El hielo marino de la Antártida alcanza sus niveles más bajos
La barrera de hielo Larsen B de la Antártida. Nunca ha habido tan poco hielo alrededor del continente como la semana pasada. Foto: staphy/Getty Images/iStockphoto

Durante 44 años, los satélites han ayudado a los científicos a calcular la cantidad de hielo que flota en el océano alrededor de los 18 mil kilómetros de costa de la Antártida.

Las aguas que bordean el continente experimentan un cambio masivo cada año, ya que el hielo marino alcanza un nivel máximo de 18 millones de kilómetros por hora en septiembre antes de disminuir a poco más de 2 millones de km2 en febrero.

Sin embargo, a lo largo de esas cuatro décadas de observaciones por satélite, nunca hubo tan poco hielo alrededor del continente como a finales de febrero.

“A finales de enero ya sabíamos que solo era cuestión de tiempo. Ni siquiera era algo cercano”, comenta el Dr. Will Hobbs, experto en hielo marino antártico de la Universidad de Tasmania y colaborador del Programa Antártico Australiano.

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Mapa de la Antártida que muestra la duración en días del hielo marino alrededor del continente entre febrero de 2022 y febrero de 2023 en comparación con el promedio a largo plazo registrado entre 1981/1982 y 2010/2011. El color rojo muestra las zonas en las que el hielo estuvo ausente durante más tiempo de lo habitual, y el azul muestra las zonas en las que el hielo estuvo presente durante más tiempo. Foto: Dr. Phil Reid, Oficina de Meteorología, Hobart: Datos: NASA

“Observamos menor cantidad de hielo en todas partes. Es un evento circumpolar”.

En el verano de 2022 en el hemisferio sur, la cantidad de hielo marino disminuyó a 1.92 millones de km2 el 25 de febrero, un mínimo histórico basado en las observaciones por satélite que comenzaron a registrarse en 1979.

Sin embargo, el 12 de febrero de este año ya se había superado el récord de 2022. El hielo siguió derritiéndose, alcanzando un nuevo mínimo histórico de 1.79 millones de km2 el 25 de febrero y superando el récord anterior en 136 mil km2, una superficie que duplica el tamaño de Tasmania.

En la primavera del hemisferio sur, fuertes vientos sobre la Antártida occidental azotaron el hielo. Al mismo tiempo, señala Hobbs, grandes zonas del oeste del continente apenas se habían recuperado de las pérdidas del año anterior.

“Como el hielo marino refleja mucho, es difícil que se derrita a causa de la luz solar. Pero si detrás hay aguas abiertas, es posible que el hielo se derrita desde abajo”, explica Hobbs.

Hobbs y otros científicos señalaron que el nuevo récord –la tercera vez que se supera en seis años– motivó una carrera en busca de respuestas entre los científicos polares.

El destino de la Antártida –especialmente el hielo terrestre– es importante porque el continente contiene suficiente hielo como para elevar el nivel del mar varios metros si se derritiera.

Aunque el deshielo del hielo marino no eleva directamente el nivel del mar porque ya está flotando en el agua, varios científicos explicaron a The Guardian los efectos colaterales que puede acarrear.

El hielo marino ayuda a atenuar el efecto que tienen las tormentas sobre el hielo pegado a la costa. Si empieza a desaparecer durante más tiempo, el aumento del oleaje puede debilitar esas plataformas de hielo flotantes que, a su vez, estabilizan las enormes capas de hielo y los glaciares que hay detrás en tierra firme.

Uno de los principales motivos de preocupación es la notable pérdida de hielo en los alrededores de los mares de Amundsen y Bellingshausen, situados en el oeste del continente.
Aunque la cantidad promedio de hielo marino en todo el continente aumentó hasta 2014, estos dos mares vecinos registraron pérdidas.

Esto resulta importante porque la región alberga el vulnerable glaciar Thwaites, conocido como el “glaciar del fin del mundo” porque contiene agua suficiente para elevar el nivel del mar medio metro.

“No queremos perder hielo marino en los lugares donde se encuentran estas vulnerables plataformas de hielo y, detrás de ellas, las capas de hielo”, comenta el profesor Matt England, oceanógrafo y científico del clima de la Universidad de Nueva Gales del Sur.

