‘Me preocupaba que Lindsay, Paris o Britney murieran’: los 2000 fueron malos con las mujeres
Monstruos de la fama… American Pie, Paris Hilton y Nicole Richie, Lindsay Loha, Britney Spears. Composición: The Guide

Fui a la universidad en 2007. En mi primer día, le tomaron su foto a cada estudiante de nuevo ingreso. Las fotos las pegaron en un tablero de anuncios en mis pasillos. Esa tarde, los estudiantes mayores rayaron las fotografías de las mujeres, calificando nuestro atractivo. Nadie se metió en problemas. Después, los mismos hombres publicaron una revista de chismes con fotos de algunas estudiantes editadas con imágenes de estrellas porno, disecciones de nuestras vidas sexuales y chistes de violaciones. La revista se imprimió con fondos de la universidad. No expulsaron a nadie. A mis 18 años nada de esto me parecía particularmente cuestionable. Esta era solo la forma de ser de las cosas. La misoginia internalizada era profunda en los 2000, Rayos, yo solo era feliz porque obtuve una calificación alta en mi fotografía. 

Me había olvidado de estos incidentes hasta que vi Framing Britney Spears, el famoso documental sobre la intrusión de los medios que contribuyó a la crisis de salud mental de Spears en 2007, y sus esfuerzos de liberarse de la conservaduría administrada por su padre. Al mirar el material de una Spears de 17 años sonriendo amablemente mientras un entrevistador le pregunta sobre sus pechos me recordó todo. Por dios, pensé. Para las mujeres jóvenes y las niñas, los 2000 fueron una era maldita. 

Como el flash de un paparazzo que explota en la cara de una It girl que se tambalea a la salida del Chateau Marmont, este periodo pasa por una revaloración dura. Y como en esas fotos de paparazzi, no es un retrato muy favorecedor. En adición a Framing Britney Spears, también viene el documental de Demi Lovato Dancing With the Devil, que documenta las dificultades con las drogas de la estrella de Disney de los 2000. La serie reciente de la BBC Celebrity: A 21st-Century Story tiene entrevistas con Kerry Katona y Charlotte Church, los medios atormentaron a ambas en los 2000, con tomas por debajo de las faldas de las mujeres mientras se suben en autos. Han resurgido entrevistas horribles. En un clip de 2003, Diane Sawyer hace llorar a Spears después de culparla por su ruptura con Justin Timberlake. (A Timberlake lo han señalado en línea por su comportamiento hacia Spears, a quien humilló por su ruptura, y hacia Janet Jackson, cuyo pecho expuso en el Super Bowl de 2004, lo que estancó su carrera). 

En los 2000, era temporada abierta en contra de las mujeres jóvenes. “Era misoginia descarada, horripilante”, dice el excolumnista de chismes del New York Daily News Ben Widdicombe, autor de Gatecrasher: How I Helped the Rich Become Famous and Ruin the World. Él agradece nuestra reflexión sobre el periodo. “Me alegra que se revalúe”, dice. “Pienso que así tiene que ser. Los medios fueron increíblemente crueles con Britney y otras mujeres en ese tiempo. Fue un gran fracaso moral de la prensa de tabloides, que hiciéramos eso. Y desafortunadamente yo fui un tornillo en esa máquina”. 

Widdicombe me dice que, incluso entonces, era terrible ver cómo la prensa trataba a Spears. “Nos quedaba claro a nosotros reporteros en ese entonces que teníamos que dejar a Britney en paz”, dice. “Su salud mental requería que los medios se retiraran. Pero este voraz motor capitalista no iba a hacer eso”. Mientras que Widdicombe no reportó personalmente sobre el colapso de Britney, él dice que no tenía el poder suficiente como para evitar que sus editores lo publicaran en primera plana, porque había demasiado dinero que ganar de eso”. 

Widdicombe dice que temía que las estrellas se hicieran daño: “Me preocupaba seriamente que Lindsay Lohan, Paris Hiltos o Britney Spears murieran. Britney tenía problemas mentales, Lindsay problemas con las drogas y se sabía que Paris tomaba y conducía. Y los medios pretenderían lamentarse, pero en realidad sus muertes les harían mucho dinero”. 

