Los sueños extraños nos entrenan para lo inesperado, según una nueva teoría
Hablando de pescado, ¿alguien lo soñó? Foto: Andy Ryan / Getty Images

Es un escenario bastante común: entras en el supermercado para comprar un poco de leche, pero cuando llegas a la caja, la botella de leche se ha convertido en un pez que habla. Entonces recuerdas que tienes un examen de matemáticas por la mañana, pero no has asistido a una clase de matemáticas durante casi tres décadas.

Los sueños pueden ser desconcertantemente extraños, pero de acuerdo con una nueva teoría de por qué soñamos, ese es el punto. Al inyectar alguna rareza aleatoria en nuestra monótona existencia, los sueños nos dejan mejor equipados para hacer frente a lo inesperado.

La pregunta de por qué soñamos ha dividido a los científicos durante mucho tiempo. La naturaleza subjetiva de los sueños, y la falta de cualquier medio para registrarlos, hace que sea endiabladamente difícil probar por qué ocurren, o incluso cómo difieren entre los individuos.

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Si bien se han presentado varias hipótesis, muchas de ellas se contradicen con la naturaleza dispersa, alucinatoria y narrativa de los sueños, una naturaleza que parece carecer de una función en particular”, dijo Erik Hoel, profesor asistente de investigación de neurociencia en la Universidad de Tufts, en Massachusetts.

Inspirado por conocimientos recientes sobre cómo aprenden las “redes neuronales” de las máquinas, Hoel ha propuesto una teoría alternativa: la hipótesis del cerebro sobreajustado.

Un problema común cuando se trata de entrenar la inteligencia artificial (IA) es que se familiariza demasiado con los datos en los que se entrena, porque asume que este conjunto de entrenamiento es una representación perfecta de cualquier cosa que pueda encontrar. Los científicos intentan solucionar este “sobreajuste” introduciendo algo de caos en los datos, en forma de entradas ruidosas o corruptas.

Hoel sugiere que nuestros cerebros hacen algo similar cuando soñamos. Particularmente, a medida que envejecemos, nuestros días se vuelven bastante similares entre sí por estadística, lo que significa que nuestro “conjunto de entrenamiento” es limitado. Pero aún necesitamos poder generalizar nuestras habilidades ante circunstancias nuevas e inesperadas, ya sean nuestros movimientos y reacciones físicas o nuestros procesos mentales y nuestra comprensión. No podemos inyectar ruido al azar en nuestro cerebro mientras estamos despiertos, porque necesitamos concentrarnos en las tareas que tenemos entre manos y realizarlas con la mayor precisión posible. Pero dormir es un asunto diferente.

Al crear una versión extraña del mundo, los sueños pueden hacer que nuestra comprensión de él sea menos simplista y más completa. “Es la extrañeza de los sueños en su divergencia de la experiencia de vigilia lo que les da su función biológica”, dijo Hoel.

Ya hay algunas pruebas de la investigación en neurociencias para respaldar esto, argumenta. Por ejemplo, una de las formas más fiables de provocar sueños sobre algo que sucede en la vida real es realizar repetidamente una nueva tarea, como aprender a hacer malabares o entrenar repetidamente en un simulador de esquí, mientras estás despierto. El sobreentrenamiento de una tarea desencadena este fenómeno de sobreajuste, lo que significa que tu cerebro intenta generalizar más allá de su conjunto de entrenamientos mientras duermes creando sueños. Esto puede ayudar a explicar por qué a menudo mejoramos en tareas físicas como hacer malabares, después de una buena noche de sueño.

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Aunque la hipótesis de Hoel aún no ha sido probada, una ventaja es que toma en serio la fenomenología de los sueños, en particular su contenido disperso, alucinatorio y narrativo, en lugar de verlo como un subproducto inexplicable de otros procesos cerebrales de fondo. Incluso experimentar actividades aparentemente no relacionadas, pero físicamente similares, puede tener beneficios: por ejemplo, soñar con volar puede mejorar tu equilibrio y estabilidad mientras corres.

“Todo es plausible”, comentó el profesor Mark Blagrove, director del Laboratorio del Sueño de la Universidad de Swansea, que se especializa en el estudio del sueño y los sueños. “Esta teoría propone que en los sueños generalizamos a partir de lo aprendido durante el día. Por lo tanto, encaja dentro de varias otras teorías actuales, como la reciente teoría de Nextup, que sostiene que los sueños buscan asociaciones novedosas de lo que se ha aprendido recientemente.

“Sin embargo, como ocurre con tantas teorías de que soñar tiene una función, todavía no hay evidencia de que soñar sea más que un epifenómeno, un subproducto sin función de la actividad neuronal.

“Incluso cuando se demuestra que la actividad neuronal, como la del sueño REM, tiene una función, esto no demuestra que el sueño simultáneo (que experimentamos durante el sueño REM) tenga un papel en esa función”.

Aun así, esta nueva teoría podría alentar a psicólogos y neurocientíficos a realizar experimentos para probar si los sueños nos ayudan a generalizar a partir de lo que hemos aprendido, agregó.

Otras teorías de por qué soñamos

La pregunta de por qué soñamos ha fascinado a científicos y filósofos durante milenios, pero todavía no tenemos una explicación sólida de por qué lo hacemos. Estas son algunas de las otras teorías principales:

Teoría freudiana: Sigmund Freud creía que los sueños representan “cumplimientos disfrazados de deseos reprimidos” y se componen de contenidos manifiestos y latentes. El contenido manifiesto se refiere a las imágenes, los sonidos y la trama del sueño, mientras que el contenido latente es el significado simbólico detrás del sueño, que representa los deseos inconscientes del soñador.

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Teoría de la consolidación de la memoria: Quizás los sueños son solo repeticiones de eventos pasados. Consolidamos nuestros recuerdos durante el sueño, y según esta teoría, los sueños son el reflejo de eso. Ciertamente, existe alguna evidencia de que las secuencias específicas de activación neuronal observadas mientras estamos despiertos a veces se “reproducen” durante el sueño.

Teoría de la simulación de amenazas: postula que los sueños son un antiguo mecanismo de defensa biológica, el cual nos permite practicar la superación de amenazas. Esencialmente, brindan al soñador un entorno de realidad virtual en el que practicar importantes habilidades de supervivencia.

Teoría de la síntesis de activación: Tal vez los sueños sean solo una cadena aleatoria de recuerdos reunidos. Si es así, pueden provocarnos a establecer nuevas conexiones o desencadenar epifanías creativas mientras dormimos.

Teoría de la empatía: Es posible que los sueños no hayan evolucionado con una función, pero obtienen una cuando los compartimos con otras personas. De manera similar a compartir historias, los sueños pueden servir para generar empatía entre las personas.

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Teoría de la regulación de las emociones: propone que los sueños se construyen a partir de nuestra historia emocional y pueden servir para ayudarnos a procesar y regular nuestras emociones.

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