Urgencia por hacer llegar píldoras del día siguiente a Ucrania, mientras aumentan las denuncias de violaciones
Voluntarios de la organización noruega Paracrew provee alimentos y suplementos médicos a Ucrania. Foto: Anna Liminowicz/The Guardian

Se están realizando esfuerzos para que la anticoncepción de emergencia llegue a los hospitales ucranianos lo más pronto posible, ya que siguen aumentando las denuncias de violaciones tras la invasión rusa.

Aproximadamente 2 mil 880 paquetes del medicamento, también conocido como píldora del día siguiente fueron enviados a Ucrania por parte de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), mientras que una red de voluntarios de toda Europa ha estado recolectando donaciones del medicamento en el extranjero y entregándolo en los hospitales.

“El periodo de tiempo para tratar a las víctimas de violencia sexual realmente es esencial”, dijo Julie Taft, de la IPPF. “Si se atiende a una mujer en los cinco días siguientes al suceso, se le debe dar automáticamente ese medicamento”.

Taft indicó que la IPPF también estaba enviando pastillas abortivas médicas, que pueden ser utilizadas hasta las 24 semanas de embarazo.

Aunque la anticoncepción de emergencia estaba ampliamente disponible en Ucrania, la guerra destruyó las cadenas de suministro locales, provocó el desplazamiento de pacientes y proveedores de atención médica, y aumentó el índice de abusos sexuales.

“Existe una demanda de anticonceptivos de emergencia, pero muy raramente de los hospitales del oeste. Es principalmente de hospitales del este, en Kharkiv, Mariúpol, esas regiones”, señaló Joel Mitchell, de Paracrew, una organización de ayuda humanitaria que provee alimentos y equipos médicos a Ucrania. “En cuanto contactamos a los hospitales de esas regiones, tuvimos ordenes permanentes de ese medicamento”.

Se desconoce cuántas de las receptoras del medicamento son víctimas de abusos sexuales, sin embargo, un voluntario de Paracrew comentó a The Guardian que entregó la anticoncepción de emergencia directamente a un hospital de una ciudad ubicado al norte de Kiev, donde dice que el personal del hospital le dijo que estaban tratando a varias víctimas de violación.

La comisionada de derechos humanos de Ucrania, Lyudmila Denisova, indicó a principios de abril que había nueve casos oficiales de mujeres embarazadas tras haber sido violadas por soldados rusos. Los informes sobre las víctimas de violaciones aumentan la preocupación respecto a las zonas del este, que todavía se encuentran bajo la ocupación rusa.

Jamie Nadal, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), señaló que en una situación de crisis los casos de violencia denunciados, incluyendo la violación, probablemente son “solo la punta del iceberg”.

La ONU incluyó anteriormente la anticoncepción de emergencia en “kits post-violación” para cientos de mujeres y niñas en situación de conflictos armados en todo el mundo, incluida la guerra de Bosnia. Además de la anticoncepción de emergencia, las supervivientes solían recibir medicamentos para prevenir enfermedades de transmisión sexual como la hepatitis B y el VIH. La distribución del medicamento para las supervivientes de violaciones en zonas post conflicto sigue siendo una política de la ONU. Hasta la fecha, la ONU ha enviado 40 toneladas métricas (40 mil kg) de suministros de salud reproductiva a Ucrania y 33 kits de Gestión Clínica de la Violación (CMR) y Profilaxis Post Exposición (PEP) a 19 hospitales de 10 regiones de Ucrania.

Denisova comentó que su oficina había registrado oficialmente los casos de 25 mujeres que fueron retenidas en un sótano y violadas sistemáticamente en Bucha, una ciudad ubicada al norte de Kiev que ahora es sinónimo de crímenes de guerra cometidos por los rusos, aunque el verdadero número de víctimas podría ser mucho más elevado.

Una voluntaria que evacuó a residentes de las ciudades situadas en el norte de Kiev a principios de abril comentó a The Guardian: “Lo que suele ocurrir es que las supervivientes de una violación quieren contar su historia al principio, pero después se marchan y no es hasta meses después cuando regresan para hablar”. Dijo que encontró tres mujeres en la región que salieron desnudas de casas y sótanos. Una de ellas, trasladada inmediatamente en ambulancia, fue gravemente golpeada y tenía huesos rotos.

The Guardian informó esta semana que las autopsias de los cadáveres que se encontraban en las fosas comunes en el norte de Kiev revelaron pruebas de que algunas mujeres fueron violadas antes de ser asesinadas por las fuerzas rusas.

“Los problemas de salud psicológica, emocional y física a los que se enfrenta la superviviente son múltiples, y la ansiedad en torno a un posible embarazo en verdad es enorme para muchas mujeres”, explicó Taft. “Puede conducir al estrés y al trastorno de estrés postraumático, por lo que resulta fundamental poder prevenirlo desde el principio”.

Sin embargo, el suministro de píldoras dentro de Ucrania se ha visto sumamente perjudicado por la invasión y los voluntarios que hablaron con The Guardian describieron múltiples problemas logísticos que retrasan los intentos de hacer llegar al país el tan necesitado medicamento.

“Una gran cantidad de medicamentos eran producidos en Ucrania antes, pero gran parte de esa producción se detuvo o se quedó detenida en las principales ciudades porque el transporte no es seguro”, señaló Taft. “Además, la capacidad actual de los proveedores de salud y de los productos básicos (es insegura), sobre todo porque estamos observando una gran destrucción de instalaciones sanitarias”.

Aleksandra Weder Sawicka, una activista polaca radicada en Oslo que trabajó con Paracrew, coordinó la colecta de 500 píldoras desde Noruega, sin embargo, se encontró con el escrutinio de la dirección de salud de Noruega, la cual no aprobó la donación informal del medicamento. Una gran cadena de farmacias de Noruega también se negó a entregarle el medicamento por ese motivo. Tuvo que suspender más donaciones mientras intenta llegar a un acuerdo con las autoridades noruegas para que le permitan continuar con la labor.

Taft indicó que el estricto control del medicamento en algunos países fronterizos con Ucrania, como Rumania, Hungría y Polonia, causaron que la obtención de las píldoras fuera más costosa, desafiante y larga. “En esos países no se puede comprar el medicamento de emergencia al por mayor”, explicó, “así que tuvimos que adquirirla de proveedores de Dinamarca y los Países Bajos”.

Krystyna Kacpura, directora de Federa, una organización polaca que defiende los derechos de la mujer y la salud reproductiva, comentó: “Las organizaciones internacionales nos contactaron en los primeros días de la guerra ofreciendo enviar anticonceptivos de emergencia, pero tuvimos que aconsejarles que los enviaran directamente a Ucrania a través de la República Checa, ya que no podíamos ser descubiertos manejando sustancias controladas”.
Este artículo fue modificado el 28 de abril de 2022. La IPPF ha proporcionado alrededor de 2 mil 880 paquetes de píldoras a Ucrania, no aproximadamente 25 mil paquetes como decía una versión anterior.

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