Venden a niñas en India para pagar préstamos, reporta organismo de derechos humanos
Protestantes piden mejores derechos para las mujeres durante una manifestación en el Día Internacional de la Mujer en Delhi. Foto: Money Sharma/AFP/Getty Images

Las jóvenes del estado de Rajastán, en el norte de India, están siendo vendidas para saldar préstamos que sus padres no pueden pagar, informó el organismo nacional que protege los derechos humanos.

El Comité Nacional de Derechos Humanos emitió un aviso al gobierno estatal exigiendo que se realice una investigación policial sobre la venta de niñas y se den respuestas en el plazo de un mes a lo que calificó como una práctica “abominable”.

Las personas que viven en muchas zonas rurales en India con frecuencia tienen que pedir dinero prestado a otros aldeanos cuando un miembro de la familia se enferma gravemente y necesita tratamiento médico.

Los medios de comunicación locales informan que en media docena de distritos de los alrededores del distrito de Bhilwara, cuando una familia no puede pagar un préstamo, el acreedor agraviado se queja ante los “caste panchayats” o consejos de casta.

Como forma de “solución”, los ayuntamientos ordenan a la familia que entregue a su hija –en ocasiones, más de una, según la cuantía del préstamo– para que el acreedor la venda a un traficante y así recuperar su dinero.

En su aviso, el comité indicó que si la familia se niega a vender a su hija, “sus madres son sometidas a violaciones según los diktats (sanciones) de los panchayats de casta para la resolución de las disputas”.

Entre los casos señalados por el comité se encuentra el de un hombre que pidió prestado 1.5 millones de rupias a un vecino y que fue obligado por el panchayat a vender a su hermana y a su hija de 12 años para saldar la deuda.

En otro, un hombre que pidió prestadas 600 mil rupias cuando su esposa se enfermó y necesitó tratamiento hospitalario, no pudo pagarlas. El panchayat lo obligó a entregar a su hija pequeña al acreedor, quien posteriormente la vendió a un traficante en Agra. A partir de ese momento, “fue vendida tres veces y quedó embarazada cuatro veces”, indicó el comité.

El comité envió a un funcionario a Rajastán para que investigue los casos. El recaudador del distrito de Bhilwara, Ashish Modi, señaló que los delitos eran los primeros de su clase. “Son totalmente ilegales. La policía está investigando y nos aseguraremos de que las víctimas reciban justicia y que los culpables sean castigados”, dijo Modi.

Los panchayats suelen ser una fuerza profundamente regresiva en las zonas rurales de India, que actúan como juzgados ilegítimos. Han ordenado los denominados asesinatos por honor de parejas que han desafiado la tradición casándose con una casta o una fe diferente, o han ordenado castigos brutales para las parejas sospechosas de adulterio.

Kavita Srivastava, veterana activista por los derechos de las mujeres en Jaipur, Rajastán, comentó que era bien conocido que los panchayats de casta regulaban de manera informal los asuntos personales de los aldeanos, como el matrimonio, la herencia o la custodia. Si las personas desafían sus órdenes, son condenadas al aislamiento y rechazadas por el resto de la comunidad.

“Pero lo nuevo en estos casos es que parecen haber ampliado su ámbito para resolver de esta manera las disputas por préstamos”, señaló Srivastava.

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