Guerra en Ucrania, muerte de la reina, Elon Musk… ¿por qué las ‘predicciones’ de Nostradamus siguen ganando adeptos? Guerra en Ucrania, muerte de la reina, Elon Musk… ¿por qué las ‘predicciones’ de Nostradamus siguen ganando adeptos?
Un grabado de Michel de Nostradamus, 1762. Foto: IanDagnall Computing/Alamy

Hay buenas y malas noticias. La buena noticia es que, como habrán notado, el mundo no se terminó el 4 de julio de 1999. De ahí el titular de The Guardian del lunes 5 de julio de 1999: “Nostradamus se equivocó (por favor, ignoren si el mundo se terminó ayer)”.

El astrólogo francés, que escribió 450 años atrás, parece haber predicho el fin en términos inusualmente específicos para él: “El año mil novecientos noventa y nueve siete meses / Del cielo vendrá un gran rey del terror / (Será) revivido el gran rey de Angolmois. Antes y después, Marte (reinará) según el azar”.

El rey del terror, sugirieron los intérpretes de Nostradamus, era el anticristo. Otros argumentaron que, dado que Angolmois es un (casi) anagrama de Mongolais, el término francés del siglo XVI para referirse a los mongoles, la invasión de Europa desde el este era inminente, aunque no se sabía si se trataba de rusos, chinos o descendientes de armados Gengis Kan que cabalgaban como hordas dothraki. Al experto en Nostradamus, el profesor Alexander Tollmann, le pareció tan preocupante el asunto que se retiró a su búnker en el sur de Austria para esperar la catástrofe que nunca llegó.

La mala noticia es que, si el año 2022 te pareció un año nefasto, no te hagas ilusiones de que el 2023 será mejor. Los escritos de Nostradamus ahora se están utilizando para predecir un apocalipsis europeo. El fundamento de esta predicción está en la siguiente cita: “Siete meses la Gran Guerra, la gente muerta de maldad. / Rouen, Evreux no caerán ante el rey”.

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El ascenso de Hitler, o ‘Hister’, fue otra de las predicciones de Nostradamus. Foto: Topical Press Agency/Getty Images

Algunos han interpretado que esto significa que la escalada del conflicto en Ucrania hasta una tercera guerra mundial es algo inminente. El corresponsal de futurología del Daily Star ofrece un consejo sensato: “El plazo de siete meses en el conflicto podría parecer inicialmente un motivo de celebración, pero con los aterradores arsenales nucleares de países como Estados Unidos y Rusia, quizás es mejor pecar de precavido”. Los parisinos harían bien en refugiarse en Ruan hasta que las cosas se calmen.

Tal vez Nostradamus es un guía poco fiable del futuro. Se dice que entre 1547 y 1555 le dictó a su secretaria 942 cuartetas poéticas y proféticas mientras estaba drogado con nuez moscada, la cual provoca alucinaciones cuando es ingerida en grandes dosis.

Incluso en vida fue objeto de críticas despiadadas. “Cierto idiota cabeza hueca y lunático”, decía la Primera Invectiva del Lord Hércules el Francés contra Nonstradamus de 1558, “que está vociferando tonterías y publicando sus predicciones y fantasías en las calles”.

Sin embargo, Nostradamus triunfó póstumamente sobre sus detractores. Sus cuartetas, publicadas en 1555 como Les Prophéties (Las profecías), nunca han dejado de publicarse y se ha afirmado que predijeron la ejecución de Carlos I, el Gran Incendio de Londres, la Revolución Francesa, el ascenso y la caída de Napoleón y Hitler, el asesinato de John F. Kennedy, el de Benazir Bhutto, los atentados del 11 de septiembre, los asesinatos masivos de 2015 en París, incluso la renuncia del rey Carlos III (de la que hablaremos más adelante).

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El asesinato de John F. Kennedy en Dallas, que supuestamente también predijo Nostradamus. Foto: American Photo Archive/Alamy

Sin duda, en 2022, Nostradamus es un fenómeno literario. El mes pasado, un libro de interpretaciones de sus supuestas profecías ocupó el primer lugar en la lista de los libros más vendidos del Sunday Times, tras haber predicho aparentemente cuándo moriría la reina Isabel II. Nostradamus: The Complete Prophecies for the Future, de Mario Reading, vendió casi 8 mil ejemplares en la semana que terminó el 17 de septiembre, después de haber vendido solo cinco ejemplares la semana anterior a la muerte de la reina.

