Los reyes indios de las vacunas y su afilada visión para los negocios
La familia Poonawalla es dueña del mayor laboratorio de vacunas del mundo, el Serum Institute en India. Invirtieron antes de que haya vacunas y luego fabricaron antes de que estén aprobadas.
La familia Poonawalla es dueña del mayor laboratorio de vacunas del mundo, el Serum Institute en India. Invirtieron antes de que haya vacunas y luego fabricaron antes de que estén aprobadas.
“Vamos a generar capacidad excedente antes de que comience la demanda”, le dijo Cyrus Poonnawalla a su hijo Adar, ceo de uno de los laboratorios de vacunas más importante del mundo, en Pune (India).
Era el mes de abril y recién comenzaba el confinamiento global y los laboratorios aún estaban en pruebas. La carrera por la creación de las vacunas se había lanzado en todo el mundo, pero estos empresarios indios vieron unos ‘meses más allá’. ¿Por qué? Porque sabían que cuando comenzaran las aprobaciones la capacidad instalada para producirlas en todo el mundo no iba a ser suficiente.
El Serum Institute fue fundado en 1967 por Cyrus, quien criaba caballos y mulas para que sirvieran como ‘laboratorios vivos’ de un instituto estatal que hacía antídotos contra picaduras de víboras. Un día ‘vió más allá’ y decidió dejar de ser intermediario y comenzó a producir esos mismos sueros y luego vacunas.
En 2019, la empresa de 6,000 empleados y una facturación de 735 mdd no tenía idea que iba a convertirse en un referente internacional y en el centro de manufactura que más rápido se alineó a las enormes necesidades de un mercado mundial que vivía una pandemia por primera vez en 100 años.
En aquella charla, los Poonnawalla decidieron invertir de su propio capital unos 80 mdd para ampliar la capacidad de producción de su planta, armaron un grupo de 1,000 empleados nuevos dedicados 100% a las vacunas de covid ‘por aprobar’ y comenzaron a construir edificios nuevos y a llenarlos de refrigeradores y líneas de producción. Luego llegó una inyección extra de 800 mdd de la Fundación de Bill & Melinda Gates y algunos pagos anticipados de países compradores que hicieron a tiempo sus reservas ya no con el laboratorio sino con el ‘mero’ fabricante. Mientras los laboratorios hacían sus pruebas en Fase 3, los indios levantaban edificios nuevos hasta aumentar un tercio la capacidad instalada.
A finales de este año producirán el doble de vacunas: 1,500 millones de dosis para enfermedades como el sarampión y la tuberculosis y otras 1,500 millones de dosis de vacunas para el covid-19. Para otoño de este año esta empresa india tendrá 50% del suministro mundial de las moléculas que atacan al Sars-Cov2.
Mientras los laboratorios en Estados Unidos (como Pfizer) o en Europa (AstraZeneca) han fallado en su cálculo de producción -lo que ha generado problemas hasta diplomáticos- este gigante indio, no solo está cubriendo todas las solicitadas sino que lo ha hecho más barato que sus competidores.
Fabrican vacunas para AstraZeneca (sobre todo las dosis reservadas para la alianza Covax), para la firma estadounidense Novavax (que si bien no está aprobada, ellos la están fabricando y haciendo stock para cuando el ok regulatorio se consiga).
Para julio esperan estar fabricando otra vacuna británica que recién va terminando sus pruebas médicas, del laboratorio Spy Biotech.
Para el CEO del Serum Institute, todo el aumento en su capacidad y en la velocidad logística que han aumentado, les va a permitir a finales de año producir unas 500 dosis por minuto. Un récord que pocos van a poder superar.
Este año terminarán como el fabricante de vacunas más grande del mundo y dejarán de ser solo una celebridad en su país.
Adar Poonnawalla de apenas 40 años y desde hace nueve es ceo de la empresa familiar, y su esposa Natasha (portada recurrente en revistas de moda) son una de las parejas más atractivas de la India, compitiendo en lujos y extravagancias con los actores de Bollywood.
Son los nuevos reyes de las vacunas, un título ganado a fuerza de riesgo y visión que nadie en occidente ha logrado igualar.