Así viven las madres víctimas de violencia vicaria
Para este 10 de mayo, las madres víctimas de violencia vicaria, la que se ejerce a través de los hijos, su mayor deseo es ver y abrazar a sus hijos. Ilustración: Majo Vázquez Díaz

Este 10 de mayo no es un día feliz para todas las madres, en especial para aquellas que son víctimas de violencia vicaria.

Graciela Lozano, una trabajadora independiente en un negocio de comida de 32 años de edad lleva más de año y medio sin estar con su bebé, de 2 años y medio de edad. “Me lo quitaron a golpes”, recuerda cuando dejó de verlo mientras aún le daba pecho. “Hay días en los que no puedo seguir en la lucha sin saber cómo está mi hijo”.

Mantuvo una relación con el papá de su hijo durante seis años donde siempre vio banderas rojas, desde el noviazgo cuando hacía comentarios hacia ella como: “estás loca, eres exagerada, tú no opines, hablas demasiado”, dice, e incluso le pegó dos veces. Aún así decidió vivir con él, las agresiones aumentaron.

“Me empujaba, me jalaba y en el embarazo le bajó un poco porque era de alto riesgo, pero se enojaba si no barría, si no lavaba los trastes”, relata. Además, Lozano dejó de trabajar y de tener comunicación con su familia y fue encerrada en un cuarto de azotea en la casa de su suegra, sin llaves para poder salir. 

Tras una pelea con su agresor, quien la ahorcó y la tiró al piso, le quitó al bebé y lo encerró en el cuarto de su cuñada. Graciela llamó al 911 para poder salir de ahí, se fue con su hija de 8 años de edad y no traía llaves. Fue al ministerio público y la respuesta que recibió fue que se regresara a casa. Cuando trató de hablar con su expareja le reclamó que se hubiese ido y que estaba pagando “las consecuencias de tus actos”. 

Por un tiempo, la dejaba ver al bebé dos horas con vigilancia de algún familiar. Cuando el pequeño cumplió un año, Graciela decidió llevárselo, pero él y su familia se lo quitaron a golpes.

En enero de 2021 se inició un proceso civil y penal, al padre se le concedió la guarda y custodia provisional.

“Hay días que son más dolorosos que otros, en los que cuesta trabajo darte cuenta que te sumergiste tanto (en violencia) y cuando sales la bocanada de aire duele”, cuenta. Graciela

La situación que ha vivido es conocida como violencia vicaria, un tipo de violencia de género definido en 2012 por la psicóloga argentina Sonia Vaccaro, quien señala que la violencia vicaria es aquella que se ejerce sobre los hijos para herir a la mujer. Según la Real Academia Española, vicario es quien toma el lugar de otra persona o cosa; un sustituto.

Natalia Lococo, una ama de casa de 46 años, víctima de violencia vicaria y fundadora del Frente Nacional de Mujeres, fundado en julio de 2021, agrega que este tipo de violencia es el cúmulo de casi todas las violencias (psicológica, económica, patrimonial, sexual, emocional) al utilizar a los hijos e hijas como instrumento para dañar a la madre, es una violencia por sustitución.

En México existe un movimiento que busca visibilizar la violencia vicaria y que lucha por su derecho de estar con sus hijos, así como de impulsar un marco legal que les brinde protección. 

El 31 de marzo de este año Zacatecas se convirtió en el primer estado en tipificar como delito la violencia vicaria, como parte de su Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, pero es el único en todo el país.

Este 11 de mayo, el Frente Nacional de Mujeres se prepara para salir a las calles de la capital y en toda la República Mexicana para marchar en el Día de la lucha contra la violencia vicaria y afirman que no descansarán hasta recuperarlos. 

Paola Ramos, abogada especialista en derecho familiar y perteneciente a la asociación civil Red Abogadas Violeta, cuenta que el hecho de que esta violencia no esté dentro de la legislación hace que las mujeres se enfrenten a un calvario para poder recuperar a sus hijos, pues en el MP o en los juzgados dicen que no pueden hacer nada “porque el menor está con su papá”.

Ramos comenta que los juicios para obtener la patria potestad y guarda y custodia, en las situaciones más favorables y de común acuerdo, puede tardar alrededor de seis a nueve meses. En los casos de violencia vicaria esto puede llevar desde los dos años hasta cuatro o más, y durante todo este tiempo las madres están lejos de sus hijos, mientras el padre no enfrenta ninguna consecuencia.

El punto más crítico es cuando las madres se encuentran sin trabajo, sin recursos económicos, sin redes de apoyo para continuar su proceso. “Es un desgaste emocional, físico, económico y por supuesto mucho tiempo”, comenta Ramos, quien espera que se integre también al código penal federal. 

Lococo hace énfasis en que “no se dan cuenta que no es su papá, es un violentador”.

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La diputada federal de Morena, por el noveno distrito de Tamaulipas, Claudia Hernández, presentó una iniciativa en marzo pasado para incluir la violencia vicaria en la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y la define como: “acciones de violencia ejercida sobre las hijas e hijos, con el objetivo de causar daño a la mujer, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho”. 

La diputada describe a este tipo de violencia como la segunda por razones de género más cruel después del feminicidio, por lo que su inclusión permitiría que las víctimas accedan a modelos de atención, prevención y sanción, así como acciones para proteger a las víctimas de violencia familiar y vicaria, tales como atención, asesoría jurídica y tratamiento psicológico especializados y gratuitos que favorezcan la reunificación familiar y reparen el daño causado.  

“Desafortunadamente no contamos con datos oficiales que nos permitan medir la gravedad del problema porque no se ha legislado al respecto, no hay antecedentes”, señala en entrevista.

Esta iniciativa está detenida porque ha generado posturas a favor y en contra. “De ninguna manera estamos en contra de los hombres, los que se deben de preocupar son los padres agresores. Si los varones son buenos padres, esto no les va a afectar en lo absoluto”, sentencia la diputada Hernández.

En el Frente Nacional de Mujeres lleva casos documentados, Lococo no ofreció una cifra exacta, pero señala que son cientos y que cada día se suman más en los que las mujeres no sabían que eran víctimas de esta violencia, que están en juicios de guarda y custodia o que están amenazadas de que les quitarán a sus hijos.

Hasta el momento, la propuesta fue turnada a la Comisión de Igualdad y Género, en el que se pedirá hacer un parlamento abierto para escuchar ambas posturas y a expertas en el tema. Este se planea realizar en mayo antes del proceso de dictaminación y votación a pleno, y de ser favorable, pase al senado.

10 de mayo lejos de sus hijos

Este 10 de mayo no es un día feliz para todas las madres. Para Lozano será el segundo Día de las Madres que no está con su bebé y asegura que hará lo posible por recuperarlo, que sepa que su mamá nunca lo abandonó.

Lococo, madre de cuatro, lleva más de dos años y medio sin estar cerca de dos de sus hijos menores que le fueron arrebatados por su exmarido, un empresario con el que estuvo casada 13 años y con el que vivió cuatro años de violencia.

Cumplió la amenaza de quitarle a sus hijos y de comprar a los jueces “y se volvió loco”, asrgura, “en su maldad se juntó con gente más mala y eso hizo un cóctel explosivo en nuestras vidas”.

Tras seis años de juicios, demandas, amenazas y corrupción, hoy su lucha no solo está en recuperar a sus dos hijos de 15 y 10 años, sino también con el Frente Nacional de Mujeres para ayudar a otras madres que, como ella y Lozano, les han arrebatado a sus hijos.

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