En su libro, publicado en 2006, Reading afirmó haber encontrado algo que otros que habían analizado a Nostradamus habían pasado por alto: que sus cuartetas están indexadas por números para correlacionarlas con fechas. Así, por ejemplo, la cuarteta 10/22, que pretende predecir la muerte de la reina, dice: “Porque desaprobaron su divorcio / Un hombre que después consideraron indigno / El Pueblo forzará la salida del rey de las islas / Un Hombre reemplazará a quien nunca esperó ser rey”.

“Esta cuarteta”, escribió Reading, “no supondrá ninguna sorpresa para el pueblo británico y tiene amplias implicaciones. La primera es que la reina Isabel morirá, aproximadamente en 2022, a la edad de unos 96 años”. Reading, que falleció en 2017, siguió afirmando que la cuarteta 10/22 predice que el rey Carlos renunciará porque está “cansado de los persistentes ataques tanto contra él como contra su segunda esposa” debido a los “resentimientos que le guarda cierta proporción de la población británica, a raíz de su divorcio de Diana, princesa de Gales”. Su interpretación no terminó ahí. También consideró que el príncipe Harry se convertirá en el próximo rey, en lugar de su hermano mayor Guillermo.

Michel de Nostradame nació en Saint-Rémy-de-Provence, Francia, en 1503. Aunque era católico, posteriormente reivindicó su ascendencia judía diciendo que su intuición natural para la profecía era “heredada de mis antepasados”. Al principio se ganó la vida como boticario ambulante, muy solicitado para el tratamiento de las víctimas de la peste. “Su época era comparable a la nuestra”, comenta el historiador Dan Jones. “Vivió en un momento en el que también había grandes divisiones sociales y catástrofes. También fue una época en la que el nuevo invento de la imprenta hizo que la transmisión de ideas, y de disparates, fuera increíblemente fácil. Era la red social de su época”.

Nostradamus aprovechó este nuevo medio de difusión de ideas. A partir de 1550, publicó almanaques anuales que incluían versos proféticos. En 1554 comenzó a escribir Las profecías, en las que pretendía exponer la historia futura del mundo en mil cuartetas, ordenadas en diez “siglos”. A medida que aumentaba su fama, Nostradamus se convirtió en amigo íntimo de la reina de Francia, Catalina de Médici, y se supone que predijo la muerte del esposo de esta, Enrique II, en el siguiente verso:

“El joven león vencerá al mayor / En el campo de combate en una sola batalla / Perforará sus ojos a través de una jaula de oro / Dos heridas hechas una, después muere una muerte cruel”.

Se ha considerado que esto hace referencia a un torneo de justas en 1559, cuando la importuna lanza de Gabriel, Comte de Montgomery, atravesó la visera mal sujeta del rey y le atravesó el ojo, la garganta y la sien, provocando su muerte 11 días después. No obstante, se cuestiona la veracidad de la profecía porque no apareció impresa hasta mucho después de aquel fatal encuentro.

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¿Podría el ‘líder africano’ de Nostradamus ser Elon Musk, quien tiene planes de ‘unirse a Marte’? Foto: Brendan Smialowski/AFP/Getty Images

Quizás Nostradamus no predijo la muerte del rey, sino que hizo que los futuros lectores lo percibieran como si lo hubiera hecho. Esto no quiere decir que Nostradamus fue un charlatán, sino algo más interesante. “El objetivo de la profecía no consiste en dar pistas sobre las fluctuaciones de los precios de las acciones, sino en poder afirmar después del acontecimiento que fueron predichas”, argumenta Steven Connor, profesor de inglés en la Universidad de Cambridge. “La profecía solo tiene poder retroactivo, o por el tipo de retrospección anticipada que podríamos llamar ‘posticipation’, lo que siempre significa saber demasiado tarde lo que podrías haber sabido de antemano”.

Dicho esto, al menos Nostradamus predijo su propia muerte en 1566. Eso sí, tomando en cuenta que la predicción se realizó un día antes de su muerte, y que estaba casi postrado en la cama por la artritis, la hidropesía y la arteriosclerosis, tal vez esto no fue tanto un síntoma de su genio profético como una declaración de lo obvio.

