Macron plantea cortar o regular las redes sociales durante disturbios
Un bote de basura que los manifestantes incendiaron en Marsella. Un hombre de 27 años alcanzado por un proyectil durante los disturbios del sábado en la ciudad sureña murió durante la noche. Foto: Anadolu Agency/Getty Images

El presidente francés, Emmanuel Macron, indicó que el gobierno francés debería considerar la posibilidad de controlar y cortar el acceso a las redes sociales “cuando las cosas se salgan de control” en el país.

Los comentarios del presidente se produjeron al tiempo que los ministros culpaban a los jóvenes que utilizan plataformas como Snapchat y TikTok de organizar y fomentar los disturbios y la violencia tras el disparo de la semana pasada contra un adolescente durante una detención de tránsito policial en un suburbio de París.

“Tenemos que pensar en la forma en que los jóvenes utilizan las redes sociales… cuando las cosas se salen de control, es posible que tengamos que regularlas o cortarlas”.

“Sobre todo, no deberíamos hacer esto en el calor del momento y me alegra que no hayamos tenido que hacerlo”, comentó Macron en una reunión con más de 200 alcaldes cuyos municipios se vieron afectados por la violencia.

“Creo que es un debate real que debemos tener con objetividad”, dijo Macron a los alcaldes en un video que obtuvo la cadena de televisión BFM.

Los críticos señalaron que esto situaría a Francia al mismo nivel que países autoritarios como China, Rusia, Irán y Corea del Norte a la hora de considerar este tipo de medidas.

Olivier Faure, líder del Partido Socialista, escribió en Twitter: “El país de los derechos del hombre y de los ciudadanos no se puede alinear con esas grandes democracias de China, Rusia e Irán”.

Olivier Marleix, del partido de centro-derecha Los Republicanos, añadió: “¿Cortar las redes sociales? ¿Como China, Irán, Corea del Norte? Aunque se trate de una provocación para distraer la atención, es de muy mal gusto”.

The Guardian contactó al palacio del Elíseo para pedir una respuesta a la polémica. La semana pasada, Macron pidió a las empresas de redes sociales que mostraran un “sentido de responsabilidad” y eliminaran las publicaciones delicadas, en particular aquellas que mostraran o incitaran a la violencia o a los saqueos.

Ministros franceses se reunieron el viernes con representantes de TikTok y Snapchat. Un día después, el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, sugirió que se tomarían medidas legales para identificar a las personas que utilizan las redes sociales para organizar actos ilegales y llevarlas ante los tribunales.

El gobierno ha luchado contra los disturbios y los saqueos desde que un agente de policía mató a Nahel M, de 17 años, durante una detención de tránsito el 27 de junio, lo que reavivó las antiguas acusaciones de que las fuerzas de seguridad de Francia practican un racismo sistémico.

La violencia parecía disminuir en la mañana del miércoles, tras 17 detenciones en todo el país, siete de ellas en París, durante la noche. Las cifras oficiales indicaban 116 incendios provocados, entre ellos los de ocho edificios y 78 vehículos.

En la noche del martes, violentas tormentas azotaron amplias zonas del norte de Francia, incluida la capital, favoreciendo la relativa calma después de siete días de disturbios generalizados.

Mientras tanto, la fiscalía francesa abrió una investigación sobre la muerte de un hombre de 27 años que fue alcanzado por un proyectil durante los disturbios del sábado, informó la fiscalía de Marsella.

El hombre murió en la noche del sábado, mientras Marsella estaba sumida en disturbios y saqueos, no obstante, la fiscalía indicó que no era posible determinar dónde se encontraba el hombre cuando recibió el disparo ni si la víctima había participado en los disturbios.

La fiscalía señaló el martes que la causa probable de la muerte registrada en Marsella fue una violenta descarga en el pecho provocada por un proyectil “flash-ball” de los que utiliza la policía antidisturbios, aunque no especificó quién disparó ni a quién le pertenecía el arma. El impacto provocó un paro cardíaco y la muerte súbita.

Las armas flash-ball están diseñadas como armas de control de disturbios no letales que no penetran en la piel. Su uso por parte de la policía en Francia es controvertido, ya que los proyectiles han provocado la pérdida de ojos, heridas en la cabeza y otros traumatismos.

El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, indicó el miércoles que la violencia en Francia, ejercida por algunos policías y manifestantes, “representa un problema”, en unos comentarios a la radio belga.

“Resulta sorprendente” que se haya observado un “nivel muy alto de violencia” en las protestas de los últimos años en Francia en relación con el costo de la vida, la reforma del sistema de pensiones y el asesinato de un conductor adolescente cometido por la policía la semana pasada, comentó a la emisora de radio pública belga RTBF. “Es algo que realmente se debe analizar porque representa un problema”, dijo el comisario, exprimer ministro de Bélgica.

Reynders explicó que el problema radicaba en “cierto número de policías… (y) el comportamiento de personas que tienen derecho a protestar libremente –es un derecho fundamental–, pero no a saquear comercios, destruir tiendas, ni destrozar equipos públicos”.

La reunión del martes de Macron con los más de 200 alcaldes fue anunciada como una oportunidad para analizar las “razones más profundas” de esta situación.

Sin embargo, después de que funcionarios de derecha e izquierda se acusaran mutuamente y de que cada uno insistiera en sus propias soluciones, Macron indicó al final de la reunión que no habían logrado alcanzar la unanimidad.

Zartoshte Bakhtiari, alcalde de la comuna de Neuilly-sur-Marne, en el este de París, comentó: “Vine a escuchar al presidente para que nos diera una visión, fijara un rumbo. No vine para una sesión de terapia de grupo”.

Macron también sugirió, al parecer, multar a los padres de los menores implicados. “Ante el primer delito, tenemos que encontrar la manera de sancionar a las familias económicamente y con facilidad”, dijo, según los comentarios publicados por el periódico Le Parisien.

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