Guanajuato International Film Festival: 25 años viviendo en el futuro
La fundadora y directora del Guanajuato International Film Festival, Sarah Hoch, ha impulsado desde su trinchera a la industria fílmica mexicana. Foto: José Arrieta

El Festival de Cine de Guanajuato es diferente a todos los demás que se hacen en el país. A diferencia de los otros, no se hace en una ciudad sino en un estado, muchas de sus producciones son gratuitas, arriesgadas, con un aire siempre innovador.

Pero esto no es algo nuevo. Cuando nació, en el año de 1997 bajo el nombre de Expresión en corto, el encuentro cinematográfico de Guanajuato ya daba visos de convertirse en una cita cinéfila diferente a las otras instauradas en el país.

“Siempre fuimos un festival que quería arriesgar, que quería ser incluyente, pero no puedes ser incluyente con 13 cámaras, necesitabas abrir esa posibilidad a jóvenes que tenían historias qué contar y una nueva visión de hacer cine”, señala Sarah Hoch, directora y fundadora del ahora denominado Guanajuato International Film Festival, que iniciará sus actividades este 21 de julio en León.

La realidad era muy diferente en ciertas cosas en el país. A diferencia de esta época, en la que incluso películas grabadas con un celular, como Tangerine hace algunos años, han optado por el Óscar, a finales de la década de los 90 los medios técnicos para hacer cine eran mucho más escasos.

“Empezando desde que casi no había internet cuando empezamos el festival de cine, sí había correos electrónicos, pero era diferente. No había cine digital: eran 16 o 35 milímetros; había trabajos audiovisuales en 1 pulgada o media pulgada, luego llegó Betacam y lo digital. 

“Creo que el festival trascendió desde los primeros años queriendo reactivar una industria cinematográfica con solo 13 cámaras de 35 milímetros en el país, y la mayoría encerradas en una bodega en los estudios Churubusco, que estaban medio cerrados en el momento por el cierre del banco cinematográfico”, recuerda Hoch.

Desde sus primeras convocatorias, el Festival de Cine de Guanajuato no tuvo miedo a experimentar con nuevos formatos que, con el paso del tiempo, se convertirían en la norma de la producción cinematográfica mundial.

“Abrimos a todos los formatos, fuimos sumamente criticados por todas las instituciones cinematográficas de México que éramos irresponsables, que esto no era cine y que era imposible hacer cine sin el celuloide; ya sabemos que no.

“Fuimos los que hablamos primero de realidad virtual, vimos primero las nuevas tecnologías para facilitar y economizar la producción cinematográfica, reducir crews, iluminación, todo lo que abarcaba el 35 milímetros; ser más incluyente y tener más talento dentro de la industria para reactivar al país”, argumenta la directora.

Las puertas se abrieron para producciones de presupuestos reducidos, pero de gran calidad, que pronto comenzaron a resonar en otros espacios cinematográficos. Además, el Festival de Guanajuato ha sido una plataforma de impulso para los talentos nacionales que necesitaban un espacio para presentar sus propuestas.

“Empezamos a apoyar a estos proyectos, a buscar estos espacios de industria. Había muy poca coproducción en México, había un solo espacio de financiamiento para el país. Imcine, con toda la pena, era una productora privada con fondos de la federación, eso cambia en este proceso”, rememora Hoch.

A 25 años de iniciada la gesta de Guanajuato, su fundadora confía en el fortalecimiento de una industria nacional cada vez más fuerte y propositiva, la cual siga manteniendo las puertas abiertas al nuevo talento.

“Yo siento que el éxito de México y su industria, las mujeres en la industria, es esta comunidad comprometida, súper talentosa, incansable en el trabajo, tercos en sus plataformas y su voz.

“Como extranjera, para mí es un gran, gran orgullo celebrar el cine mexicano desde mi pueblo, San Miguel de Allende, y mi estado, Guanajuato”, concluye.

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