Toallitas desinfectantes contienen sustancias químicas peligrosas, investigación
Los estantes donde se suelen almacenar las toallitas desinfectantes están casi vacíos en una tienda Target el 2 de marzo de 2020 en Novato, California. Foto: Justin Sullivan/Getty Images

Desde el inicio de la pandemia, el uso mundial de desinfectantes aumentó de forma espectacular. Clorox aumentó drásticamente la producción de sus paquetes de toallitas desinfectantes hasta los 1.5 millones de unidades diarias a mediados de 2021, y un grupo comercial del sector indicó que el 83% de los consumidores encuestados en esa misma época señalaron que habían utilizado al menos una toallita desinfectante en la última semana.

No obstante, con la reapertura de las escuelas, un grupo de investigadores sobre sustancias químicas tóxicas comenzó a preocuparse al escuchar informes de que los niños utilizaban regularmente toallitas desinfectantes en sus pupitres o que los profesores utilizaban nebulizadores para desinfectar.

Los investigadores sabían que los desinfectantes no protegían realmente a los consumidores del Covid-19 y que, en cambio, exponían a los niños a niveles alarmantes a lo que, según dicen ellos, es un grupo químico peligroso: los compuestos de amonio cuaternario, también conocidos como QAC o “QUATS”.

Los QUATS son componentes habituales de las toallitas desinfectantes y los sprays más populares, especialmente de aquellos que afirman “eliminar el 99.9% de los gérmenes”. Sin embargo, en un nuevo artículo revisado por pares, los investigadores recopilan las conclusiones de un número cada vez mayor de estudios sobre los QUATS que destacan varios problemas principales: estas sustancias químicas están vinculadas a graves problemas de salud, contribuyen a la resistencia a los antimicrobianos, contaminan el medio ambiente y no son particularmente eficaces.

Las sustancias químicas “podrían no ser eficaces, pero también podrían ser nocivas”, señaló Courtney Carignan, coautora del artículo y toxicóloga de la Universidad Estatal de Michigan.

“Hicimos la revisión para responder la pregunta de ‘¿Qué sabemos realmente?’ y lo que resultó más sorprendente fue la falta de datos sobre los peligros para la salud de la mayoría de los QAC, y los pocos que se han estudiado muestran señales de alarma”, añadió Carignan.

El artículo –elaborado por un grupo de investigadores de sustancias tóxicas del mundo académico, organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales– destaca los riesgos que suponen los QUATS y pide a los organismos reguladores que eliminen estas sustancias químicas de los usos no esenciales.

Los QAC son un tipo de cientos de sustancias químicas que también se utilizan en pinturas, pesticidas, desinfectantes para manos y productos de cuidado personal, así como en otros productos. Entre otros problemas de salud, investigaciones recientes los vinculan a la infertilidad, los defectos de nacimiento, las alteraciones metabólicas, el asma, los trastornos de la piel y otras enfermedades.

La exposición principal se produce a través de los desinfectantes, y se cree que la mayoría de los estadounidenses tienen cierto grado de estas sustancias químicas en la sangre.

Una investigación reciente, en la que se analizó el suero de más de 200 residentes de Indiana antes y después del inicio de la pandemia, reveló que prácticamente se duplicaron los niveles de QUATS, y mientras que alrededor del 83% tenía niveles detectables en la sangre antes de la pandemia, el 97% los tuvo después.

Los seres humanos pueden llegar a tener QUATS en su organismo por varias vías. Las sustancias químicas pueden ser absorbidas por vía dérmica o ingeridas por vía oral después de tocar una toallita desinfectante, o cuando quedan adheridas a las superficies después del uso de desinfectantes. La inhalación también es un riesgo, especialmente en el caso de los desinfectantes en aerosol, y también se sabe que las sustancias químicas se adhieren al polvo y se dispersan por el aire.

Entre los grupos de mayor riesgo se encuentran los niños pequeños, debido al uso frecuente de toallitas desinfectantes en guarderías y escuelas, las personas mayores que reciben cuidados supervisados, el personal de salud, los profesionales de la limpieza y otras personas que utilizan desinfectantes con frecuencia.

Estas sustancias químicas son persistentes y se cree que son bioacumulativas, lo que significa que se acumulan en el cuerpo humano y en el medio ambiente. Se ha descubierto que los QUATS son tóxicos para los peces y “un conjunto importante de pruebas” sugiere que probablemente contribuyen a la creación de superbacterias o patógenos resistentes a los antibióticos, indica el artículo.

El artículo también cuestiona la eficacia de los QUATS. La desinfección con QUATS suele ofrecer escasas ventajas sobre el agua y el jabón cuando se trata de eliminar gérmenes, sugiere la investigación, y se cree que ninguno de los dos es necesario para detener el contagio de Covid-19, el cual se produce a través del aire. “El desinfectante eliminará más gérmenes, pero surge la pregunta de ‘¿cuántos más?'”. señaló Carignan.

Aun así, las empresas siguen utilizando QUATS y los consumidores compran los desinfectantes en grandes cantidades, lo cual, comentó Carignan, puede ser “una situación de demanda de mercado en la que quizás exista cierta confusión sobre cuándo se necesita desinfectar y cuándo se necesita únicamente un limpiador”.

El agua y el jabón son lo más seguro para la limpieza general, añadió, y algunos recursos ofrecen alternativas a los productos de limpieza fuertes. En general, los desinfectantes deberían utilizarse únicamente cuando alguien tiene gastroenteritis u otras enfermedades para las que son eficaces, e incluso en ese caso “no deberían utilizarse de forma despreocupada”, indicó Carignan.

El artículo destaca la necesidad de que los organismos reguladores protejan a los consumidores. Los requisitos de etiquetado no son homogéneos entre los distintos tipos de productos: deben figurar en las etiquetas de los pesticidas, no es necesario incluirlos en las etiquetas de las pinturas y, al parecer, solo figuran en ocasiones en las etiquetas de los desinfectantes, señaló Carignan.

El artículo pide a los organismos reguladores que aporten más información sobre estas sustancias químicas, como más estudios sobre los efectos de los QUATS en la salud, un mejor etiquetado y su eliminación de los usos no esenciales.

“Las sustancias químicas preocupantes solo deberían ser utilizadas cuando su función sea necesaria para la salud y la seguridad, o sea crítica para el funcionamiento de la sociedad, y cuando no existan alternativas más seguras”, afirma el estudio.

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