce este tipo de contenido sin caer en la censura (pues el mayor riesgo lo corren los medios y la oposición cuando el regulador forma parte del gobierno). El segundo es sobre quién debe ser sancionado y el papel que juegan las plataformas, principalmente las redes sociales, en permitir la reproducción de noticias falsas sin ningún tipo de responsabilidad social. Aunque este es un debate no terminado, sin duda la tecnología juega un papel importante en la detección de perfiles y contenido engañoso.

En el caso que aquí se aborda, las autoridades electorales son quienes deberían regular la divulgación de noticias falsas en tiempos electorales, sobre todo cuando provengan de fuentes oficiales como las conferencias mañaneras.

Pero también debemos cerrar las filas a este problema del otro lado: es nuestra obligación como ciudadanía saber qué noticias consumimos y compartimos con otras audiencias. Asimismo, existe una gran responsabilidad de los medios de comunicación, dado el alcance que tienen sus mensajes. En esta era donde se producen grandes cantidades de información a pasos agigantados, la alfabetización digital es una necesidad apremiante. 

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