¿Te encanta el queso y odias el tofu? 14 obstáculos veganos y cómo superarlos
'Después de unos meses de experimentación vegana, tus alimentos favoritos pueden llegar a ser menos importantes para ti de lo que pensabas'. Ilustración: Steven Gregor/The Guardian

Todos sabemos por qué el veganismo es una buena idea: es mejor para el planeta y puede ser mejor para nuestra salud, a la vez que los animales no deberían ser explotados para alimentarnos y vestirnos. Cada paso hacia la invención de un buen queso vegano facilita un poco más el cambio. Pero a muchos, convertirse en vegano nos sigue pareciendo difícil.

Si llevas un par de semanas participando en Veganuary, la campaña que anima a las personas a intentar ser veganas durante un mes, quizás estés considerando la posibilidad de prolongarlo –el 23% se vuelve vegano y el 43% reduce su consumo de productos animales al menos a la mitad posteriormente, según indica la organización– o quizás te esté costando trabajo. A continuación, presentamos algunas de las dificultades más frecuentes y algunos consejos que pueden ayudarte a adoptar una vida vegana.

‘No puedo vivir sin queso / tocino / mantequilla / carne’

“Lo escuchamos mucho, sobre todo con el queso”, comenta Toni Vernelli, responsable de comunicación de Veganuary. Vernelli aconseja empezar eliminando cosas que no extrañarás, o cambiándolas por alternativas con las que probablemente no notarás la diferencia. “Muchas personas son felices comiendo hamburguesas y salchichas de carne falsa”.

Un nugget de “pollo” vegano, explica, es prácticamente idéntico a uno de carne altamente procesada. “Si hay algo que realmente te gusta, cámbialo al final. No tiene por qué ser un cambio de la noche a la mañana“. Aconseja probar otras opciones; incluso en el último año se han producido mejoras en productos como el tocino y el queso veganos.

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Las alternativas vegetales han progresado mucho: un nugget de ‘pollo’ vegano es prácticamente idéntico a uno de carne. Ilustración: Steven Gregor/The Guardian

Después de unos meses de experimentación vegana, tu alimento preferido puede llegar a ser menos importante para ti de lo que pensabas. “No hay nada de malo en decirse a uno mismo: ‘Cuatro veces al año, voy a comer un sandwich de tocino porque no puedo imaginarme la vida sin él’. Puede que descubras que la primera vez, tus papilas gustativas han cambiado y que ya no te apetece algo tan grasoso”.

‘No quiero tener que preocuparme por los suplementos’

Chantal Tomlinson, nutrióloga de The Vegan Society, comenta que algunos suplementos pueden beneficiar a todos, sean veganos o no, las directrices del Reino Unido indican que todos deberían considerar tomar vitamina D en otoño e invierno, y en el caso de algunas personas debería ser durante todo el año.

Los alimentos enriquecidos y los suplementos de vitamina B12, vitamina D, yodo y selenio son elementos importantes de una dieta vegana bien planeada, que complementan una ingesta equilibrada y diversa de alimentos de origen vegetal”, explica, y añade que se pueden conseguir suplementos veganos especializados que los contienen en una sola tableta.

‘Hago mucho ejercicio’

El número de atletas de élite que son veganos –la tenista Venus Williams y el boxeador David Haye, entre ellos– debería convencerte de que el tiempo que pasas en el parkrun no se verá afectado si dejas de comer carne. “Las personas activas tienen que asegurarse de que consumen suficiente energía, la mayor parte de la cual procede de los carbohidratos presentes en alimentos ricos en almidón como la avena, la papa, la pasta y la fruta”, comenta Tomlinson. “Lo ideal son opciones ricas en carbohidratos que contienen una cantidad moderada de proteínas”.

