Personaje del año 2022: Guillermo del Toro, sus monstruos y el sueño de su vida

Guillermo del Toro quería hacer desde que era un niño su propia versión de Pinocho, algo que con más de tres décadas de carrera logró este 2022, año que lo puso de nuevo en la quiniela rumbo a los premios Oscar.

Amor, cariño, solidaridad, respeto y cine mexicano son palabras que llegan a la mente cuando se pronuncia el nombre del director, uno de los tres grandes cineastas de nuestro país.

El ganador del Oscar por La forma del agua se convirtió en nuestra “Persona del año” no solo por sus producciones y sus acciones a favor de terceras personas, también por su defensa del cine mexicano.

A través de sus películas, Guillermo del Toro nos muestra que los monstruos y las criaturas fantásticas no necesariamente son las que guardan maldad, sino son las mismas personas las que muchas veces son los villanos de las historias.

Tal como en el Frankenstein de Mary Shelley, el director de Cronos muestra cómo este tipo de criaturas que no son aceptadas dentro de la sociedad, tema que se profundiza en su versión de Pinocho, historia de Carlo Collodi que él mismo reconoció tenía semejanzas con el Moderno Prometeo.

“Para mí es igual que Frankenstein. Son dos historias que hablan de la soledad que viene con el nacimiento como ser humano (…) Eso son Pinocho y Frankenstein, una criatura que nace sin entender el mundo y que lo va descubriendo poco a poco”, aseguró respecto a las semejanzas en torno a las obras literarias.

El cineasta nació el 9 de octubre de 1964 y desde pequeño quedó sorprendido con las criaturas de los mundos de fantasía, por lo que cuando se hizo adulto consideró que estos seres lo adoptaron y se convirtieron en parte de su familia.

“Estaba perdido cuando me encontraron, los monstruos. Ellos también eran marginados de este mundo absurdo que exigía una perfección imposible y no devolvía nada… Los monstruos son hasta el día de hoy una verdadera familia para mí”, dijo Guillermo del Toro en el catálogo de su exposición En casa con mis monstruos.

Sin embargo su fascinación por los monstruos no fue aceptada por toda su familia, sobre todo por su abuela, quien era una católica muy estricta y quien incluso lo quiso “curar” sometiéndolo a un exorcismo.

“Mi abuela me exorcizó dos veces porque creía que de verdad estaba poseído. A los seis años me enviaba al colegio con chapas de refresco en las botas para que me sangraran los pies y purgara el pecado original (…) Por eso mi imaginación siempre fue mórbida”, dijo el realizador mexicano en 2006 sobre sus años de infancia.

A pesar de ello el director siguió su camino, marcado por la película de terror Wuthering Heights, de William Wyler; así como por los trabajos de Alfred Hitchcock y Luis Buñuel, quienes se convirtieron en sus gurús en el arte de la dirección cinematográfica.

Cronos fue su primer largometraje y con él ganó nueve premios Ariel, lo que representó la cúspide de sus primeros trabajos cinematográficos: los cortometrajes Doña Lupe y Geometría.

Fue en esos tiempos que ya conocía a Daniel Giménez Cacho, a quien invitó porque ya habían trabajado antes. “Lo que recuerdo es que me divertí muchísimo con él”, dijo el actor en entrevista para La-Lista.

El intérprete de Bardo recordó una anécdota de aquellos tiempos. “Él tenía la engrapadora, estas de pared, pistolas que yo uso en la escena. Entonces me dijo: ‘Ten cuidado porque aunque no tiene grapas, el percutor duele'”. Luego se lo hizo en su mano y dijo “duele un poco, mira, prueba”.

“Y yo lo pruebo en mi mano y siento el pasador, y le digo ‘ay sí, sí duele’. Luego veo mi mano y tengo una grapa metida y le digo ‘vete la mano, guey, y él también tenía una grapa metida‘. Para que veas el tipo de cosas insólitas que provocaba él por divertir y jugar. Tiene un espíritu muy lúdico”, añadió.

A pesar del éxito que tuvo dentro del cine detrás de producciones como Blade II, el jalisciense obtuvo un mayor reconocimiento en 2006 cuando lanzó en la pantalla grande El laberinto del fauno, una cinta ambientada en la Guerra Civil española y que le mereció seis nominaciones al Oscar, gala en la que ganó tres reconocimientos.

