¿Nos enfrentamos a una crisis bancaria?
La rapidez de la desaparición del Silicon Valley Bank, y después del Credit Suisse, asustó a los inversionistas y clientes de los bancos, que se preguntan si existen otros riesgos aún no descubiertos. Foto: Michael Buholzer/EPA

La rapidez de la desaparición del banco estadounidense Silicon Valley Bank y posteriormente del Credit Suisse en Europa asustó a los inversionistas y clientes de los bancos, que se preguntan si existen puntos débiles financieros no revelados en sus bancos. Entonces, ¿qué está ocurriendo y qué pasará después?

¿Nos enfrentamos a una crisis bancaria?

Las opiniones difieren sobre esta cuestión. El banco con sede en California, Silicon Valley Bank, constituye la mayor quiebra de un banco estadounidense desde 2008, y el Credit Suisse se sumó a sus homólogos de la crisis financiera, como Bear Stearns, que fueron vendidos a precios de remate.

Shane Oliver, economista jefe de AMP, comenta que, aunque las quiebras bancarias no parecen ser una repetición de la crisis financiera, sí representan riesgos de contagio.

Los inversionistas han estado vendiendo acciones para disminuir su participación en ellas en bancos regionales de Estados Unidos, en particular, debido al temor de que puedan tener hojas de balance que se parezcan a la situación financiera del Silicon Valley Bank.

Sin embargo, otras partes del mercado, como las acciones tecnológicas estadounidenses, se han mantenido firmes durante unas semanas volátiles, lo que indica que algunos inversionistas esperan que se disipe la amenaza de que se produzca una crisis bancaria.

No obstante, es evidente que la velocidad con la que desapareció el Silicon Valley Bank, y después el Credit Suisse, asustó a los inversionistas y clientes de los bancos.

Los rápidos cambios en el precio de las acciones y la capacidad de los clientes para retirar rápidamente sus depósitos fueron atribuidos en parte a las redes sociales y a su capacidad para difundir rápidamente la información.

Solo transcurrieron 48 horas entre el momento en que Silicon Valley Bank reveló que había vendido su cartera de bonos con pérdidas y su quiebra.

En el caso de Credit Suisse, recibió un préstamo de emergencia del banco central suizo la semana pasada, que inicialmente tranquilizó al mercado. Al llegar el fin de semana, necesitaba que lo salvaran.

¿Cómo están intentando los bancos centrales evitar una crisis?

Varios bancos centrales anunciaron una estrategia destinada a mantener el flujo de dinero en la economía mundial con el fin de contribuir a evitar el tipo de contracción del crédito que se apoderó de los mercados durante la crisis financiera.

La iniciativa, liderada por la Reserva Federal de Estados Unidos, permitirá que otros bancos centrales obtengan con mayor facilidad dólares estadounidenses que puedan distribuir a los bancos comerciales de sus países.

Este plan está diseñado para que, en última instancia, fluya a través de los prestatarios, que necesitan acceder al crédito para hipotecas, empresas e inversiones.

El mecanismo para hacerlo se denomina línea swap, que son acuerdos entre dos bancos centrales para intercambiar divisas. Hasta finales de abril, como mínimo, la Reserva Federal ofrecerá swaps de divisas diarios –en lugar de semanales– con el fin de garantizar que los bancos centrales de Canadá, Gran Bretaña, Japón, Suiza y la eurozona dispongan de suficientes dólares estadounidenses para operar.

Los cambios están diseñados para ayudar a evitar una contracción del crédito; es decir, una situación en la que el sistema bancario mundial se endurece y a los consumidores y las empresas les resulta mucho más difícil obtener un préstamo.

El banco central de Australia no está incluido en la iniciativa. Australia señaló que el sector bancario del país es sólido a pesar de los problemas que están surgiendo en Estados Unidos y Europa.

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Clientes de pie afuera de la sede del Silicon Valley Bank en Santa Clara. Foto: Brittany Hosea-Small/Reuters

¿Por qué son importantes los depósitos?

La actual inquietud en el sistema financiero se originó con la quiebra de Silicon Valley Bank, una institución que sufrió una fuga de retiros tras revelar un déficit en sus finanzas provocado por la venta de su cartera de bonos, afectada por la inflación.

Los clientes rápidamente retiraron sus depósitos y, sin disponer de efectivo suficiente, el 16º banco más grande de Estados Unidos quebró el 10 de marzo.

Los bancos suelen utilizar los depósitos para respaldar los préstamos concedidos a otros clientes y para invertir, lo cual los convierte en fundamentales para sus operaciones.

Aunque el gobierno estadounidense intervino para garantizar todos los depósitos de los clientes del Silicon Valley Bank, los bancos de todo el mundo se están preparando para hacer frente a los retiros de los clientes.

Saxo Capital Markets indicó en una nota que algunos bancos mundiales se están apresurando a aumentar su liquidez tomando prestados dólares estadounidenses ante la preocupación de que los depósitos disminuyan.

¿Qué pasó con Credit Suisse?

El banco más grande de Suiza, UBS, comprará el segundo banco más grande del país, Credit Suisse, en un acuerdo que cuenta con el apoyo del gobierno y que también evita un gran colapso bancario que podría haber desencadenado mayores consecuencias.

La compra, por debajo del precio de mercado y por casi 3.25 millones de dólares, incluye un plan de seguros ofrecido por las agencias suizas para cubrir las posibles pérdidas que UBS podría afrontar por la adquisición de algunos de los activos de mayor riesgo de Credit Suisse.

Esto ocurre después de que años de escándalos en Credit Suisse mermaran su reputación y rentabilidad, antes de que una brusca pérdida de confianza entre los inversionistas amenazara la semana pasada su viabilidad.

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, celebró el acuerdo respaldado por el gobierno suizo, del que dijo que ayudaría a la región. “Son fundamentales para restablecer unas condiciones de mercado ordenadas y garantizar la estabilidad financiera”, señaló.

En cierto modo, el Silicon Valley Bank y el Credit Suisse tienen poco en común, dado que difieren en tamaño, activos, clientes e incluso ubicación. No obstante, comparten un vínculo en el sentido de que los clientes y los inversionistas perdieron la confianza en ambos bancos, lo que provocó un problema de liquidez.

“El factor que los conecta es la confianza”, señala el profesor Paul Kofman, decano de la facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Melbourne.

Kofman señala que esta situación difiere de la exposición común a inversiones como las hipotecas de alto riesgo que conectaron a los bancos durante la crisis financiera mundial.

“Credit Suisse no tiene tantas inversiones en acciones tecnológicas como Silicon Valley Bank, pero desde la perspectiva de un inversionista, existía una debilidad en la hoja de balance, que es lo que conectaba a los bancos”.

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