¿Por qué estábamos tan fascinados con la cultura de las celebridades en los 2000? Widdicombe lo rastrea hasta los ataques terroristas del 11 de septiembre. “El 9/11 fue tan traumático y aterrador”, dice. “Cuando nos recuperamos del impacto, los editores dijeron: ‘Necesitamos una foto de una chica hermosa en la página 12, y tenemos que saber con quién sale y a qué fiestas va”. 

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La cultura pop arrasó en su regreso, impulsada con el auge de los blogs de chismes como TMZ y PerezHilton.com y de revistas enfocadas en las celebridades como US Weekly en EU y Heat and Closer en el Reino Unido. “Pudimos ver más de las celebridades que nunca antes”, dice Matt James de la cuenta de fans Pop Culture Died in 2009, “porque teníamos el internet, que nos daba un alcance nuevo de sus vidas. Eso, en cambio, causó un boom en las revistas y blogs. Era una tormenta perfecta todo esto juntándose y creando una sociedad que estaba enfocada en las celebridades de una manera nunca antes vista”. 

Los editores de las revistas y blogs de chismes se dieron cuenta rápidamente de que el público tenía un apetito insaciable por el infortunio ajeno y la crueldad, particularmente cuando se trataba de mujeres jóvenes. Todavía hacia 2007 se publicaban Ffotos por debajo de las faldas de las mujeres en revistas como Heat, y los lectores querían ver mujeres con los ojos vidriosos tambaleándose para salir de clubs nocturnos, con sus extensiones de cabello claramente visibles. Las revistas querían construir mujeres ordinarias, como la estrella de Big Brother Jade Goody, y después destrozarlas cuando fallaran. (Alguna vez la consentida de los tabloides, a Goody la destrozaron por su acoso racista hacia la otra participante de Celebrity Big Brother Shilpa Shetty en 2007). 

“Todo estaba bien hasta el ascenso de Perez Hilton”, dijo Mila Kunis, otra estrella que la prensa seguía, en 2018. “A eso le doy el crédito de que esta industria se desmoronara. Él fue el primero que esparció pura mugre”. En 2008, Perez Hilton vendió camisetas que preguntaban porqué no murió Spears en lugar de Heath Ledger. Hilton se disculpó por algunas de sus artimañas más escabrosas en su autobiografía de 2020, en la que escribió: “Me arrepiento de mucho… Nunca tuve que ser tan malo o cruel”. 

“Había un mercado para la humillación cuando se trataba de las mujeres”, dice Tara Joshi, la coanfitriona de Twenty Twenty, un podcast que examina la cultura pop de los 2000. La coanfitriona de Joshi, Simran Hans, sitúa esta ola de misoginia como una respuesta al movimiento riot grrrl de principios de los 90, y la cultura feminista que popularizaron las Spice Girls a finales de los 90. “Fue una reacción a la tercera ola de feminismo en los 90”, dice Hans. “Tuvimos el ascenso de las chicas rebeldes y esta afirmación de ser una ‘una de ellos’. Los 2000 se sintieron como un castigo a las mujeres por tratar de meterse a la acción”. 

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Junto con el auge de esta cultura de obsesión con las celebridades vino otra tendencia peligrosa: la talla cero. La positividad corporal no existía en los 2000. El cuerpo ideal era pura clavícula y huesos de la cadera prominentes. Las It girls de la época, como Mischa Barton o Paris Hilton, eran extremadamente delgadas. En la televisión y las películas, las mujeres de tallas grandes eran figuras para reírse, como “Mónica gorda” en los flashbacks de Friends, o no podían ser amadas, como el personaje en traje de gorda de Gwyneth Paltrow en Amor ciego. Bridget Jones, la mujer común del periodo, estaba en una batalla continua para perder peso, a pesar de que solo era talla 12. (Al mismo tiempo, algunas de las franquicias de películas más grandes del periodo, como American Pie, eran fantasías sexistas en las que hombres nerds obtenían su derecho divino de tener sexo con mujeres atractivas). 