Tomlinson comenta que las mejores fuentes de proteínas vegetales “contienen buenas cantidades de lisina”. La lisina es uno de los aminoácidos esenciales, lo que significa que el cuerpo no puede producirla. Algunas buenas fuentes son los frijoles, las lentejas, los chícharos, la soja, los cacahuates, la quinoa, las nueces de la India y las semillas de calabaza. Para las personas activas, las necesidades de proteínas son mayores, por lo que es crucial consumir suficientes alimentos ricos en proteínas que contengan grandes cantidades de lisina”.

Tomlinson también recomienda la leche de soja enriquecida, que “contiene muchas más proteínas que otras leches vegetales, y la calidad de la proteína de soja es similar a la de la carne y los lácteos”.

‘Estoy embarazada o en periodo de lactancia’

“Procura consumir al menos dos raciones diarias de alimentos ricos en calcio, como dos vasos (400 ml) de leche vegetal enriquecida”, señala Tomlinson. “Asegúrate de que tu dieta diaria contenga abundantes alimentos ricos en hierro, como las lentejas, los frijoles, las pasas y los cereales para el desayuno enriquecidos. Optimiza la absorción del hierro combinándolos con fuentes de vitamina C, como el jugo de naranja, el brócoli o el pimiento”.

Señala que es importante “asegurarse de que se cubren los objetivos de vitaminas B12 y D, yodo y selenio”, por lo que hay que tomar un suplemento. “Antes del embarazo y durante el primer trimestre, también es necesario tomar un suplemento de ácido fólico. Dado que los veganos no consumen grasas omega-3 de cadena larga procedentes del pescado graso, se puede considerar la opción de tomar un suplemento de microalgas”.

Si se está en periodo de lactancia, hay consideraciones adicionales, comenta Tomlinson. “Esto requiere más proteínas y zinc que el embarazo. Asegúrate de que tus comidas contengan buenas fuentes, como los frijoles, los garbanzos, las lentejas, los productos de soja, las nueces de la India, las semillas de linaza molidas, las semillas de calabaza y la quinoa. Las necesidades de calcio durante la lactancia son casi un 80% superiores, por lo que es buena idea ingerir fuentes ricas durante todo el día, como alimentos enriquecidos con calcio y tofu con calcio”.

‘No tengo tiempo suficiente para cocinar comidas laboriosas’

No hay ninguna razón, comenta Gena Hamshaw, nutrióloga y autora de libros de cocina, por la que tus comidas tengan que ser tan diferentes a las de antes. “Puedes aprovechar tus preferencias actuales y preguntarte: ‘¿Qué ingredientes puedo añadir para que esto esté hecho a base de vegetales?”.

Para ella, una cena entre semana puede ser pasta con un frasco de salsa y albóndigas veganas congeladas, o algo salteado. Si está muy ocupada, es posible que coma comida vegana congelada. “Es estupendo cocinar alimentos desde cero, pero todos vivimos en el mundo real y en ocasiones resulta útil adoptar un enfoque semipreparado. La buena noticia de ser vegano en la actualidad es que es totalmente posible hacerlo con una amplia gama de alimentos de alta calidad que lo facilitan“.

‘No me gusta el tofu / los champiñones / la berenjena’

“Yo diría que ninguno de ellos es necesario para llevar una vida vegana feliz”, señala Hamshaw. “En el reino vegetal, siempre hay muchas otras opciones que te proporcionarán los mismos micronutrientes. El que más dudaría en eliminar sería el tofu, porque es una gran fuente de proteínas.”

Aconseja perseverar con distintas formas de cocinarlo. “Compra el más firme y después prénsalo, yo normalmente (lo prenso el bloque entre) dos platos y poner uno o dos libros encima. Así se elimina parte del agua, hace que adquiera una textura más masticable y se vuelve más crujiente en la superficie. Utiliza algún tipo de marinado que te guste. Después puedes freírlo en el sartén, hornearlo o asarlo”.

Ella recomienda usar aceite de oliva, limón y hierbas. “Podría ser un marinado con salsa de soja, aceite de sésamo tostado, jengibre, ajo. A mí me gusta un marinado balsámico, y luego lo asaré y lo añadiré a ensaladas y a platillos de pasta”.

