Elisa Xolalpa, víctima de ataque con ácido: ‘lo que no se nombra no existe, y yo existo y resisto’ 
Elisa Xolalpa fue atacada con ácido en 2001 en la alcaldía Xochimilco. Foto: Lalo Vrutz y Majo Vázquez/La-Lista

La flor de nochebuena significa en latín “la más bella”, y del náhuatl se puede traducir como “la flor que se marchita”. Elisa Xolalpa Martínez planta esta especie con esmero y cuidado en su vivero en la zona chinampera de Xochimilco. Al igual que la nochebuena, ha sobrevivido a las adversidades, pero sin dejarse marchitar.

En 2001, cuando solo tenía 18 años de edad, Elisa sobrevivió a un ataque con ácido perpetrado por su expareja, Javier Ediberto “N”, quien actualmente cumple una condena de solo siete años de prisión por violencia familiar. Su sentencia fue dictada dos décadas después, en 2021.

Elisa se describe como una mujer campesina chinampera que vive y trabaja en la alcaldía Xochimilco de la Ciudad de México. Pero también busca que se le reconozca como una sobreviviente que todos los días se levanta para cuidar de su vivero y para exigir justicia. 

“Hoy me atrevo a nombrar lo que a mí me sucedió porque lo que no se nombra, no existe, y yo existo y resistí y estoy viva. Entonces quiero que conozcan también a esta Elisa”, dice en entrevista con La-Lista. 

Elisa es una mujer de 40 años, con voz y mirada dulce. Originaria de San Luis Tlaxialtemalco, Xochimilco, aprendió el cultivo de las flores y plantas desde que era una niña, pues su familia le heredó esta actividad a la que se dedica aproximadamente el 60% del pueblo chinampero.

De octubre a diciembre es la temporada alta para esta comunidad debido a la venta de cempasúchil y nochebuena. Sin embargo, en su búsqueda por justicia, hay ocasiones en las que Elisa no puede atender su vivero como quisiera, pues tiene que acudir a audiencias o actos de protesta en el Reclusorio Oriente, en la Fiscalía o en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX), a distancias de entre dos y tres horas. 

“A mí me gusta sembrar y producir plantas. Aquí, en las flores que cosecho, he encontrado mucha tranquilidad y resiliencia. Ser de un pueblo originario, que está a tres horas de una Fiscalía ha sido muy complicado, pero de verdad me gusta mucho mi trabajo”, resalta Xolalpa Martínez. 

Cuando Elisa fue atacada con ácido no existía el tipo penal del feminicidio, por lo que la carpeta de investigación que se abrió en 2001 fue por homicidio en grado de tentativa, expediente  que fue extraviado por la entonces Procuraduría del Distrito Federal (hoy Fiscalía de la Ciudad de México).

Aunque actualmente ya existe el delito de tentativa de feminicidio en el Código Penal Federal –y así es como Elisa nombra su agresión–, Javier Ediberto “N” encara un juicio por homicidio en grado de tentativa y sería juzgado en el antiguo sistema penal. 

Elisa Xolalpa confía en que, aunque sea por este delito, su agresor sea sentenciado en los próximos meses y ella pueda recuperar la tranquilidad en la medida de lo posible.

En estos días de diciembre, Elisa y las personas que la ayudaron luego de la agresión están citadas a declarar en el Reclusorio Oriente –donde Javier Ediberto está privado de la libertad– por los hechos ocurridos en 2001. 

“Yo le pido al Poder Judicial que analice todo el contexto de violencia por el cual he atravesado y que se sensibilice con las víctimas, porque son muchas situaciones las que nos atraviesan”, señala Elisa. 

“Ha sido muy complicado, día a día, salir adelante. Yo creo que después de una agresión así no se vuelve a vivir tranquilo, siempre existe el miedo, pero algo que he aprendido en este tiempo es a no temerle a la muerte; ahora todo está en manos de las autoridades”, resalta. 

En mayo de 2023, la activista Carmen Sánchez logró una sentencia histórica (y la primera en su tipo en México y América Latina) de casi 47 años de prisión para Efrén García, quien la atacó con ácido en 2014. La sentencia se ejecutó en el Estado de México, pero en el resto del país estas agresiones siguen siendo consideradas bajo el delito de lesiones. 

El Congreso de la Unión analiza una iniciativa para reformar el código Penal Federal para tipificar los ataques con ácido o sustancias corrosivas –con penas de hasta 22 años de prisión– y garantizar a las víctimas acceso a cirugías reconstructivas. 

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Al igual que la nochebuena, Elisa ha sobrevivido a las adversidades, sin dejarse marchitar. Foto: Melissa Galván/La-Lista

‘Su finalidad era asesinarme’

Elisa tenía 17 años cuando su entonces pareja comenzó a violentarla. Todo empezó con agresiones verbales y luego escaló a violencia física, pero ella pensó que era “normal” y parte de cualquier relación. 

San Luis Tlaxialtemalco es un pueblo donde, reconoce Elisa, predomina el machismo, y hace 22 años estaba todavía más marcada la violencia contra las mujeres porque no eran temas de los que se hablaran. “Todas soportábamos los maltratos, los insultos y los golpes, eran secretos familiares, y así sucedió conmigo”, recuerda.

En 2001 –cuando Elisa acababa de cumplir 18 años de edad– Javier Ediberto la sometió, la ató a un poste y le arrojó ácido, quemando las cuerdas que usó para inmovilizarla, lo que le permitió escapar. 

