Solo 22 mil personas estarán en el Raymond James Stadium de Tampa (Florida) el domingo para ver el LV Half Time Show (espectáculo de medio tiempo) del Súper Bowl edición número 55. Pero la verdad es que, en las últimas décadas, el medio tiempo deportivo más famoso del mundo ya se convirtió en un espectáculo televisivo.

El año pasado, la actuación de Jennifer Lopez y Shakira alcanzó los 102 millones de espectadores, si bien, el récord lo tiene la cantante Katy Perry, con más de 118, en 2015. 

En varias ocasiones, el show ha sido galardonado con los premios de la televisión por excelencia de Estados Unidos, los Emmy.

Lady Gaga, en 2017, lo ganó al “Mejor diseño de iluminación / Dirección de iluminación para un especial de variedad”; las dos latinas del 2020 también se hicieron con el reconocimiento por esta categoría.

Shakira y JLo dejaron el listón alto para el artista invitado de este año, el canadiense The Weeknd. En la rueda de prensa del jueves, el cantante y compositor rebeló pocos detalles de la “historia” que nos va a contar con su actuación del 7 de febrero. 

Días antes explicó que puso siete millones de dólares de su bolsillo para que el espectáculo final fuera exactamente el que tenía en mente para la ocasión. Aunque la gran incógnita gira alrededor de quiénes serán los artistas que le acompañarán en el escenario. 

El nombre más sonado es el de la catalana Rosalía. Los rumores se dispararon cuando en diciembre ambos sacaron una versión del hit de The Weeknd Blinding Lights, la canción más escuchada del 2020, con 1.6 mil millones de reproducciones en Spotify.

También se especula la posibilidad de que se suba en el escenario Maluma, después que ambos versionaran el éxito del colombiano “Hawaii”.

También lee: ‘Spotify vende anuncios, no música’: cómo hacer un negocio ético con el streaming

Con ello, se mantendría un rastro de latinidad que dejaron el año pasado Shakira y “Jenny from the block”, y parte del discurso en favor de la diversidad e inclusión en EU que trajo al espectáculo del medio tiempo del Superbowl la era de Donald Trump. 

“Estamos muy cerca”; tuiteó el canadiense hace unos días, en alusión a la cuenta atrás para el medio tiempo del Super Bowl LV.

Activismo VIP

“Por causa del covid y la seguridad de los músicos y trabajadores, queremos crear un escenario en el estadio, también usamos el campo, pero queremos hacer algo que nunca se haya hecho antes”, explicó The Weeknd el jueves. 

Las medidas extraordinarias del Covid-19 puede que sean la única alusión a los tiempos que corren en esta edición. Un respiro, después de años en los que el medio tiempo se convirtió en un estilo de plaza para el activismo VIP. 

También lee: Los mejores anuncios que veremos en el Super Bowl 2021

“Creo que empezó a cambiar después del 11 de septiembre, con U2 y un enorme tributo a las víctimas del atentado”, explica a La-Lista el profesor de la Universidad del Estado de Arizona Terry Shoemaker. Este académico del campo de los estudios religiosos ha usado el Superbowl como ejemplo de religión civil en la sociedad americana. 

La banda irlandesa actuó en 2002. Para aquel entonces, grandes estrellas del rock y del pop ya se habían adueñado del medio tiempo de la final de la liga de futbol americano.

“Mi favorita definitivamente es Diana Ross, en 1996”, recordaba The Weeknd, este jueves. “Es tan glamurosa, el espectáculo me hico sonreír, tuvo una gran salida en helicóptero”, añadía el de Toronto. 

Eran tiempos en los que las declaraciones políticas no eran una expectativa o se reducían a actuaciones benéficas. 

La liga de futbol no retribuye a los intérpretes, pero Michael Jackson, en 1993, logró que la NFL y la marca de papitas Frito-Lay donaran 100 mil dólares a la fundación Heal the World, fundada por el artista, y que incluyeran un comercial sobre la campaña que la organización tenía en marcha para apoyar a los jóvenes vulnerables de Los Ángeles.