‘Mis hijos son quisquillosos con la comida’

“Quizás no sea lo más sensato imponer a tus hijos una dieta basada en vegetales si se muestran realmente renuentes a seguirla contigo”, comenta Hamshaw.

No obstante, si están interesados en seguir una dieta vegana (bien planeada y complementada), pero pueden ser quisquillosos con la comida, “piensa en lo que ya les gusta y en cómo lo harías a base de vegetales. El veganismo es una forma estupenda de alentar a los niños a comer más verduras, cereales integrales y legumbres, pero es posible que haya que pasar por un periodo en el que les sirvas opciones veganas que se ajusten mucho más a lo que están acostumbrados”.

Anímalos a probar pequeñas cantidades de alimentos nuevos. “Los gustos de los niños sí cambian. El hecho de que haya algunas verduras que tus hijos no quieran probar ahora, no significa que nunca vayan a comerlas”.

‘Será demasiado costoso’

Se trata de un mito muy común, señala Vernelli. Veganuary encargó a la empresa de estudios de mercado Kantar que analizara esta cuestión. “Descubrieron que para comidas y cenas, una comida a base de vegetales costaba en promedio un 40% menos que una que incluyera carne o pescado”.

Sí, las alternativas a la carne y los lácteos pueden ser costosas, pero “si lo comparamos con lo económicas que son las legumbres, las leguminosas y la pasta, una dieta vegana sigue siendo más económica en general”, explica Vernelli. Los precios de las alternativas a la carne están bajando, comenta, y ahora los supermercados más económicos ofrecen sus propias versiones.

‘No quiero leer etiquetas todo el tiempo’

Estar de pie y leer las minúsculas etiquetas de ingredientes puede resultar aburrido y abrumador, sin embargo, cada vez son más los minoristas y las marcas que destacan el carácter vegano de un producto, señala Vernelli. Pero si un producto no está marcado como vegano, concéntrate en los alergenos –que incluyen la leche, los huevos y los mariscos–, que suelen estar resaltados en negrita y destacarán en la lista de ingredientes. “Si tiene una etiqueta de producto vegetariano en la parte delantera, y le das la vuelta, y no destaca la leche ni los huevos, entonces es bastante seguro“.

‘Soy un amante de la comida y me encanta comer fuera’

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‘Si voy a un restaurante y veo que no hacen ningún esfuerzo por los veganos, no deberían estar en el negocio’. Ilustración: Steven Gregor/The Guardian

Es francés, chef y tiene una formación clásica: nadie, comenta Alexis Gauthier, sabe mejor que él cuán deliciosos son los animales y los productos de origen animal. “Carne asada, pollo asado, crema rica: por supuesto que lo sé”, señala Gauthier, que se volvió vegano en 2016. Su restaurante londinense de alta cocina Gauthier Soho ahora es 100% vegano.

La razón por la que muchos veganos vuelven a consumir carne, explica, “siempre es la exquisitez de la comida. Aunque las personas quieran volverse veganas porque creen que el planeta está en una situación de emergencia, si la comida no es deliciosa, llegará un momento en el que dirán: ‘No puedo vivir sin…'”. Su misión, entonces, es “crear comida vegana deliciosa sin la que no puedas vivir”.

Incluso hace unos años, habría sido más difícil, comenta, encontrar buena comida vegana cuando uno salía a comer fuera. “Ahora, la mayoría de los restaurantes quieren usar su capacidad creativa para complacer a los veganos”. Recomienda consultar el menú con antelación para comprobar que te atenderán, pero si no hay ninguna opción, no aconseja llamar antes para pedir que te preparen algo vegano, porque eso refuerza la idea de que no comer animales es anormal (en su lugar, puedes cancelar la reserva y decirles el motivo). “Si voy a un restaurante y veo que no hacen ningún esfuerzo por los veganos, no deberían estar en el negocio”, comenta.