Pasaron más de 10 años para que regresara a los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, pero en esa ocasión para levantar el Oscar a la Mejor Película y Mejor Director, esto gracias a su filme La forma del agua. La cinta obtuvo 13 nominaciones, de las que ganó cuatro.

“Soy un inmigrante, como Alfonso y Alejandro, mis compadres; como Gael y Salma, y como muchos muchos de ustedes. En los últimos 25 años he vivido en un país que es de todos nosotros: tiene partes de aquí, de Europa… de todos lados. Y yo creo que lo mejor que hace el arte, nuestra industria, es borrar las líneas en la arena, debemos continuar haciéndolo, y más ahora cuando el mundo nos dice que las profundicemos”, afirmó Guillermo Del Toro en la gala de 2018 cuando recibió el premio a Mejor Director.

Con ese reconocimiento Guillermo del Toro se sumó a Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu como los directores mexicanos que levantaron la estatuilla dorada en la máxima competencia.

Si el mundo ya tenía bajo la lupa al director de Hellboy y Titanes en el pacífico, con mayor atención voltearon a ver al cineasta, sobre todo que en el último año tuvo una vida muy activa, la cual inicia a finales de 2021, cuando estrenó en algunas salas El callejón de las almas perdidas.

Esta nueva versión contó con los estelares de Bradley Cooper, Cate Blanchett y Rooney Mara, entre otras figuras de la actuación. Sin embargo su previo estreno en EU tuvo como fin el que llegara a la temporada de premios de 2022, por lo que en el resto del mundo tuvo su estreno los primeros meses de este año.

Aunque esta película tuvo una aceptación regular, pues recaudó en taquilla apenas 39 millones 629 mil 195 dólares, según datos de Box Office Mojo, la mirada del público estaba atento a otros dos proyectos que lanzó este mismo año: El gabinete de curiosidades y Pinocho, ambos proyectos que llegarían hasta fin de año de la mano de Netflix.

Del Toro convocó a varios directores para El gabinete de curiosidades y cada uno dio su versión de un monstruo o historia de terror diferente, fue así como se exploraron las historias de terror cósmico de H.P. Lovecraft con miradas frescas en el marco de Halloween.

Aunque desde hace décadas reside en Estados Unidos, Guillermo del Toro muestra su amor por México, en especial por Jalisco, el estado que lo vio nacer hace en 1964. Fue por eso que cuando vio que el cine mexicano atravesaba por una crisis, no dudó en alzar la voz.

A finales de noviembre la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) reveló que debido a una crisis financiera, provocada por falta de estímulos por parte de la Secretaría de Cultura, no podría llevar a cabo la ceremonia de los premios Ariel en 2023.

Fue por ese motivo que el director de La cumbre escarlata mostró por primera vez a sus seguidores su enojo hacia una persona o institución, pues en la memoria de los usuarios de internet no hubo algún otro momento en el que Del Toro estallara.

“La sistemática destrucción del Cine Mexicano y sus instituciones – lo que llevo décadas construir- ha sido brutal. Sobrevivimos el sexenio de Lopez Portillo, pero esto no tiene precedentes”, escribió Guillermo del Toro en su cuenta de Twitter, donde también compartió el anuncio de la AMACC.

A esa publicación siguieron muchos otros tuits, algunos de los cuales defensores de la 4T criticaron, pero que los seguidores del cineasta tapatío refutaron y mostraron que el realizador estaba en lo cierto.

Estimado Guillermo, te escribo para contarte la realidad del cine mexicano en esta administración. https://t.co/97kgKOulrV— Alejandra Frausto (@alefrausto) November 25, 2022

Fue esa acción lo que provocó una inmediata respuesta de la Secretaría de Cultura y de su titular, Alejandra Frausto, quienes dijeron que el diálogo permanecía abierto y que el cine mexicano seguía recibiendo apoyo a través de otras instituciones, como el Imcine.

La publicación del cineasta también provocó la generación de una conversación entre las autoridades culturales y Leticia Huijara, directora de la AMACC, para poner atención a la situación que atraviesa la organización.