Las polémicas giraban entorno a la provocación de la moral americana, como con el bautizado “Nipplegate”, el momento en el que Justin Timberlake destapó un pecho de Janet Jackson, en el Super Bowl 38 (2004) o cuando la rapera inglesa M.I.A. levantó el dedo corazón en su participación en la actuación de Madonna, en 2012. El gesto le costó una demanda de la NFL por 16.6 millones de dólares que luego resolvieron las partes de mutuo acuerdo.

Pero con el Black Lives Matter y Donald Trump, todo cambió. En 2016, Beyoncé interpretó su canción “Formation”, un canto de orgullo de la raza negra y denuncia de su condición social en EU.

Lo hizo rodeada de un ejército de bailarinas vestidas de cuero negro, emulando a las Panteras Negras, un grupo político radical de los 60. Al terminar la actuación, publicó en redes sociales una foto de todo el grupo haciendo el saludo del poder negro. 

Un año después, Lady Gaga, la primera en actuar en la era Trump, se llevó críticas por haber desperdiciado una ocasión para cargar con el polémico nuevo presidente de EU.

A la banda Maroon 5, en 2019, le llovieron las críticas por no rechazar la invitación a actuar, en solidaridad con el exjugador Colin Kaepernick, apartado de la liga tras arrodillarse al sonar el himno estadounidense en 2016.

Con la misma crítica se encontró el rapero y empresario Jay Z, cuando su agencia, Rocnation, llegó a un acuerdo en 2020 con la NFL para encargarse de los eventos musicales de la NFL, incluido el medio tiempo del Super Bowl. 

Él mismo respondió por qué decidió usar la plataforma que le brindaba la NFL: “Mientras gente real sigan heridos y marginados, y perdiendo miembros de sus familias, entonces si, puedo soportar unas rondas de mala prensa”, dijo en una entrevista con el New York Times.

El apoteosis llegó el año pasado. Shakira, cliente de Rocnation, y JLo pusieron todo el poder latino en el escenario: salsa, reguetón, champeta, una bandera puertorriqueña y niños enjaulados mientras la artista del Bronx cantaba “Born in the USA” y “Let’s get loud”. 

“Celebraron la cultura latina en general pero también, en los EU, criticando a Donald Trump. Fue una forma de patriotismo crítico”, explica el profesos Shoemaker. Para él, si hay una línea ideológica que une todos los medios tiempos del Super Bowl, esta es la del patriotismo y grandiosidad estadounidense.

Este es un resumen de 9 espetáculos memorables de la final de la NFL.

Aparece de un salto disparado desde abajo del escenario. Se queda inmóvil, mirando hacia un lado con los lentes puestos. No se mueve durante más de un minuto. El público del estadio Rose Bowl es puro griterío.

La favorita del artista de este año, The Weeknd.

En aquel entonces se llegó a considerar la mejor actuación de la historia de los medios tiempos.

A pesar de contar con todo este talento en el escenario, lo que se recuerda de ese año e ilustró los periódicos del día siguiente fue el pezón de Janet Jackson.

Por su “Purple Rain” debajo de la lluvia.

Apareció en el escenario montada de un león, Lenny Kravitz le hizo un solo de guitarra, pero a quién se recordará será el delfín izquierdo que la acompañaba en la canción “Teenage dream” y su descoordinación en la coreografía.

Las Panteras Negras de Beyoncé y su duelo con Bruno Mars eclipsaron al artista principal, la banda Coldplay.

https://youtu.be/c9cUytejf1k

Hacía dos años que había muerto Prince y esa final de la NFL se disputaba en su estado natal, Minnesota. Timberlake le rindió tributo en un piano blanco con la canción del artista de los 80 “I would die 4 you”, mientras de fondo se elevaba un holograma de Prince. 

Toda la actuación fue una explosión de poder femenino y latino. Se mezclaron ritmos afrocaribeños en el baile popular de la champeta que la colombiana Shakira se llevó al Rock Stadium de Miami con la salsa de “Chantaje” o “Let’s get loud”, de JLO.

La neoyorkina hizo una exhibición de pole dance y se enfundó con una bandera reversible de Puerto Rico y Estados Unidos, mientras su hija la acompañaba en el escenario junto con un grupo de niñas enjauladas, una clara crítica a la política migratoria de Donald Trump.

Síguenos en

Google News
Flipboard