Perros falsos: los viajeros aéreos con falsos perros de servicio
Un número cada vez mayor de propietarios de mascotas sin principios obtienen certificados de animales de apoyo emocional, el cual les permite viajar con sus mascotas. Foto: Joel Hawkins/Getty Images

Víctor Hurtado, miembro del personal del secretario del ejército, esperaba un vuelo de conexión en el aeropuerto de San Francisco cuando de repente lo atacó un agresivo caniche de color café. El perro, mostrando los dientes, se lanzó en su dirección, listo para morder.

Solo se pudo evitar un desenlace sangriento gracias a que el perro de asistencia de movilidad de Hurtado, una labrador de color negro llamada Holly, estaba entrenada para evitar la escalada cuando se enfrentaba a un comportamiento violento.

Hace tres años, Holly fue asignada a Hurtado para ayudarle a vivir con una discapacidad cognitiva y un trauma asociado a su paso en el ejército. Holly recibió años de entrenamiento no solo para atender las necesidades específicas de Hurtado, sino para comportarse de forma adecuada y segura en espacios públicos.

Sin embargo, a pesar de la gran diferencia en el comportamiento de los dos perros, tenían una característica en común: ambos portaban chalecos de perro de servicio.

El incidente dejó a Holly conmocionada e incapaz de desempeñar sus funciones de auxilio incluso después de subir al avión, dejando momentáneamente a Hurtado sin su apoyo de asistencia de discapacidad, y todo porque alguien sintió la necesidad de fingir que su perro mascota era un animal de servicio. “Me rompe el corazón, de verdad”, comenta Hurtado. “Siento que piensan que nuestros animales son una broma”.

Una epidemia en el cielo

La historia de Hurtado no es inusual. En las dos últimas décadas, el número de pasajeros que llevan a sus perros en los aviones aumentó debido a la creciente sensibilización sobre la Ley para Estadounidenses con Discapacidades, que establece que las empresas no pueden pedir pruebas de que un perro de servicio realmente es un perro de servicio.

Esta protección legal fue diseñada para salvaguardar las dignidades más básicas de las personas discapacitadas -imaginen que a un usuario de silla de ruedas le cuestionen la legitimidad de su silla-, sin embargo, dio lugar a una explotación generalizada de este vacío legal.

En la actualidad, propietarios sin principios obtienen certificados de animales de apoyo emocional (ESAN), que les permiten viajar con sus mascotas, que les ayudan a aliviar los síntomas de la depresión, la ansiedad y la fobia. El número de certificados otorgados aumentó un 1,000% entre 2002 y 2015, y un 200% más entre 2015 y 2019.

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Buenos chicos: perros de asistencia en entrenamiento. Foto: Pluto/Alamy

Aunque no cabe duda de que las mascotas proporcionan apoyo emocional sencillamente por ser ellas mismas, no están entrenadas para ayudar a una persona con discapacidad a desenvolverse en la vida, ni se les enseña a comportarse adecuadamente en público. Y como cualquier persona puede obtener un certificado de ESAN -lo único que se necesita es una nota de un médico, aunque es fácil comprarla por internet-, tanto los perros buenos como los malos, los dulces y los agresivos, todos pueden recibir este título.

El problema llegó a ser tan grave que, en diciembre de 2020, el Departamento de Transporte (DoT) de Estados Unidos endureció sus normas para permitir únicamente perros de servicio entrenados en los aviones, declarando que ya no consideraba que un animal de apoyo emocional fuera un animal de servicio.

Los deshonestos propietarios de mascotas no se dejaron disuadir. En lugar de declarar que su mascota es un animal de apoyo emocional, ahora mienten completamente y lo llaman perro de servicio.

Theresa Stern, vicepresidenta de servicios interdisciplinarios para clientes y participación de Guide Dogs for the Blind, está enojada. Sobrelleva la vida con su labrador amarillo de ocho años, Wills, y no puede asimilar el hecho de que la gente se haga pasar por discapacitados para que sus perros mascota vuelen gratis.

“Creo que están verificando [su] integridad en la puerta de embarque. Las aerolíneas te exigen que completes los certificados federales de que eres una persona con discapacidad y que tu perro está específicamente entrenado para mitigar tu discapacidad. Eso es lo que lo convierte en un animal de servicio”.

El término del DoT es claro: un animal de servicio es un perro entrenado individualmente para realizar trabajos o tareas en beneficio de una persona con discapacidad, incluidos los entrenados para apoyo psiquiátrico.

Esto significa que no se admiten gatos, iguanas, pavos reales, llamas -todos ellos transportados anteriormente en aviones- ni ningún otro animal que no sea un perro.

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Un perro de servicio camina por el pasillo de un avión de United Airlines. Foto: Julio Cortez/AP

Respecto a las tareas que realizan los perros de servicio, la respuesta es mucho más variada. Muchos creen erróneamente que todos los perros de servicio son perros guía para ciegos, aunque actualmente se les puede entrenar para ayudar a toda una serie de discapacidades. Las organizaciones suelen criar y entrenar perros para que realicen programas específicos, generalmente sin costo alguno para el cliente. El costo de estas organizaciones para entrenar a un perro oscila entre 20 mil y 30 mil dólares y tarda en promedio de dos a dos años y medio.