Las fuerzas del body shaming y la crueldad hacia las mujeres jóvenes convergieron desastrosamente. La revista Heat sacó un especial de celulitis en 2004, en el que encerró con círculos blancos los parches de grasa en las piernas de Martine McCutcheon y Beyoncé. En su autobiografía The Celeb Diaries (2008), el exeditor de Heat Mark Frith habla de buscar imágenes de mujeres que se vieran “terribles”, antes de imprimir imágenes de Jennifer Lopez con celulitis en sus muslos. Para las adolescentes, el mensaje estaba dentro de un círculo blanco en la portada de nuestras revistas favoritas: si tus muslos se tocaban, no te estabas esforzando lo suficiente. 

“Recuerdo que leía constantemente titulares sobre cómo Charlotte Church era talla 12”, dice Hans. “La cultura de la dieta era tan extendida, y no estaba atada aún con el bienestar, y pintada de rosa como algo ‘feminista’ y aceptable”. Emerger del pantano tóxico de la cultura de la dieta de los 2000 como una adolescente sin un desorden alimenticio era un reto real. “Tanta gente que conocía tenía desórdenes alimenticios”, recuerda Joshi. “Se sentía como una parte normal de ser una adolescente”. 

Por su parte, algunos de los peores perpetradores de la misoginia aparente de la década se han disculpado por su comportamiento. “Mis acciones contribuyeron al problema… Me beneficié de un sistema que permite la misoginia”, dijo Timberlake el mes pasado en un comunicado sobre sus actitudes hacia Spears y Jackson. En entrevistas que salieron desde que Framing Britney Spears se estrenó, PErez Hilton dijo que ahora “se arrepiente” de la mayoría de sus comentarios sobre ella. Qué tal sinceras son estas disculpas, el tiempo dirá. 

Aún así, cualquier reflexión profunda sobre el comportamiento de la era de los 2000 tiene que reconocer que estas figuras no actuaban solas. Había una audiencia para la crueldad, y éramos nosotros. “Hay muy poca luz entre lo que el público demanda y lo que los medios reportan”, dice Widdicombre. “Si la gente escribe 1,000 historias sobre Britney, es porque hay una audiencia para 1,000 historias sobre Britney. Cualquier reflexión sobre esa era tiene que considerar los hábitos de consumo del público”. 

Las cosas comenzaron a mejorar para las mujeres en los 2010, con el ascenso de publicaciones feministas como la revista Rookie y el llamado feminismo Tumblr. “Se volvieron comunes representaciones más positivas de mujeres”, dice Hans. “En línea comenzó a haber un sentido de comunidad”. Mientras tanto, mientras que los medios tradicionales se desvanecían, la ley de la selva en contra de las estrellas jóvenes cesó (aunque un artículo reciente del Sun que llama a Lovato un “desastre de drogas” representa el estertor de muerte de la alguna vez superpoderosa mentalidad de tabloide).

Esto no significa que seamos más amables con las mujeres en la vida pública, uno tiene que ver cómo tratamos a Meghan, la duquesa de Sussex. Pero el tono de estos artículos es menos descaradamente hostil, su sexismo y racismo es más eufemístico. La misoginia más abierta viene de comentadores anónimos. “Mira los tuits y comentarios de Instagram sobre estas mujeres”, dice James. “Las actitudes que encontrarás no son muy diferentes a las de esos videos de hace 10 años”. 

Lo enfermo de los 2000 no se ha disipado por completo sino que mutó, mientras que la sociedad se informa más sobre la salud mental, y las adicciones al alcohol y las drogas. Como sociedad, somos más progresivos. Dos tercios de las mujeres jóvenes se identifican como feministas, decir eso cuando yo era adolescente era impensable. Aunque no se sienta así, viviendo como lo hacemos en una era pandémica, llena de nostalgia y de imágenes de la cultura pop del pasado, como cuando Britney, Paris y Lindsay estuvieron en la misma camioneta, los 2000 fueron hace mucho tiempo. El pasado fue un país diferente. Espero que nunca regresemos. 

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