El acuerdo propuesto por China ampliaría drásticamente su influencia en materia de seguridad en el Pacífico
China espera firmar un acuerdo de seguridad con 10 países insulares del Pacífico la próxima semana en Fiji. Foto: Mark Schiefelbein/AP

China pretende alcanzar un extenso acuerdo de seguridad económica regional con las naciones del Pacífico que ampliaría drásticamente su influencia y alcance en dichos países, en un pacto que tiene muy preocupados a los países occidentales y a algunos líderes del Pacífico

El amplio acuerdo expone la visión de China de establecer una relación mucho más estrecha con el Pacífico, especialmente en materia de seguridad, y en el que China propone involucrarse en el entrenamiento de la policía, la ciberseguridad, la cartografía marina de carácter sensible y en obtener un mayor acceso a los recursos naturales.

Un borrador del acuerdo, redactado en un estilo similar al controvertido acuerdo de seguridad bilateral firmado por las Islas Salomón y China el mes pasado, y un plan de acción de cinco años, ambos obtenidos por The Guardian, abarcan una gran variedad de temas, incluyendo el comercio, el financiamiento y la inversión, el turismo, la salud pública y el apoyo en torno al Covid-19, el establecimiento de intercambios lingüísticos y culturales chinos, la capacitación y las becas, así como la prevención de desastres y la ayuda.

El acuerdo será debatido por los líderes del Pacífico y el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, quien ha emprendido una gira maratónica por el Pacífico, visitando ocho países en 10 días. El jueves se reunirá con su homólogo de las Islas Salomón.

China espera que el acuerdo sea firmado por 10 países del Pacífico en Fiji la próxima semana, cuando Wang celebre la segunda reunión de ministros de Relaciones Exteriores de China y el Pacífico.

La nueva ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong, emitió un comunicado en respuesta a la noticia del borrador del acuerdo: “China ha dejado en claro sus intenciones (pero) también lo son las intenciones del nuevo gobierno australiano”.

La ministra viajará a Fiji el jueves, en una primera muestra de su determinación de estrechar las relaciones con los países del Pacífico.

En Twitter, el primer ministro de Fiji, Frank Bainimarama, indicó que se reuniría con Wong el viernes y con Wang el lunes. En una clara referencia al acuerdo propuesto, escribió: “Me han preguntado acerca de la agenda de Fiji. En todas las conversaciones, lo que más importa es nuestra gente y nuestro planeta, así como el respeto al derecho internacional”.

El acuerdo reitera el compromiso de China de duplicar el volumen de comercio bilateral para el año 2025 en comparación con el año 2018, y también promete entregar 2 millones de dólares adicionales a los países insulares del Pacífico en concepto de ayuda para combatir el Covid-19, así como enviar 200 miembros del personal médico chino a los países del Pacífico durante los próximos cinco años. China también ofrece 2 mil 500 becas gubernamentales para la región y enviará entre 5 y 10 compañías artísticas a las islas, en espera de las normas relativas al Covid-19.

Uno de los puntos clave del acuerdo propuesto es la participación de China en la seguridad del Pacífico.
El acuerdo supondría una importante ampliación del compromiso de China con las fuerzas policiales de la región, ya que el borrador del acuerdo propone “ampliar la cooperación en materia policial, combatir conjuntamente la delincuencia transnacional y establecer un mecanismo de diálogo sobre la capacidad policial y la cooperación policial”.

El acuerdo hace especial hincapié en la capacitación de las fuerzas policiales del Pacífico, aspecto en el que ya participa en toda la región, ya que China propone impartir “formación policial de nivel intermedio y alto” a los países insulares del Pacífico y, con carácter prioritario, “celebrar el primer diálogo ministerial entre China y los países insulares del Pacífico sobre la capacidad policial y la cooperación policial” a finales de este año, así como ayudar a construir laboratorios para la realización de pruebas de huellas dactilares, autopsias forenses, drogas y análisis forenses electrónicos y digitales.

El acuerdo también pretende reforzar la cooperación en materia de “ciberseguridad” y promover la “elaboración de normas para la gestión global de datos”.

El acuerdo propone la promoción del comercio entre los países, incluyendo la exploración de la posibilidad de establecer una “zona de libre comercio” con las naciones del Pacífico. Además de buscar la ampliación de la cooperación mutua en los ámbitos de las infraestructuras, la energía, la minería, las tecnologías de la información, el comercio electrónico, la agricultura, la silvicultura y la pesca, China espera que haya una mayor inversión directa en los países del Pacífico por parte de “empresas chinas respetables”.

En una propuesta que suscitará inquietudes, China también propone elaborar conjuntamente un “plan espacial marino” y participar en la cartografía marina de carácter sensible, así como permitir que China obtenga un mayor acceso a los recursos naturales.

China ya domina las industrias de extracción de recursos en el Pacífico. Una importante investigación realizada por The Guardian el año pasado reveló que China recibió más de la mitad del total de toneladas de mariscos, madera y minerales exportados desde la región en 2019, un botín de 3 mil 300 millones de dólares que ha sido calificado por los expertos como algo “de una magnitud asombrosa”.

Un estudio sobre los barcos que operaban en el Pacífico en 2016 reveló que China tenía 290 embarcaciones industriales con licencia para operar en la región en ese momento, es decir, más de una cuarta parte del total, y más que las 240 embarcaciones de todas las naciones del Pacífico juntas.

No obstante, algunos líderes del Pacífico reaccionaron con dureza al acuerdo.

En una carta dirigida a 21 líderes del Pacífico, vista por The Guardian, David Panuelo, presidente de los Estados Federados de Micronesia (FM), que mantendrán una reunión virtual con Wang, indicó que su país defendería que se debería rechazar el “comunicado conjunto predeterminado”, porque temía que pudiera desencadenar una nueva “guerra fría” entre China y Occidente.

En caso de que China invadiera Taiwán, lo que sería “equivalente a una guerra entre China y Estados Unidos”, la región corría el riesgo de quedar “atrapada en el fuego cruzado de los países más grandes”, escribió.

También advirtió que el acuerdo pretendía “asegurar la influencia china en los gobiernos”, así como el control chino de las infraestructuras de comunicación, la pesca colectiva y los sectores de recursos extractivos. La redacción del acuerdo también “expone a nuestros países a que nuestras llamadas telefónicas y correos electrónicos sean interceptados y escuchados”, escribió.

“Soy consciente de que, en febrero, el cónsul general de China en Osaka comentó en Twitter, en relación con la invasión de Rusia contra Ucrania, que ‘la mayor lección de lo que ha ocurrido en Ucrania es que un país débil debe obedecer a un país fuerte. El desafío llevará a un resultado desastroso'”, continuó.

Un alto diplomático en el Pacífico dijo a The Guardian que algunos líderes tenían “grandes preocupaciones”, pero que “en esta región se ha producido un vacío por parte de los socios tradicionales, tienen que trabajar muy arduamente para volver a ganarse los corazones de los habitantes del Pacífico”.

El diplomático señaló que el acuerdo no estaba garantizado. “Trabajaremos a través de nuestra estructura regional para garantizar que se mantenga la seguridad y la estabilidad de nuestra región bajo el derecho internacional”.

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