Advirtieron a Trump sobre la retención de documentos clasificados
Donald Trump en Mar-a-Lago, en Florida, en abril. La advertencia podría ser significativa, dado que demuestra que Trump tenía conocimiento de sus obligaciones en materia de citaciones judiciales. Foto: Evan Vucci/AP

Los fiscales federales tienen pruebas de que se avisó a Donald Trump que no podría conservar ningún documento clasificado después de que se le citó el año pasado para la devolución de los mismos, mientras analizan si el posterior incumplimiento absoluto de la citación fue un acto deliberado de obstrucción por parte del expresidente.

La advertencia transmitida a Trump por su abogado Evan Corcoran, de la que no se había informado anteriormente, podría ser significativa en la investigación penal que gira en torno al manejo de material clasificado por parte de Trump, ya que demuestra que el expresidente tenía conocimiento de sus obligaciones en materia de citaciones judiciales.

El pasado mes de junio, Corcoran encontró alrededor de 40 documentos clasificados en el almacén de Mar-a-Lago e informó al Departamento de Justicia que no quedaban más materiales en la propiedad. Posteriormente se demostró que eso no era cierto, después de que el FBI regresara con una orden judicial e incautara 101 documentos clasificados adicionales.

La investigación federal dirigida por el abogado especial Jack Smith recientemente se ha centrado en la razón por la que no se acató la citación, en particular si Trump organizó el traslado de varias cajas de documentos clasificados fuera del almacén para que pudiera retenerlos ilegalmente.

En particular, los fiscales se han centrado en el empleado de servicio de valet parking de Trump, Walt Nauta, después de que este comentara al Departamento de Justicia que Trump le indicó que sacara algunas cajas del almacén antes y después de la citación. La actividad quedó registrada en las grabaciones de vigilancia citadas, aunque había lagunas en las cintas.

La advertencia constituyó uno de los varios momentos clave que Corcoran preservó en aproximadamente 50 páginas de notas contemporáneas descritas a The Guardian bajo condición de anonimato, y que los fiscales han considerado en los últimos meses como fundamentales para la investigación penal.

Las notas revelan cómo Trump y Nauta tenían un conocimiento inusualmente detallado del fallido cumplimiento de la citación, incluyendo los lugares en los que Corcoran tenía intención de buscar y no buscar documentos clasificados en Mar-a-Lago, así como el momento en el que Corcoran realmente llevó a cabo su búsqueda.

Aunque normalmente están fuera del alcance de los fiscales, las notas llegaron a manos del gran jurado de Washington que examina las pruebas del caso después de que un tribunal de apelaciones de Estados Unidos permitiera anular la confidencialidad entre abogado y cliente debido a que los jueces consideraron que Trump podría haber utilizado la asesoría jurídica de Corcoran para cometer un delito.

Las notas describieron el modo en que Corcoran informó a Nauta sobre la citación antes de que este empezara a buscar documentos clasificados porque Corcoran lo necesitaba para abrir el almacén, algo que los fiscales interpretan como un indicio de que Nauta estuvo estrechamente involucrado en prácticamente todas las fases del registro.

Corcoran describió entonces cómo Nauta se ofreció a ayudarlo a revisar las cajas, a lo cual él se negó y le dijo a Nauta que debería quedarse fuera. Sin embargo, la revisión de unas 60 cajas que había en el almacén llevó más tiempo del previsto y al final la búsqueda duró varios días.

Las notas también sugirieron a los fiscales que hubo momentos en los que se pudo haber dejado desatendido el almacén mientras se realizaba la búsqueda de documentos clasificados, señaló una de las personas, como cuando Corcoran necesitaba tomar un descanso y salía a la zona de la alberca que estaba cerca.

Además de su intercambio con Trump, Corcoran describió las expresiones faciales y reacciones de Trump cada vez que hablaron sobre la citación. Se dice que el carácter inusualmente detallado de sus notas irritó a Trump, que solo se enteró de su existencia después de que se citaran las propias notas.

Las notas no explicaban la razón por la que Corcoran solo buscó en el almacén, aunque declaró por separado ante el gran jurado que, aunque Trump no lo engañó respecto a dónde buscar, tampoco le indicó dónde hacerlo. El periódico The New York Times publicó anteriormente un resumen de su testimonio.

Corcoran no respondió la solicitud de comentarios. Un vocero de la oficina del abogado especial declinó realizar comentarios.

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Evan Corcoran, abogado de Trump, en Washington en abril. Foto: Kevin Dietsch/Getty Images

La construcción de un caso de obstrucción sigue suponiendo un reto, y los fiscales tendrían que demostrar que Trump organizó que Nauta retirara las cajas que sabía expresamente que contenían documentos clasificados que exigía la citación, con la intención de ocultarlos de la búsqueda de su abogado.

El equipo legal de Trump ha dicho sistemáticamente que el cumplimiento de la citación fue incompleto debido a que Corcoran no fue tan minucioso como debió haber sido, en parte porque lo dejó hasta poco antes de la fecha límite y a que solo se dio cuenta de cuántas cajas había en el almacén cuando llegó al lugar.

Un vocero de Trump comentó previamente sobre la investigación: “Esto no es más que una caza de brujas selectiva y políticamente motivada contra el presidente Trump, ideada para interferir en unas elecciones e impedir que el pueblo estadounidense lo devuelva a la Casa Blanca”.

Para resolver la cuestión sobre las lagunas en las grabaciones de vigilancia, el abogado especial citó recientemente a Matthew Calamari padre, jefe de seguridad de la Organización Trump que se convirtió en su director de operaciones, y a su hijo Matthew Calamari hijo, director de seguridad corporativa.

Ambos Calamaris testificaron ante el gran jurado a principios de este mes, informó anteriormente The Guardian, y fueron interrogados parcialmente sobre un mensaje de texto que Nauta envió a Calamari Sr. pidiéndole que le devolviera la llamada en relación con la solicitud de las cintas por parte del Departamento de Justicia el año pasado.

El Departamento de Justicia interrogó a Nauta varias veces el año pasado, hasta que a los fiscales les preocupó que no les proporcionara un relato completo y exacto de su papel en el traslado de las cajas que contenían documentos clasificados, según indicaron dos personas familiarizadas con la situación.

Para forzar su cooperación, los fiscales lo amenazaron con acusarlo de mentir al FBI después de que ofreciera versiones diferentes en varios interrogatorios. Sin embargo, esto indignó al abogado de Nauta, quien comunicó al Departamento de Justicia que su cliente no volvería a hablar a menos que se le acusara o se le ofreciera un acuerdo de inmunidad.

Tras perder a Nauta, los investigadores recurrieron a otros testigos que podrían esclarecer el papel de Nauta. En interrogatorios recientes, preguntaron si Nauta sacó cajas que contenían documentos clasificados cuando estuvo en el almacén en el momento de la citación, y adónde fue con ellas.

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