Service Dogs of Virginia, la organización donde Holly fue entrenada, cuenta con cinco programas. “Entrenamos perros de autismo para niños y adultos jóvenes que padecen el espectro; entrenamos perros de asistencia física, la mayoría de ellos para personas que utilizan sillas eléctricas”, explica Sally Day, directora de desarrollo. También entrenan perros para el TEPT, para veteranos y personal de primeros auxilios, perros de alerta médica y perros de servicio que trabajan en escuelas o en entornos de orientación.

Como parte de su formación, llevan a los perros de servicio a aeropuertos y aviones para que se familiaricen con los mismos. “Los aeropuertos son entornos increíblemente complejos en los que tendrán que utilizar una escalera eléctrica o un elevador“, señala Day. Los aviones son un nivel de complejidad completamente distinto, por su espacio compacto, sus ruidos y olores extraños y por la cantidad de extraños que se encuentran amontonados. Un falso perro de servicio inmediatamente se sentiría abrumado.

Day se muestra frustrada mientras hablamos por teléfono: “Que alguien lleve a su perro, que dice que significa tanto para él, a un entorno como ese sin ningún tipo de entrenamiento, ¿qué te dice eso?”

Los falsos perros de servicio complican la situación

La escritora de viajes Becca Blond viajaba en el asiento en primera fila con su perro de alerta médica, un pitbull llamado Bobbi, cuando un perro sin entrenamiento que se encontraba al otro lado del pasillo comenzó a ladrar, gruñir y lanzarse contra ellos.

Bobbi se quedó callado, pero la aeromoza le dijo que no podía tener una pelea de perros en su avión. Después de que la dueña del otro perro reconoció que semanas antes compró un certificado ilegal de perro de servicio, Blond supuso que los reubicarían. En su lugar, fue ella a la que trasladaron a la parte trasera del avión debido a la raza de Bobbi, a pesar de que nunca hizo ruido.

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Un perro de servicio llamado Orlando descansa sobre el pie de su entrenador en Newark, Nueva Jersey. Foto: Julio Cortez/AP

Los viajeros discapacitados que tienen perros de servicio también se ven afectados indirectamente por la multiplicación de los falsos perros de servicio. Hurtado comenta que a Holly regularmente se le acercan niños y adultos por igual para acariciarla. “Ignoran por completo el hecho de que [su chaleco] dice no tocar, no molestar, no distraer”. Pero como los falsos perros de servicio no pueden ser interrumpidos -ya que no están trabajando- las personas se acostumbraron a que se les permita acariciar a los perros que tienen puestos los chalecos.

La comunidad de perros de servicio en general teme que el creciente mal comportamiento de los falsos perros de servicio obligue a los legisladores a crear leyes restrictivas centradas en los perros de servicio. “Al final lo que ocurre es que las aerolíneas se frustran, la población se frustra y entonces las leyes pueden cambiar”, explica Stern. “Y podrían cambiar para ser: no perros [permitidos]. Y entonces eso provoca que no pueda ir a donde necesito ir para vivir mi vida”.

¿Las políticas más liberales sobre mascotas son la respuesta?

A pesar de lo que algunas personas pueden creer, fingir el estatus de perro de servicio no siempre supone conseguir que los perros vuelen gratis.

Stephanie Brown vive en el extranjero, pero viaja a Estados Unidos con su pomerania, Penny, encontrándose con opciones limitadas para llevar a su perro de forma segura. (Tanto la dueña como el perro utilizan un seudónimo).

Brown tenía a Penny registrada como ESAN antes de que el Departamento de Transporte los retirara de la definición de perro de servicio. “En un momento determinado, el pasado mes de mayo, en 2021, [American Airlines] llegó a suspender el transporte de mascotas en la bodega debido a los constantes cambios de vuelo a causa del Covid-19”, explica. Sin opciones para llevar a la bien educada Penny en el avión -en cabina o en bodega-, Brown la registró en la página web federal de perros de servicio. American Airlines mantiene su restricción de registrar perros en la carga para los viajeros habituales, al igual que Delta Air Lines y Southwest.

Existen pruebas claras de que unas políticas más liberales con respecto a las mascotas en los aviones reducirían la explotación de los vacíos legales. “Con una política de tolerancia cero, por supuesto que los propietarios encontrarán la manera de que su mascota viaje de forma segura en la cabina“, argumenta Brown. “Incluso cobrando más por una mascota, pero haciendo que la experiencia sea más cómoda para el dueño y la mascota reduciría la necesidad de afirmar que una mascota es un animal de servicio o de apoyo emocional”.

Del mismo modo, los perros de razas grandes tienen opciones limitadas para volar hasta que se reanude el transporte de carga de mascotas -y eso solo si no superan los límites de peso, tamaño y raza-, por lo que se necesita una solución para garantizar que ellos también puedan viajar. Si se implementara y aplicara un sistema global de acreditación de perros de servicio, no solo se garantizaría el estatus de servicio de los perros, sino que posiblemente también podría incluir una forma de verificar que los perros de compañía son seguros para volar en la cabina.

Mientras tanto, tanto Blond como Hurtado vieron cuestionada la legitimidad de sus perros de servicio, algo que les resulta agotador. Creen que no deberían tener que defenderse por el simple hecho de tener una discapacidad.

“No creo que el mundo me deba algo por ser discapacitado”, comenta Hurtado, “pero sí siento que es un derecho que tenemos y que es necesario que lo tomen con seriedad. La gente que compra los chalecos falsos y tiene los perros de servicio falsos, simplemente es muy desalentador. No lo veo como algo diferente de cuando alguien se estaciona en un lugar para discapacitados, [que no es] discapacitado”.

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