El hotel Star Wars: Galactic Starcruiser parece un Secret Cinema en el infierno
Calamitoso hotel… Los Stormtroopers de Star Wars hacen guardia en el atrio del Halcyon Galactic Starcruiser en Walt Disney World en Orlando, Florida. Foto: Lisa Richwine/Reuters

Durante mucho tiempo, Disney World ha sido promocionado como un lugar donde los sueños se vuelven realidad, lo que en realidad solo era así si tu subconsciente estaba plagado de visiones de filas, turistas, niños llorando, adolescentes deprimidos con disfraces poco prácticos y elementos del mundo natural que han sido mal representados en fibra de vidrio. Pero hoy todo eso cambia. Porque hoy Disney World abre oficialmente su complejo Star Wars: Galactic Starcruiser.

Anunciado como la experiencia definitiva de inmersión de Star Wars, el Galactic Starcruiser (ubicado en su hotel Halcyon) es una recreación de arriba a abajo de una nave espacial de Star Wars. Durante una estancia de dos días, que tiene un costo aproximado de 4 mil 500 libras esterlinas para una familia, los huéspedes se sumergirán en su propia trama dictada por una aplicación, en la que serán enviados a misiones, se les pedirá que se escabullan a reuniones clandestinas, recibirán entrenamiento en el arte del combate con sables de luz y -si tienen suerte- se les permitirá salir a un “simulador climático”, que, según los informes, es la única parte del complejo en la que se puede salir al exterior.

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Una cabina del Starcruiser en Walt Disney World en Orlando, Florida. Foto: Lisa Richwine/Reuters

“Espera”, estarás pensando. “Si esto es un modelo de una nave espacial que viaja a través de los rincones más oscuros de la galaxia, ¿eso significa que Disney gastó millones y millones de dólares en construir un hotel increíblemente caro que en realidad no tiene ninguna ventana?”. La respuesta, obviamente, es sí. Todas las habitaciones del hotel tienen pantallas donde deberían estar las ventanas, que muestran una representación de la negra nada del espacio, pero nada que puedas abrir en un momento de pánico en caso de que el aire acondicionado falle y la ilusión se desvanezca y se te cierre la garganta al darte cuenta de que pagaste el sueldo de varios meses para pasar dos noches en una caja sin aire.

Esto, de acuerdo con un informe de SF Gate, fue un punto decisivo para algunos de los primeros críticos del complejo. El informe de un influyente YouTuber de comida de Disney señalaba que “Disney apostó por una experiencia que aparentemente solo pone a los huéspedes más ricos dentro de un búnker sin ventanas durante dos días completos“. Para rematar el asunto, otros se quejaron de que las habitaciones -en consonancia con lo que probablemente es el estilo de vida a bordo de una nave espacial- son más pequeñas de lo previsto y están incómodamente abarrotadas.

Pero, para ser justos, esto probablemente no importe. Cuando lees la frase “la experiencia definitiva de inmersión de Star Wars”, ya habrás tomado una decisión firme sobre Galactic Starcruiser. O estás dentro, o estás agresivamente y permanentemente fuera.

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Están en … la experiencia Starcruiser en Walt Disney World en Orlando, Florida. Foto: Lisa Richwine/Reuters

Tengo que incluirme en esta última categoría, lo que probablemente me convierte en un poco parcial. Según parece, el Galactic Starcruiser exige la participación absoluta de sus visitantes. Se aconseja ir disfrazado (en la página oficial de Galactic Starcruiser incluso se vende una capa oficial de Padmé Amidala por 110 libras), y la mejor manera de aprovechar al máximo tu estancia es considerarla como un evento de Secret Cinema de 48 horas ininterrumpidas.

Alguna vez fui a Secret Cinema y todavía me estremece recordarlo. Es el tipo de situación que te exige abandonar toda la incredulidad en un estado de conformidad incondicional, e incluso cualquier atisbo de autoconciencia lo hará estallar todo en pedazos. Considerando que la autoconciencia al rojo vivo es mi configuración por defecto, la idea de pasar dos días cerca de personas que pagaron hasta el cansancio para disfrazarse de seres espaciales y divertirse sin importar lo que suceda, se parece a mi idea del infierno. Solo existe un escenario en el que visitaría Galactic Starcruiser, y es uno en el que un editor me haya encargado a un precio doble de mi tarifa habitual que escriba extensamente sobre lo mal que me la esté pasando. Y, para cualquier editor que esté leyendo esto, lo haría sin dudarlo.

Pero soy igualmente consciente de que algunas personas se volverán completamente locas por Galactic Starcruiser. Habrán crecido con Star Wars. Habrán aceptado con gusto la degradación de la trilogía original por parte de Disney. Aprovecharán la oportunidad de ser la estrella de su propia experiencia de Star Wars, sin importar el precio. Y por esa razón, no me podría alegrar más de que Star Wars: Galactic Starcruiser exista. Les ofrece a estas personas un lugar donde pueden vivir sus fantasías más salvajes, y yo puedo estar tranquilo sabiendo que se encuentran a 4 mil millas de distancia de mí. Es una situación en la que todos salimos ganando.

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