Haces películas para que la gente las vea, no para tu sala de tv: Claudia Sainte Luce

El dilema entre perseguir tus sueños y sufrir o apostar por una vida cómoda con sus bemoles es una de las crisis por las que toda persona pasó en algún momento, tal como lo muestra la directora Claudia Sainte Luce en su filme Amor y matemáticas.

La cinta abrió la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) 2023 y se llevó los aplausos de la crítica y los asistentes a la gala en la Perla Tapatía.

Billy Lozano (Roberto Quijano) es el protagonista de la película. La historia gira en torno a un hombre que antes perteneció a una banda musical, pero que renunció a todo por una vida aburrida en una zona acomodada a las afueras de la ciudad. Sin embargo todo su mundo corre peligro cuando conoce a Mónica, una antigua fan.

Claudia Sainte Luce contó en entrevista para La-Lista que la cinta surgió gracias al guion de Adriana Pelusi, a quien conoció hace 10 años en un taller de guion. Movió su proyecto, pero siempre querían cambiarle cosas hasta que se la ofreció a la cineasta de Los insólitos peces gato.

Tras una conversación que tuvo con el actor Roberto Quijano, coincidió que una de las particularidades de Amor y matemáticas es que aborda un momento en la vida de las personas que pocas veces se ahonda en las pantallas: el momento en que un joven tiene que aceptar la vida adulta.

Ella tampoco escapó de ese problema en su vida, pues hubo un momento en que su sueño era convertirse en cantante, pero esto no fue posible y su camino se encaminó a la pantalla grande.

“Yo quería ser cantante de un grupo pop. Incluso hubo una revista de Gloria Trevi que solicitaba chicas y mandé mi CV. Gracias a Dios no quedé porque yo no estaría aquí, sino posiblemente en Brasil. Pero también seguí mi sueño”, dijo.

La directora contó que seguir su sueño en el cine no fue fácil, pues como directora tiene problemáticas como ver que de pronto una película funciona para el público, pero otra no y es esto último lo que más le pega al ánimo de los creadores.

“Hasta a la gente que es talentosísima le pega. Tal es el caso de Iñárritu, quien esperaba mucho de Bardo. Quieras que no, te afecta cuando la gente no la puede entender o no la recibe como tú esperabas porque hay una presión de lo que esperan de ti y si no se cumpla, te sientes vulnerable. Te plantes seguir o no seguir, tienes qué reafirmártelo entre cada pausa de proyectos. Es el vacío más grande que hay“, comentó.

En su caso pasó tras el lanzamiento de Los insólitos peces gato, cinta que en 2013 aclamó la crítica especializada. Su siguiente filme fue La caja, que se trató de un proyecto más críptico. Como fue un trabajo de mayor complejidad contó que no recibió un gran apoyo e incluso la autofinanció.

A partir de eso realizó otros filmes que nunca vieron la luz o salieron a pocos festivales, al grado que “me hicieron replantearme si seguir aquí. No haces películas para proyectarlas en tu sala de televisión, las haces para que la gente la vea“.

La cineasta consideró que el cine independiente vive de los festivales y que por ello es que en este momento continúa dentro de la industria, pero que desconoce cómo vaya a ser en el futuro, pues ni las “fórmulas para hacer una película comercial” siempre funcionan.

“Me atrevería a dar el paso a escapar de la vida de Billy. Nunca me ha gustado mucho la comodidad, me lo complico mucho todo”, dijo la directora de Amor y matemáticas respecto a la posibilidad de tener una vida lo más tranquila posible.

Claudia Sainte Luce consideró que la comodidad es tener estabilidad económica, algo que nunca ha estado dentro de sus planes a pesar de que el dinero da la soltura para escribir.

“He decidido complicármela porque podría empezar a dirigir cosas que no tuvieran una trama sustentada, incluso series como de las que hay hoy en día. No siento que haya series mexicanas que se estén haciendo con ganas de crear un contenido de calidad. Puedes acceder a trabajar a esas plataformas, pero hay ciertas cosas y dinámicas que no quiero”, reconoció.

Sobre las posibilidades de que Amor y matemáticas se haga acreedora de premios nacionales o internacionales dijo que la vida le enseñó a esperar sin esperar.

“No puedes estar exigiendo nada a la vida ni estar con la ansiedad de lo que quieres, solo queda esperar sin esperar nada“, comentó la directora mexicana, una de las más importantes de nuestros tiempos.