La muerte de Dom Phillips fue un ‘daño colateral’ en una emboscada en estado de ebriedad: vicepresidente de Brasil
Manifestantes en Brasilia exigen justicia para el periodista Dom Phillips y el experto indígena Bruno Pereira, quienes fueron asesinados en el Amazonas. Foto: Ueslei Marcelino/Reuters

El vicepresidente de Brasil afirmó que el periodista británico Dom Phillips fue un “daño colateral” en el ataque perpetrado contra su compañero de viaje, el activista indígena Bruno Pereira, tras la aparición de espeluznantes detalles sobre el asesinato de los dos hombres ocurrido a principios de junio.

Uno de los tres hombres detenidos por los asesinatos indicó que él y sus cómplices intentaron quemar los cadáveres después de asesinarlos con un arma de fuego a la orilla de un río ubicado en el oeste de Brasil.

Cuando ese intento no funcionó, regresaron al día siguiente y los enterraron, explicó Amarildo da Costa de Oliveira en un video de reconstrucción policial difundido por TV Globo.

Los cuerpos de los dos hombres fueron encontrados el pasado miércoles, después de que Amarildo guiara a la policía hasta el lugar donde fueron enterrados, a 3.1 km de la orilla del río.

Amarildo es uno de los tres hombres detenidos en relación con un crimen que ha conmocionado a Brasil. Su hermano Oseney también fue detenido, junto con Jefferson Lima da Silva. Los tres hombres viven en el valle de Yavarí, una zona remota de Brasil cercana a la frontera del país con Perú.

Las autoridades están buscando a otras cinco personas por participar en los actos realizados para esconder los cadáveres.

Phillips y Pereira regresaban de un viaje por la región el 5 de junio cuando desaparecieron. Phillips estaba trabajando en un libro sobre desarrollo sustentable titulado How to Save the Amazon (Cómo salvar el Amazonas), y Pereira, quien tenía estrechos vínculos con grupos indígenas locales, lo ayudaba con las entrevistas.

Los testigos indicaron que Pereira fue amenazado por los hombres el día anterior en el río Itaguaí. Se cree que los hombres temían que Pereira tuviera evidencia de sus viajes de pesca ilegal en la zona, gran parte de ella reservada exclusivamente para las tribus indígenas.

Amarildo explicó que Phillips y Pereira recibieron disparos cuando intentaban escapar de sus perseguidores y que Pereira contraatacó.

“Hubo un intercambio de disparos”, indicó Amarildo, afirmando que Jefferson les disparó a ambos hombres.

La noticia fue difundida poco después de que el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourão, comentara que pensaba que Phillips murió porque se encontraba con Pereira, el principal objetivo de los asesinos.

“Si alguien ordenó el crimen, se trata de un empresario de la región que se sentía agredido, principalmente por las acciones de Bruno”, dijo Mourão el lunes. “No por las de Dom. Dom quedó atrapado en esta historia. Fue un daño colateral”.

“Esto es un crimen, fue algo que ocurrió en un momento, casi como una emboscada. Algo que se había estado tramando desde hace tiempo, por así decirlo. En mi opinión, debe haber ocurrido el domingo. Los domingos, los sábados, las personas beben, se emborrachan, lo mismo sucede aquí en las zonas más pobres, en las afueras de las grandes ciudades”.

Mourão, vicepresidente del líder de extrema derecha Jair Bolsonaro, no aclaró si sus conclusiones estaban basadas en los hallazgos de la investigación de la policía sobre un crimen que ha conmocionado al mundo.

Mourão añadió que incluso en las grandes ciudades de Brasil “todos los fines de semana hay personas que son golpeadas y asesinadas con cuchillos, con disparos, de la forma más cobarde; y generalmente esto es resultado de ¿qué? Del alcohol. Así que eso es lo que debió ocurrir ahí”.

Sus comentarios provocaron el enojo de las comunidades tradicionales en las que Bruno trabajó durante años. En un comunicado, el grupo indígena Univaja señaló que los comentarios de Mourão eran una falta de respeto hacia Phillips y hacia las comunidades locales.

“El vicepresidente hace caso omiso del hecho de que la investigación policial apunta a la existencia de un grupo criminal organizado cuyo objetivo es saquear los recursos naturales de la tierra indígena de Vale do Javari”, señaló el comunicado.

Aunque la policía ha indicado que los asesinos actuaron por su cuenta, Univaja cree que detrás del crimen se hallan intereses más poderosos. La zona, situada en la frontera de Brasil con Perú, se ve asolada por problemas, ya que leñadores, mineros y cazadores regularmente invaden las tierras indígenas. También se tiene conocimiento de que los narcotraficantes operan en la zona.

En la mañana del martes, en Atalaia do Norte, la ciudad ribereña a la que debían llegar Phillips y Pereira, un grupo de líderes indígenas organizó un acto en memoria de los dos hombres.

Líderes de cinco grupos indígenas diferentes pronunciaron discursos y cantaron canciones de homenaje frente a una gran foto de los dos hombres y ramos de flores tropicales.

“En este momento no le podemos mostrar a nuestros enemigos nuestra debilidad. Lo que les sucedió a Bruno y Dom tiene que fortalecer nuestra lucha”, comentó el coordinador de Univaja, Paulo Marubo.

En referencia a la constitución brasileña de 1988, la cual establece los derechos territoriales de los pueblos indígenas, añadió:

“La constitución no fue escrita por los pueblos indígenas, fue escrita por el hombre blanco. Y queremos que el gobierno respete lo que ellos escribieron”.

Las afirmaciones de Mourão también surgen después de los comentarios igualmente desagradables realizados por Bolsonaro, quien primero acusó a Pereira y a Phillips de emprender una “aventura que no era recomendable” y después afirmó, sin pruebas, que Phillips no era popular en la región.

Phillips y Pereira viajaban en una embarcación el 5 de junio cuando se reportó su desaparición tras no llegar a su destino en Atalaia do Norte, una pequeña ciudad ubicada cerca de la frontera de Brasil con Perú.

En la noche del domingo, la policía recuperó la embarcación que utilizaban los dos hombres cuando desaparecieron.

La embarcación, de metal blanco, fue encontrada en aguas de entre 20 y 30 metros de profundidad, cerca de la orilla del río Itaguaí, informó el jefe de la policía local, Alex Pérez Timóteo. La embarcación fue encontrada hundida con seis sacos de tierra. La policía también encontró su motor Yamaha.

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