“Probablemente estamos empezando a observar signos de un calentamiento significativo y de retroceso del hielo marino (en la Antártida). Ver que llega a estos niveles sin duda es un motivo de preocupación porque existen estas reacciones potencialmente amplificadoras”.

Los datos proporcionados por los científicos Dr. Rob Massom, de la División Antártica Australiana, y Dr. Phil Reid, de la Oficina de Meteorología, muestran que dos tercios de la costa del continente estuvieron expuestos a aguas abiertas el mes pasado, muy superior al promedio a largo plazo de aproximadamente el 50%.

“No se trata únicamente de la extensión del hielo, sino también de cuánto dura la cobertura”, señala Massom. “Si se retira el hielo marino, se exponen los márgenes de hielo flotante a olas que pueden deformarlos y aumentar la probabilidad de que se desprendan esas plataformas de hielo. Eso permite entonces que llegue al océano una mayor cantidad de hielo terrestre”.

Massom y Reid publicaron el año pasado un estudio que reveló que, desde 1979, en la región del mar de Amundsen se registraban periodos más largos de ausencia de hielo y que una mayor parte de la costa quedaba expuesta a condiciones de mar abierto.

El Dr. Ted Scambos es un experto en hielo marino de la Universidad de Colorado Boulder que también trabaja analizando el hielo marino antártico en el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve de la universidad, un centro mundial de monitoreo del hielo en los polos.

Señaló que la disminución del hielo marino en la Antártida “está provocando que la comunidad científica se pregunte si existe un proceso relacionado con el cambio climático global”.

La Antártida es difícil de estudiar no solo por su lejanía, sino por los retos que supone la recopilación de datos en los alrededores de un continente expuesto a enormes variaciones de viento y tormentas procedentes de todas direcciones.

Scambos comentó: “Desde 2016 se ha registrado un descenso bastante pronunciado (del hielo marino) y, especialmente con estos años récord consecutivos, así como numerosos meses en niveles cercanos a mínimos históricos, está provocando que la comunidad científica se pregunte si existe un proceso relacionado con el cambio climático global”.

Indicó que, aunque el récord más reciente podría estar relacionado en parte con un sistema climático de La Niña que suele llevar vientos más cálidos a la península del continente, eso no explicaba las pérdidas registradas en otras zonas.

“Todavía estamos intentando comprender qué es diferente en la actualidad”, comenta. “Pero es evidente que la reducción del hielo marino tendrá un impacto. Tendrá un impacto en el hielo continental porque gran parte de la costa quedará expuesta”.

Durante muchos años, la Antártida pareció confundir a algunos modelos climáticos, ya que el hielo marino –en promedio– aumentó ligeramente hasta que se produjo un brusco descenso en 2016.

La Dra. Ariaan Purich, científica del clima de la Universidad de Monash, analizó las razones por las que el hielo marino no se comportó del modo que algunos esperaban.
Señaló que probablemente se debía a los cambios en los vientos y, de forma contradictoria, al agua de deshielo procedente de la tierra que entraba al océano, lo que facilitaba la formación del hielo.

Un estudio sugirió que el calentamiento del océano también contribuyó a la repentina disminución del hielo marino en 2016.

“Todos los modelos proyectan que a medida que el clima se calienta, esperamos observar la disminución (del hielo marino antártico)”, comenta. “Existe un consenso generalizado al respecto.

“Por lo que este bajo nivel de hielo marino es consistente con lo que muestran los modelos climáticos”.

Los científicos antárticos se esfuerzan ahora por averiguar qué está ocurriendo. ¿Las caídas del hielo marino y los mínimos históricos consecutivos son simplemente un fenómeno natural en un continente notoriamente difícil de estudiar? ¿O son estos récords otra clara señal de que la crisis climática está azotando al continente gélido?

“La Antártida puede parecer remota, pero los cambios que se producen en ella pueden afectar al clima global y el deshielo de las capas de hielo afecta a las comunidades costeras de todo el mundo”, señala Purich.

“A todo el mundo le debería preocupar lo que está ocurriendo en la Antártida”.

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