He sido infeliz con una amistad de más de 55 años, ¿por qué sigo soportándola?
'Todos tenemos cargas que llevar durante toda nuestra vida, lo sé. Pero sus actitudes negativas e insensibles nunca dejan de irritarme o desanimarme'. Pintura: Cuatro figuras en un escalón, de Bartolomé Esteban Murillo. Foto: classicpaintings/Alamy

Soy una viuda de más de 70 años, mental y físicamente sana. Me siento infeliz con mi relación de más de 55 años con una “amiga” que en su momento fue mi cuñada. ¿Por qué sigo soportando a una persona que suelta un comentario sarcástico en los momentos en que necesitas un abrazo amistoso? Nunca deja de, cuando tiene la oportunidad, echar sal en una herida.

Tengo dos hijos y cuatro nietos que viven cerca y todos somos muy unidos. Me parece poco amable soltarla ahora, ya que ella no fue tan bendecida. Todos tenemos cargas que llevar durante toda nuestra vida, lo sé. Pero sus actitudes negativas e insensibles no dejan de irritarme o desanimarme.

Eleanor dice: Uno de los rasgos que definen una amistad es que no llevamos una cuenta moral del otro. El amor es paciente, el amor es amable, “no mantiene un registro de los errores”. Esto es algo muy bonito, por lo general, significa que podemos revelar nuestro yo imperfecto. Podemos ser francos, amados, perdonados e idiosincrásicos, todo al mismo tiempo. Pero en ocasiones esto significa que, tras años de amistad, vemos a la persona a la que llamamos amigo y nos damos cuenta de que durante el tiempo en que no llevamos la cuenta de las infracciones éticas, ellos seguían ocupados acumulándolas.

Es una sensación muy peculiar ver a alguien con esos nuevos ojos evaluadores. Es posible que siempre hayamos sabido que tenían los rasgos que ahora nos parecen tan claramente irritantes –que eran proclives al sarcasmo, en el caso de tu amiga, o que no eran particularmente reconfortantes–, pero no habíamos llegado a la pregunta que ahora planteas: espera, ¿por qué aguanto eso?
Un amigo mío describió en una ocasión su versión de su amienemistad de décadas: “Si no fuera por el hecho de que soy su amigo, nunca hubiera elegido serlo”.

En ese punto crítico, lo que se debe hacer es tomar una decisión consciente: conservarla como amiga, o no. Cualquiera de las dos opciones te puede hacer feliz, la clave es convertirlo en un acto de resolución, en una decisión consciente.

Una vez que hayas observado con claridad las cosas que suelen hacer y decir y hayas decidido que aguantarás esos patrones por una u otra razón, podrás meditar sobre esas razones cuando te decepcionen exactamente de la manera que sabías que lo harían.

Saber el motivo por el que has elegido aguantar algo hace que sea más fácil soportar la tarea en cuestión, es la analogía social de cómo la gente es mucho más propensa a mantener hábitos difíciles, como ir al gimnasio, si se siguen recordando mentalmente el motivo por el que lo hacen.

Por supuesto, no tienes que mantener tu amistad. Si quisieras alejar discretamente a esta mujer, podrías hacerlo. La gente se aleja; no es necesario que haya una gran confrontación. Pero suenas lo suficientemente amable como para considerar que es una perspectiva grosera, y puede que tengas razón en que tu compañía le hace bien, aunque ella no lo demuestre.

Así que si decides que no vas a cortar la relación con ella, el reto es ponerte en una posición en la que sus patrones de comportamiento confiables no terminen perjudicándote invariablemente. Hace poco escuché esta frase y me gustó mucho: tienes que tener un impermeable emocional.

Una forma de eliminar el escozor de un insulto es practicar para verlo como nada más que una prueba sobre la persona que lo dijo. Por ejemplo, si te dicen algo que te desautoriza o es sarcástico, aunque sus palabras se refieran literalmente a ti, te están hablando de ellos mismos de manera inconsciente. Están expresando su deseo de que te rebajes en la conversación, o desean que los veas como una fuente de algún poder o conocimiento del cual careces. Incluso cuando ella no reconoce la señal de un abrazo, todo lo que te está dando es una prueba de que no tiene esa capacidad de calidez. “Evidenciar” el comportamiento de las personas de esta manera puede facilitar que te mantengas alejada del daño.

Si eso no funciona, dile directamente que te fastidia que reaccione así. Es posible que la amistad no conserve un registro de los agravios, pero si a ella le importa conservar esta, le importará el registro de los daños.

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