La iglesia ortodoxa de Ucrania permite a los fieles celebrar la Navidad el 25 de diciembre
Ucranianos vestidos con atuendos tradicionales cantando villancicos navideños en Pirogovo, cerca de Kiev, el 7 de enero de este año. Foto: Sergey Dolzhenko/EPA

Desde hace siglos, los ucranianos celebran la Navidad el 7 de enero, fecha en la que nació Jesús, según el calendario juliano.

Sin embargo, tras la invasión de Vladimir Putin en febrero, la iglesia ortodoxa de Ucrania permite por primera vez que sus congregaciones celebren la Navidad el 25 de diciembre, en una iniciativa que supone un alejamiento de Rusia y un acercamiento a Occidente.

La cuestión sobre en qué fecha celebrar la Navidad ha sido objeto de un prolongado debate en Ucrania.
Tradicionalmente, la Iglesia ha celebrado la Navidad el 7 de enero, al mismo tiempo que el patriarcado de Moscú, el cual bendijo la guerra de Putin. El patriarca Kirill, jefe de la iglesia ortodoxa rusa, es un destacado partidario de Putin y ha comentado que los soldados rusos que mueran quedarán limpios de todos sus pecados.

En 2017, el 25 de diciembre se convirtió en un día festivo en Ucrania. La iglesia ortodoxa del país ya permitía en el pasado que se rezara en esa fecha.

En una reunión de su sínodo llevada a cabo en octubre, y tras las peticiones recibidas, el metropolitano de Kiev anunció que las parroquias podrían celebrar un servicio religioso completo el día 25 si así lo deseaban. La decisión afecta a aproximadamente 7 mil iglesias de todo el país.

En una entrevista con The Guardian, el vocero de la iglesia, el arzobispo Yevstratiy Zoria, indicó que se recopilarían datos para saber el número de fieles que asistieron a los servicios del 25, que este año cae en domingo.

“No queremos obligar a nadie. Comprendemos que eso no resuelve nada”, señaló. “Yo personalmente decidiré qué hacer después de hablar con mis feligreses. Es mejor promover este proceso despacio y con éxito”.

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El patriarca Kirill y Vladimir Putin en un servicio de Pascua en Moscú en 2016. Foto: Kirill Kudryavtsev/AFP/Getty Images

Antes de la invasión a gran escala de Rusia, un tercio de los feligreses deseaba cambiar a una Navidad occidental, comentó. El arzobispo reconoció que el apoyo ahora es mayor.

Desde 2019, mil 600 parroquias se han unido a la iglesia ortodoxa de Ucrania procedentes de la iglesia ortodoxa ucraniana, la cual hasta hace poco era leal al patriarcado de Moscú. Actualmente se encuentra distanciada del patriarca Kirill, y alrededor de la mitad de las diócesis ya no lo mencionan en las oraciones.

Las dos iglesias poseen nombres similares. El predecesor del presidente Volodímir Zelenski, Petro Poroshenko, intentó obligar a la iglesia ortodoxa ucraniana a rebautizarse de forma legal como iglesia ortodoxa rusa en Ucrania.

El intento fracasó después de que el partido Bloque Opositor proKremlin – ahora declarado ilegal– apelara al tribunal constitucional. Zoria indicó que la iglesia ortodoxa de Ucrania respaldaba el carácter de Estado, la independencia, la soberanía y la democracia de Ucrania.

El cambio al 25 de diciembre forma parte de un proceso nacional más amplio de desmontaje de los símbolos de Rusia, la Unión Soviética y el comunismo, que comenzó en 2014 cuando Putin anexionó Crimea e inició un levantamiento proMoscú en la región oriental del Donbás.

Las estatuas de Lenin fueron derribadas. El Ministerio de Cultura ucraniano designó un consejo de expertos para decidir qué hacer con otros monumentos soviéticos y calles cuyos nombres corresponden a figuras culturales rusas, como Pushkin y Tolstoi.