‘Mi pareja me dejaría’

“Sí lo escuchas”, dice Vernelli. “Es decir, ¿quieres estar con alguien que te dejaría si cambiaras tu dieta?“. En el caso menos extremo, puede que tu pareja se queje un poco. “Creo que se trata de dejar en claro que esto no es algo que le estés imponiendo, es una decisión personal, algo en lo que crees, que es importante para ti. Hay formas sencillas de solucionarlo en la cocina”. Un ejemplo sencillo, comenta, sería cocinar por lotes ingredientes básicos, como una salsa de tomate, para recetas de pasta y chile con carne, y hacer una vegana y otra con carne.

‘Quiero usar mis zapatos de cuero y mis suéteres de lana’

¿Quizás simplemente seguir usándolos hasta que sea necesario cambiarlos? “Al ser vegano, aceptas una filosofía que te dice que tienes que excluir algunos productos“, explica el activista Jordi Casamitjana. “Si solo estás experimentando para ver si puedes lograrlo, está bien, es algo positivo”. Pero aún no eres vegano.

“El veganismo está bien definido por The Vegan Society, que creó la palabra en 1944”, explica Casamitjana. “Es una filosofía y una forma de vida que busca excluir toda forma de explotación y crueldad contra los animales con fines alimentarios, de vestimenta o de cualquier otro tipo”.

Quizás empieces como consumidor de una “dieta basada en vegetales” y con el tiempo te conviertas en vegano. “Eres increíblemente afortunado porque decidiste ser vegano en el siglo XXI, cuando hay tantas opciones para ti”. Casamitjana piensa que, al cabo de un tiempo, perderás el interés por todos los productos de origen animal, “y no podrás creer que no lo hubieras hecho antes”.

‘Hará que viajar sea demasiado difícil’

Antes, cuando viajaba a lugares donde las dietas bajas en carne no eran lo habitual, Vernelli empacaba leche de soja en polvo, mezclas de frutas y frutos secos y barritas saludables por si no encontraba qué comer. Ahora elogia la aplicación HappyCow. “A cualquier parte del mundo que vayas, la aplicación te dirá el lugar más cercano que sirva comida vegana. Incluso si no hay restaurantes, te indicará los establecimientos que al menos tienen opciones veganas”.

La difusión general del veganismo significa que “ahora es mucho más fácil conseguir comida vegana incluso en los lugares más remotos. Es posible que el hotel en el que te alojes no ofrezca una alternativa a la leche, por ejemplo, pero podrás comprarla en una tienda prácticamente en cualquier parte del mundo”.

‘Los humanos evolucionaron para comer carne’

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‘Nuestros antepasados no eran los carnívoros voraces que ciertos estereotipos podrían hacernos creer’. Ilustración: Steven Gregor/The Guardian

Bueno, sí, pero nuestros antepasados no eran los carnívoros voraces devoradores de carne y sangre que algunos estereotipos podrían hacernos creer. “Las pruebas procedentes de los registros fósiles indican que nuestros antepasados desarrollaron la capacidad de comer carne y otros tejidos animales, como la médula ósea y los órganos, hace al menos 2.5 millones de años, momento a partir del cual existen abundantes pruebas de que los humanos prehistóricos comían carne”, explica Briana Pobiner, paleoantropóloga del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural situado en Washington DC.

“Sin embargo, es probable que las distintas especies y poblaciones de los primeros humanos comieran cantidades variadas de carne dependiendo de los alimentos y materiales para fabricar herramientas que estaban disponibles en sus entornos locales”. A partir de la evidencia, comenta, simplemente no sabemos cuán importante o frecuente era la carne en las dietas de los primeros humanos.

Los humanos somos omnívoros y, por suerte para nosotros los modernos, hasta los supermercados de descuentos tienen buenas alternativas veganas para abastecerse.

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