Si el 2022 fue el año de Guillermo del Toro, noviembre fue el más importante, pues a mediados recibió uno de los más grandes reconocimientos en su carrera ya que recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aunque no estuvo presente en la ceremonia que se llevó a cabo en el Palacio de Minería de la CDMX, el cineasta participó en un video en el que porta toga y birrete y hace sus primeros “goyas” en la vida.

“Eso es lo que hace este momento conmovedor y personal, porque viene de una universidad que ha ido de la mano de la más profunda vida cultural en México. Es un premio que se compromete con lo hecho, pero se compromete con lo que va a venir, con lo que está por venir”, dijo el director.

En su discurso de agradecimiento también le dedicó unas palabras a los jóvenes, público al que otras veces se ha referido para que hagan lo que les apasiona. En esta ocasión el ganador del Oscar les comentó que si bien es difícil el camino, está abierto y es legítimo, además que como él mismo pudo, también ellos podrán recorrerlo.

El primer ¡#GOYA! de Guillermo del Toro, quien recibió el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional. Míralo en el video de #UNAMGlobalTV. ? pic.twitter.com/QRyZwamgoa— UNAM (@UNAM_MX) November 17, 2022

Guillermo del Toro se emocionó tanto con el doctorado honoris causa de la UNAM que en diciembre fue una de las cosas que presumió durante su entrevista con el comediante Jimmy Fallon en su programa.

“Esta es la mejor, la más grande, la más famosa universidad en América Latina, Universidad Nacional Autónoma de México. Sólo puedes escribir recetas si tienes el sombrero, ¿sabes?”, dijo el cineasta a Fallon, quien le preguntó si le debía decir por su nombre o doctor Del Toro.

A finales de noviembre también llegó a salas el que se trató del sueño de su infancia, la creación de su propia versión de Pinocho, un trabajo que le llevó más de 10 años de su vida y que logró su objetivo, pues además que se volvió una de las cintas más vistas también tuvo el cobijo de los cinéfilos de todo el mundo.

Cuando inició el 2022 hubo comentarios sobre cuál de las películas de Pinocho resultaría mejor, si el live-action que preparó Disney o lo que traía entre manos el mexicano. Tras su estreno, la respuesta quedó manifiesta no solo por parte de los espectadores, también de la crítica especializada.

Sin embargo su llegada a salas de cine causó polémica porque llegaría a México a través de Cinemex, pero Guillermo del Toro reveló que esto no sería así porque la cadena se echó para atrás. Entonces hizo un llamado para que salas independientes lo contactaran para hacer proyecciones especiales del filme.

La convocatoria tuvo éxito en todo el país, pues diferentes ciudades de la República Mexicana se sumaron a los espacios que presentaron la historia ambientada en la Italia de Benito Mussolini.

Cine Tonalá, la Cineteca Nacional, Cinedot, la Filmoteca de la UNAM y más espacios fueron algunos de los que le abrieron la puerta al Pinocho de Guillermo del Toro previo a su lanzamiento en Netflix.

Según datos de Box Office Mojo, Pinocho recaudó 71 mil 614 dólares a nivel mundial desde el 24 de noviembre, previo a su estreno en streaming. Además se reveló que estará presente dentro de la temporada de premios 2023.

Tres nominaciones en los Globos de Oro y tres en los Critics Choice Awards forman parte de los reconocimientos que ya le dio la crítica especializada, poniéndola a su vez en el camino rumbo a los premios Oscar 2023, lo que llevaría al cineasta de nuevo a la Meca del Cine.

“Hace mucho que no trabajo con él, no sé cómo haya cambiado porque imagínate la carrera que hizo después de la invención de Cronos, tan impresionantes todas las películas que ha hecho. Lo que hizo con Pinocho, que me parece preciosa y profunda película, me encantó, pero no sé ya cómo sea trabajar con él”, dijo Giménez Cacho.

El director termina el 2022 a lo grande. Además de una exposición en el MoMA de Nueva York sobre la magia detrás de Pinocho, en México culminó con la proyección de su última cinta en el Zócalo de la CDMX, una plaza en la que en tiempos prehispánicos se rendía honor a los dioses y los gobernantes, pero donde ahora cerca de 10 mil personas reconocieron y alabaron la maestría de Guillermo del Toro.