“No lo llamamos desrusificación. Se trata de hacer frente a las consecuencias del totalitarismo ruso”, comentó el ministro de Cultura, Oleksandr Tkachenko, la semana pasada.

Y añadió: “Hemos mantenido varias reuniones. Se tomará en consideración la opinión local. Algunos monumentos podrían ser trasladados a parques y museos”.}En el puerto de Odesa, en el Mar Negro, los activistas cubrieron de pintura roja una estatua de Catalina la Grande y le añadieron una horca.

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Un árbol de Navidad iluminado frente a la catedral de Santa Sofía, en el centro de Kiev, en diciembre de 2021. Foto: Efrem Lukatsky/AP

Taras Pshenychnyi, profesor de historia de la Iglesia en la Universidad Taras Shevchenko de Kiev, comentó que sus alumnos plantearon de manera espontánea el tema de la Navidad y se mostraron partidarios de cambiarla al 25 de diciembre.

No obstante, indicó que las personas mayores, incluidos sus padres, se mostraron renuentes a cambiar al modelo gregoriano, introducido por el papa Gregorio en 1582. Este año su familia, incluido su hijo de seis años, la celebrará en ambas fechas, explicó.

En los siglos XVI y XVII, algunos obispos uniatas ucranianos intentaron adaptarse a la fecha gregoriana, que Polonia y otros países católicos europeos habían adoptado. No lo lograron.

En aquella época, Ucrania formaba parte de la Mancomunidad Polaco-Lituana. Mantuvo el calendario juliano, en el que el Año Nuevo se celebraba el 14 de enero.

Entre 1914 y 1916, cuando la primera guerra mundial causaba estragos, una diócesis ubicada en la ciudad occidental de Ivano-Frankivsk introdujo la fecha del 25 de diciembre. El cambio se topó con la oposición de los tradicionalistas, la intelectualidad y la poderosa iglesia ortodoxa rusa.

Tras la Revolución Rusa, los bolcheviques adoptaron el calendario gregoriano para fines civiles, no obstante, el patriarcado de Moscú se mantuvo igual.

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Un adorno navideño colgado de una rama frente a una casa destruida cerca de Kiev en marzo. Foto: Gleb Garanich/Reuters

Pshenychnyi comentó: “La tradición puede ser progresiva o regresiva. Tenemos que apartarnos de las tradiciones culturales y mentales rusas. Nos mantienen como rehenes”.

“Es necesario hacerlo con cautela, pero se debe hacer. Rusia está utilizando sus parroquias ortodoxas en territorio ucraniano como arma ideológica”.

El patriarca Kirill estuvo asociado al KGB y a la moderna agencia de espionaje rusa FSB, que es una “hábil organización de propaganda”, señaló.

Los políticos del Kremlin han retratado la guerra en Ucrania como un enfrentamiento escatológico entre el bien y el mal. Dmitri Medvédev, expresidente de Rusia y vicepresidente del Consejo de Seguridad, suele utilizar alusiones bíblicas. Ha amenazado con acabar con Occidente mediante un Armagedón nuclear.

En su último arrebato, el viernes, expresó que el “objetivo sagrado” de Rusia en Ucrania era detener al demonio, o al “gobernante supremo del infierno”, como lo llamó. Calificó a los ucranianos como “una gran jauría de perros que ladran desde la perrera occidental”.

Pshenychnyi señaló que no prestaba demasiada atención a la retórica cada vez más apocalíptica de Rusia, que incluye afirmaciones de que Moscú está “desatanizando” a Kiev.

“Es una de las muchas farsas que Rusia ha estado realizando durante los últimos ocho años”, comentó el profesor.

“Durante años, han estado intentando formular algún tipo de imagen respecto a Ucrania. Ayer no éramos un Estado. Hoy somos Satanás. Es una estupidez, y proviene de un grupo de personas de mentalidad débil”.

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