Los bombardeos de los separatistas apoyados por Rusia aumentan la tensión en el este de Ucrania
La guardería afectada por un bombardeo después de que los separatistas apoyados por Rusia abrieron fuego en el este de Ucrania, video

Las tensiones en el este de Ucrania aumentaron drásticamente después de que los separatistas apoyados por Rusia lanzaron un intenso ataque de artillería a través de la línea de control con las fuerzas ucranianas, bombardeando una guardería e hiriendo a tres personas.

De acuerdo con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el jueves por la mañana se produjeron “múltiples incidentes de bombardeo” a lo largo de la línea del frente en la región de Donbás.

El ataque perpetrado en la ciudad de Stanytsia Luhanska agujeró la pared del kínder número 21. La jornada escolar acababa de comenzar cuando un proyectil cayó en el edificio situado en la calle Depovska. Un video muestra los escombros y la mampostería esparcidos por la zona de juegos.

“Los niños estaban desayunando cuando ocurrió”, dijo Natalia Slesareva a la agencia de noticias AFP. “Impactó en el gimnasio. Después del desayuno, los niños tenían clase de educación física. Así que otros 15 minutos y todo podría haber sido mucho, mucho peor”.

Slesareva explicó que en ese momento ella estaba trabajando en la lavandería. La explosión la lanzó contra la puerta, dijo, con humo, polvo y ventanas rotas. “No podía sentir el lado derecho de mi cabeza. Todo zumbaba”, dijo.

Un profesor y un guardia de seguridad sufrieron conmoción cerebral. El ejército ucraniano informó que cayeron 32 proyectiles en la ciudad, que también hirieron a un militar e interrumpieron el suministro eléctrico.

Un segundo misil dejó un pequeño cráter cerca de la zona de resbaladillas de los niños en el patio. Una mujer, Natalia, comentó que ella y su esposo se apresuraron a recoger a su hijo después de escuchar el impacto.

“Estaba muy asustada. La guardería no tiene un refugio antibombas. Solo tiene paredes gruesas. Pero aun así lograron perforarlas”, dijo. “Todavía no logro calmarme”.

El ataque formó parte de un aparente bombardeo coordinado por parte de los separatistas prorrusos en múltiples lugares a lo largo de los 250 kilómetros de la línea del frente. El ataque pareció continuar en la noche del jueves con informes de nuevos bombardeos sobre la ciudad.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, acusó a la parte rusa de comportamiento “provocador” en un momento en el que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió que la invasión rusa contra Ucrania seguía siendo “claramente posible” y podría ocurrir “en los próximos días”.

La situación sobre el terreno en el este parecía empeorar rápidamente. El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, señaló que los militantes respaldados por Rusia utilizaron un tanque en la operación, un hecho inusual y una violación de los acuerdos de alto al fuego.

“Estos bombardeos procedieron de los territorios temporalmente ocupados de Ucrania, que están controlados por Rusia”, dijo Kuleba.

Los diplomáticos occidentales expresaron su preocupación respecto a la escalada militar de Moscú y sus representantes locales, aproximadamente 24 horas después de que el Kremlin afirmó que estaba retirando algunas de sus tropas de las fronteras de Ucrania.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, comentó que le “preocupaba que Rusia esté intentando crear un pretexto para un ataque armado contra Ucrania”.

La secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, que está de visita en Kiev, coincidió con este comentario. “Los informes sobre una supuesta actividad militar inusual por parte de Ucrania en el Donbás son un intento descarado del gobierno ruso de fabricar pretextos para una invasión”, tuiteó. “Esto está sacado directamente del libro de jugadas del Kremlin”.

Maria Mezentseva, diputada ucraniana, señaló: “Lo considero como una nueva provocación porque las anteriores no funcionaron. Vemos que pretenden atacar las infraestructuras sociales. La idea es provocar la reacción de la parte ucraniana”.

