¿Volverá la libertad de expresión a Twitter, como predica Elon Musk?
Donald Trump (derecha) dice que no tiene intención de volver a unirse a Twitter si es adquirido por Elon Musk (izquierda). Foto: Nicholas Kamm/AFP/Getty Images

¿Bienvenidos de nuevo Donald Trump, Katie Hopkins, David Icke y Alex Jones? Estas son solo algunas de las cuentas de Twitter que podrían ser restablecidas si el próximo nuevo propietario de la plataforma, el “absolutista de la libertad de expresión” Elon Musk, pone en práctica lo que predica.

Todas esas cuentas fueron suspendidas de forma permanente de la plataforma por infracciones que incluyen, la más notoria, el supuesto apoyo del expresidente estadounidense a los disturbios del Capitolio el 6 de enero del año pasado. Su reincorporación ahora parece estar en juego puesto que el hombre más rico del mundo acordó una adquisición de 44 mil millones de dólares de la plataforma que los vetó y ha declarado que “la libertad de expresión es la base de una democracia funcional”.

Trump indicó el lunes que no tiene intención de volver a unirse a Twitter y que se queda con su red social rival TRUTH, sin embargo, Musk podría darle una oportunidad para recuperar sus más de 88 millones de seguidores.

En su participación en una conferencia TED este mes, Musk comentó que era “muy cauteloso con las prohibiciones permanentes” y que preferiría un sistema de tiempo fuera para los titulares de cuentas que infrinjan las normas de conducta de Twitter. En vista de que Hopkins, una comentarista británica de derecha, fue suspendida permanentemente por infringir la política de “conducta de odio” del sitio, su readmisión disminuiría inmediatamente el rigor de las normas vigentes destinadas a impedir las amenazas contra personas por motivos de “raza, etnia, origen nacional, casta, orientación sexual, género, identidad de género, afiliación religiosa, edad, discapacidad o enfermedad grave”.

Imran Ahmed, director ejecutivo del Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH), una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos y el Reino Unido, señala que restablecer las cuentas vetadas por infracciones graves constituiría un error. “Si fueron prohibidas por infracciones serias, la única manera en que Musk puede restablecerlas es diciendo que las reglas ya no existen, lo cual mostraría una terrible falta de juicio”.

En la misma conferencia, Musk también comentó que las personas deberían poder hablar con libertad “dentro de los límites de la ley” y que Twitter debería seguir las leyes de los países en los que opera.

Independientemente de los cambios en las normas de suspensión del sitio, resulta difícil imaginar que los históricos tuits de Hopkins, cuyas publicaciones han incluido la comparación de los inmigrantes con cucarachas, superen la legislación, como el próximo proyecto de ley de seguridad en línea del Reino Unido, que exigirá a las plataformas de redes sociales que protejan a sus usuarios de contenidos perjudiciales.

¿Habrá más libertad de expresión en Twitter?

William Perrin, un experto en políticas cuyo trabajo influyó en el marco regulatorio detrás del proyecto de ley británico, señala que Musk necesita ajustar su enfoque. “Muchos ejecutivos estadounidenses han pensado que el mundo funciona como Estados Unidos y no es así”, comenta. “Europa occidental tiene la convención europea de derechos humanos que se centra en un equilibrio entre los derechos y es muy diferente a la primera enmienda… El régimen del Reino Unido está diseñado para proteger a las personas de los perjuicios en línea y eso es algo que Musk tendrá que acatar“.

Sin embargo, Silkie Carlo, directora del grupo británico de defensa de la privacidad Big Brother Watch, opina que el proyecto de ley de seguridad en línea es un estatuto de censura porque le otorgará al gobierno el poder de establecer los límites de la expresión aceptable en línea, mediante la regulación de las publicaciones consideradas “legales pero perjudiciales”.

La propiedad de los multimillonarios de la plaza pública en línea no es una novedad, pero sí pone de manifiesto la necesidad de empoderar a los ciudadanos y garantizar que los derechos están protegidos en línea”, señala.

“Lamentablemente, el gobierno del Reino Unido nos está llevando en la dirección opuesta con el proyecto de ley de seguridad en línea, el cual pondrá mayor poder en manos de un pequeño número de personas para vigilar nuestras conversaciones en línea”.

En la Unión Europea, los 27 países miembros aplican la Ley de Servicios Digitales, que exige que empresas como Twitter y Facebook tomen más medidas para combatir los contenidos ilegales o se enfrenten a multas de miles de millones de euros. En Estados Unidos los avances son más lentos, en parte debido a la primera enmienda que protege la libertad de expresión, aunque existen iniciativas en el Congreso para introducir una legislación de seguridad en internet.

Rebecca Allensworth, profesora de Derecho en la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos, comenta que la primera enmienda protegerá a Twitter y a Musk contra cualquier presión en materia de políticas de moderación. “La ley de libertad de expresión estadounidense es básicamente la primera enmienda, que solo limita a los actores gubernamentales, no a una empresa como Twitter o a una persona como Elon Musk. De hecho, el propio Twitter (y Musk) probablemente gozan de al menos algunos derechos de la primera enmienda contra la intromisión del gobierno respecto a las decisiones de moderación y de prohibición y veto”. No obstante, quizás el comentario reciente más importante de Musk sea la referencia a trabajar dentro de los límites de la ley.

Los intereses comerciales también podrían representar una limitación para Musk. Ha abordado la posibilidad de eliminar la publicidad en el servicio premium de Twitter, Blue, pero los anuncios representan el 90% de los 5 mil millones de dólares de ingresos anuales de Twitter. Necesitará efectivo para pagar la deuda de un paquete de financiamiento de 46 mil 500 millones de dólares, y si los anunciantes desean ayudar, querrán una plataforma positiva.

“Para las marcas de nuestros clientes, es extremadamente importante mantener un sentimiento positivo. Ninguna marca quiere ser relacionada con el odio, el acoso o las opiniones negativas”, señala Farhad Divecha, director general de la agencia de mercadotecnia digital británica Accuracast. “Es preocupante que Twitter se pudiera convertir en un “free for all”… Si observamos que la moderación de los contenidos de los usuarios en la plataforma empeora, es muy probable que aconsejemos a nuestros clientes que no se anuncien en Twitter”.

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