Elisa corrió por el pueblo con la ropa casi deshecha por el ácido, mismo que quemó el 40% de su superficie corporal. Llegó a la casa de una familia –parientes del agresor– que la resguardó pese a las amenazas de este. 

“Él empleó este método como tortura, porque su finalidad era asesinarme después de rociarme el ácido. Me decía que iba a aventar mi cuerpo al canal y que nunca nadie me iba a encontrar. Hubo una familia que me rescató y por ellos estoy viva”, señala Xolalpa Martínez. 

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Elisa Xolalpa posa para un retrato en su vivero en la zona chinampera de Xochimilco. Foto: Lalo Vrutz /La-Lista.

‘Llegué a decir que había sido un accidente’

Los primeros seis años después de la agresión Elisa estuvo bajo tratamiento médico y psicológico. Trabajó mucho en asimilar lo que le había pasado a su cuerpo, que ha sido intervenido con más de 40 cirugías. 

Incluso, cuando la gente le preguntaba qué le había pasado, Elisa llegó a decir que tuvo un accidente, pues entonces no se sentía con el valor para contar el ataque que sufrió. 

“Estamos en una sociedad en la que nuestro físico es nuestra imagen, y para mí fue muy complicado ver las marcas, las cicatrices, enfrentarme a que la gente me volteara a ver y me preguntara. Llegué a decir que había sido un accidente”, relata.

En los primeros días de su recuperación, agentes del Ministerio Público acudieron al hospital para tomarle su declaración, la cual no pudo firmar por el grado de heridas que tenía. Su mamá fue quien firmó. 

Tiempo después, a los 21 años, Elisa quiso saber qué había pasado con esa carpeta de investigación, pues su agresor había logrado escapar del pueblo. Entonces supo que perdieron el expediente. Tocó varias instancias de Procuraduría, pero siempre recibió la misma respuesta: nadie sabía dónde estaba su denuncia. 

En ese momento Elisa tuvo que desistir de continuar con la búsqueda de su carpeta de investigación, pues no tenía las posibilidades económicas para dar seguimiento. 

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A sus 18 años, Elisa sobrevivió a un ataque con ácido perpetrado por su entonces pareja. Foto: Lalo Vrutz/La-Lista

En 2019, 18 años después de la agresión, Javier Ediberto regresó a San Luis Tlaxialtemalco para agredir y amenazar a Elisa. Fue cuando ella presentó una nueva denuncia por el delito de violencia familiar. El sujeto fue detenido dos años después, en 2021.

El juez que llevó el caso lo declaró culpable, pero solo le impuso una pena de cinco años y la posibilidad de llevar su proceso en libertad con una fianza de 30 mil pesos. Elisa apeló esa decisión y a Javier Ediberto le dictaron una nueva sentencia, esta vez de siete años de prisión. 

La detención y sentencia por violencia familiar abrió las puertas para que Elisa pudiera presionar, una vez más, por la carpeta extraviada en 2001. La ahora Fiscalía capitalina encontró la averiguación en los registros. Para entonces ya habían pasado 20 años de la agresión con ácido. 

“Eso fue como un alivio para mí, porque en algún momento las autoridades dudaron de lo que yo les estaba diciendo. Empecé a pedir que no se quedara en la impunidad este delito y que él fuera juzgado por lo que cometió en 2001, que en ese tiempo sería tentativa de homicidio, pero en realidad fue tentativa de feminicidio”, expone.

En agosto de 2023, a Javier Ediberto se le giró una orden de aprehensión por homicidio en grado de tentativa en agravio de Elisa Xolalpa, aunque recientemente intentó que el delito se reclasificara a lesiones, lo cual fue rechazado. 

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Elisa se mantiene en comunicación con sus abogados. Busca que su agresor sea sentenciado por intento de homicidio. Foto: Melissa Galván/La-Lista

‘Sueño con que ninguna otra mujer sufra esta violencia’

En México no se tiene una cifra exacta del número de víctimas por ataques con ácido. Sin embargo, Nashieli Ramírez Hernández, titular de la CDHCM, reportó que solo en 2022 se registraron 47 ataques con ácido o sustancias corrosivas en contra de las mujeres, y que la Ciudad de México, el Estado de México y Puebla son las entidades con mayor índice en este tipo de violencia.  

Con su caso, Elisa busca mandar un mensaje a quienes ejercen este tipo de violencia contra las mujeres: “que aún así pasen 10, 15 o 20 años van a tener un castigo”. 

Pese a su experiencia con las autoridades que extraviaron su carpeta de investigación y permitieron que su agresor estuviera libre por 20 años, Elisa Xolalpa dice que no tiene más opción que confiar en ellas. 

También espera que la Fiscalía de la Ciudad de México le ofrezca la disculpa pública a la que se comprometió por haber perdido su expediente e impedirle el acceso a la justicia, tal como recomendó en 2022 la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM). 

A la fecha, Elisa sigue siendo víctima de amenazas e intimidación por parte de la familia de Javier Ediberto con la intención de que desista del proceso, pero la mujer campesina chinampera es frontal:

“No lo voy a hacer, y ahora más que nunca me atrevo a nombrar lo que viví, porque quiero justicia y porque sueño con que ninguna otra mujer sufra esta violencia”. 

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Elisa busca que la justicia llegue para ella, aunque sea a 22 años de la agresión que sufrió. Foto: Melissa Galván/La-Lista

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