La OSCE registra disparos regulares entre los separatistas armados por Moscú y los soldados ucranianos. En los últimos meses, este conflicto de bajo nivel se ha mantenido relativamente tranquilo, mientras Rusia desplazó 150 mil soldados a las fronteras de Ucrania, y los soldados ucranianos recibieron instrucciones de no contraatacar.

Rusia acusó a Kiev de intentar provocar una escalada para recuperar el territorio insurgente a la fuerza. Sostiene que Ucrania es culpable de genocidio, algo que Ucrania niega rotundamente.

El Kremlin dijo el jueves que estaba profundamente preocupado por el recrudecimiento de la violencia en el este de Ucrania y que esperaba que Occidente utilizara su influencia sobre Kiev para prevenir una nueva escalada.

El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, desestimó los informes acerca de una invasión planeada por Rusia, no obstante, dijo que Moscú estaba monitoreando la situación con atención. Señaló que Rusia comenzó a retirar algunas de sus tropas que completaron simulacros en zonas adyacentes a Ucrania, pero que el proceso requerirá tiempo.

Todavía se desconocen las intenciones de Putin, tras las predicciones inexactas de Washington de que el miércoles podría comenzar una invasión. El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, indicó que algunos equipos y municiones rusos permanecerán en su país después de que este fin de semana concluyan los ejercicios militares conjuntos con Rusia, que se realizan junto a Ucrania.

Tanto Estados Unidos como el Reino Unido y Stoltenberg expresaron su profundo escepticismo respecto a la retirada de las fuerzas rusas. El Kremlin señaló que se necesitaba tiempo para que las tropas regresaran a sus bases, argumentando que su despliegue para los ejercicios militares requirió semanas.

El miércoles, la Duma de Rusia pidió a Putin que reconociera las dos entidades políticas separatistas del Donbás -las repúblicas populares de Luhansk y Donetsk- como Estados independientes. El Kremlin no ha decidido cómo responder a esta petición.

El reconocimiento formal elevaría drásticamente las tensiones y acabaría con el acuerdo de Minsk, firmado por Kiev y Moscú en 2015. Rusia acusó en repetidas ocasiones al gobierno prooccidental de Zelenskiy de no cumplir los acuerdos.

El jueves, la República Popular de Luhansk aseguró que fue objeto de repetidos ataques. Afirmó que las fuerzas ucranianas utilizaron morteros, lanzagranadas y una ametralladora en cuatro incidentes distintos el jueves.

“Las fuerzas armadas de Ucrania violaron burdamente el régimen de alto al fuego, utilizando armas pesadas que, según los acuerdos de Minsk, deberían estar retiradas”, dijeron los separatistas en un comunicado.

Los militares ucranianos negaron la afirmación y dijeron que las “tropas de ocupación rusas” atacaron deliberadamente a los civiles. “Como resultado del uso de armas de artillería pesada por parte de los terroristas, los proyectiles impactaron en el edificio del kínder. Dos civiles recibieron impactos de proyectiles”, añadió.

The Guardian vio el video que aparentemente muestra el bombardeo de los separatistas contra la ciudad de Hirske, controlada por Ucrania, en el óblast de Luhansk. Se escuchan una serie de estruendos de percusión.

Según Kiev, los separatistas bombardearon el jueves numerosos puntos del frente, incluso en la ciudad de Adiviyike, controlada por los ucranianos, donde los dos bandos se encuentran a cien metros de distancia. Las fuerzas ucranianas que dominan el aeropuerto de Donetsk, controlado por los rebeldes, también fueron objetivos del ataque.

El miércoles, la OTAN señaló que la capacidad militar rusa no hacía más que aumentar en número y fuerza, a pesar de las afirmaciones de Moscú de que estaba retirando parcialmente sus fuerzas.

Stoltenberg comentó que la OTAN debía estar “preparada para lo peor”, al tiempo que mantenía la esperanza de que las señales dadas por Putin en los últimos días fueran prueba de un deseo sincero de encontrar una vía diplomática para superar la crisis.

Síguenos en

Google News
Flipboard