Lo bueno de Nostradamus es que se puede interpretar lo que uno quiera en lo que escribió. Lo que algunos pueden llamar su charlatanería es, considerado desde otro punto de vista, su genio, comenta Everett F Blieler, autor, bajo el seudónimo de Liberte E LeVert, de Prophecies and Enigmas of Nostradamus: “El circunloquio y la evasión de la franqueza desempeñan un papel importante. Él solía dudar en sus fechas astrológicas, ya que las conjunciones se repiten. Invocaba palabras latinas oscuras con el fin de crear posibilidades de doble sentido; omitía las preposiciones, los artículos, los reflexivos y los conectores, y favorecía el infinitivo como una forma atemporal y sin persona que se puede interpretar de muchas maneras”.

Como señala Jones: “Nostradamus tiene la virtud de la vaguedad combinada con el fervor apocalíptico. Eso no es insólito. Muchos adivinos, desde Merlín y Godofredo de Monmouth en adelante, han hecho lo mismo. Esta vaguedad se presta a lo que hoy conocemos como sesgo de confirmación. En tiempos de desesperación, los profetas tienen un público preparado para sus locuras. Se trata del punto de encuentro del cinismo y la ingenuidad”.

Este último punto hace que Nostradamus suene completamente moderno. “Aquellos tipos no tenían redes sociales”, comenta Jones, “pero lo que producían en aquel entonces serviría ahora como material combustible con el que funcionan las redes sociales”. De hecho, cada vez más, Nostradamus se está propagando a través de las redes sociales”.

TS Eliot escribió que la humanidad no puede soportar demasiada realidad. En la actualidad, cuando la vida parece irremediablemente caótica, nuestros políticos catastróficos y el futuro más inalcanzable, buscamos desesperadamente patrones, narrativas y significado. “En momentos de gran cambio o ansiedad social solemos buscar explicaciones”, señala Jones. “Queremos que el pasado y el futuro tengan un sentido narrativo”. El objetivo del profeta es proporcionar esto mostrándonos lo que no hemos notado, ya sea el desarrollo fortuito de un propósito mayor, quizás determinado por Dios, la evolución del progreso o, como dice Steven Connor, “una parábola redentora que se eleva desde la caída hasta el perdón”.

Nostradamus es todo menos tranquilizador. “Sus versos carecen casi patológicamente de compromiso en cuanto a causas o destinos”, argumenta Connor. “El precio de saber lo que está por suceder es, para Nostradamus, que la historia pierde toda dirección y coherencia”. Pero nada de eso le importa a la próspera industria de Nostradamus. Las interpretaciones de las catástrofes que se avecinan, basadas en lecturas imaginativas de sus versos, siguen apareciendo a gran velocidad. Su comentario de que “el hombre se comerá al hombre” porque “la fanega de trigo será muy elevada”, por ejemplo, está siendo considerado como una referencia a las consecuencias calamitosas de la interrupción de las exportaciones de los cereales ucranianos, aunque su supuesto resultado, el aumento del canibalismo, parece ser un poco exagerado.

Algunos han argumentado que esto significa que Nostradamus también presagió el impacto inminente de la crisis climática cuando escribió: “Durante cuarenta años no se verá el arco iris. / Durante cuarenta años se verá todos los días. / La tierra árida se secará más, y habrá grandes inundaciones cuando se vea”.

No obstante, si la perspectiva de inundaciones, sequías, asesinos y el rey Harry y Meghan transmitiendo en vivo los especiales de Netflix desde el Palacio de Buckingham no son suficientes para provocarte escalofríos con respecto a lo que se avecina, considera esta última predicción de Nostradamus. La cuarteta 5/23 dice: “Los dos contendientes se unirán juntos / Cuando la mayoría de los otros se unan con Marte / El líder africano es temeroso y tiembla / La alianza dual está separada por la flota”. En su libro de 2006, Reading interpretó esto como que el mundo presenciaría “la unión de dos potencias” para combatir la guerra global.

Sin embargo, Laurie, el hijo de Reading, puso recientemente en duda esta interpretación, y es evidente que está siguiendo el negocio familiar de hacer que las palabras de Nostradamus sean relevantes para el mundo actual. Cree que el “líder africano” es una referencia al multimillonario tecnológico de origen sudafricano Elon Musk y sus planes de colonizar Marte. En realidad, esta cuarteta, con la frase de otro verso, “la luz de Marte se apagará”, indican que Musk tendrá que archivar sus audaces planes de dejar la Tierra para irse al planeta rojo y permanecer entre nosotros mientras se acaba el mundo. Lo cual, en caso de ser cierto, es una noticia decepcionante. Leonard Cohen lo expresó mejor: “He visto el futuro y, hermano, es el asesinato”.

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