México, vuélvete salvaje y dale al mundo una oportunidad de reverdecer
Foto: WWF México.

Uno de los principales mensajes que el legendario divulgador científico David Attenborough nos lanza en el documental “Una vida en nuestro planeta” (Netflix) es que a los humanos, se nos ha ido la mano domesticando el mundo, que nos estamos llevando demasiada “vida”, como el naturalista llama a los ecosistemas, por el camino. 

Deshacer lo hecho es cuestión de conservar parte de la Tierra en su estado natural, es decir, volvernos más salvajes. El camino ya está trazado. 

Se puede ver en el Global Safety Net (Red de Protección Global), un mapa interactivo que muestra que si conservamos en su versión silvestre el 50.4% de la superficie terrestre, repartido en regiones estratégicas, matamos dos pájaros de un tiro: cortamos la pérdida de biodiversidad y el calentamiento global.

México tiene un rol crucial en ese esfuerzo, porque de las 846 ecorregiones que se identifican, 45 están entre sus fronteras. Por ejemplo, tiene el ecosistema desértico más rico de la Tierra, el chihuahuense, hogar de diversos cactus endémicos. También, la mayor cantidad de especies de robles, de las 800 que se conocen actualmente.

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“Se habla de zonas ‘importantes’ o ‘sexys’ a preservar, porque son las más icónicas. Pero la gran biodiversidad que compone un país tiene diferentes ecosistemas que, por pequeños que sean, pueden tener una gran riqueza por las especies que existen en esa región”, explica a La-Lista Raúl Estrada, representante de la ONG Avaaz, en relación a las áreas que componen ese 50.4%.

Avaaz apoya al proyecto del Global Safety Net dando difusión al esfuerzo que realizaron ocho científicos de diferentes universidades y organizaciones de Estados Unidos para lanzar este estudio, con el apoyo de Google Earth Engine.

Se publicó en septiembre de 2020 en la revista Science Advances bajo el título “La ‘Red de Protección Global’ para revertir la pérdida de la biodiversidad y estabilizar el clima de la Tierra”. 

El estudio es innovador porque, uno, relaciona la preservación de la vida en el planeta con la crisis climática, y dos, traza una red “corredores climáticos” para conectar los diferentes hábitats a preservar. 

Vida diversa y temperatura del planeta

Las regiones que señala el Global Safety Net se clasifican en cinco factores: especies raras, zonas de alta biodiversidad, zonas en las que habitan grandes mamíferos, áreas silvestres intactas y zonas de estabilización para el clima.

Estas características las convierten en cruciales porque significa, que las áreas a preservar prestan servicios ecosistémicos: ayudan a contener el calentamiento global, por ejemplo, con la captura del dióxido de carbono.

“En la costa de Guerrero y Oaxaca, cuando se degradan estas zonas para aprovechamiento turístico, se daña una gran superficie de manglar. Ha sido demostrado que este ayuda a impedir que el agua y el viento arrasen la zona por ejemplo, en una tormenta tropical”, explica Estrada, poniendo un ejemplo mexicano de una área de estabilización climática. 

La meta que marca el estudio es que ese 50.4% salvaje del planeta esté preservado para 2030. Ello, para lograr que el aumento de la temperatura global promedio del planeta esté por debajo de los 1.5ºC. 

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Por encima de ese umbral, “varios ecosistemas serán incapaces de adaptarse y, con un incremento de la pérdida de biodiversidad, pueden colapsar”, afirman los expertos en el estudio. 

Parte del trabajo ya está hecho, primero, porque 15.1% de estas regiones ya están bajo protección. En México, la proporción es superior, ya dispone del 21% de su superficie terrestre protegida. Para cumplir con los objetivos del Global Safety Net, debería incrementarlos en un 16% más, es decir, 32,167 hectáreas más. 

Pero es que además, parte de las áreas a proteger ya están en buenas manos: las comunidades indígenas. El estudio los identifica como los grandes preservadores de la biodiversidad en el planeta. 

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A pesar de que parte de la contribución mexicana ya está hecha falta voluntad política. El estudio le da una puntuación de 4 sobre 10 por las pocas iniciativas dirigidas a mantenerse salvaje. 

“Es importante que esta metas se mantengan con independencia de cambio liderazgo en cada país”, explica Estrada

México, vuélvete salvaje y dale al mundo una oportunidad de reverdecer - Jaguar-WWF-1
Foto: WWF México.

El rey jaguar

Este fue el problema con el que se encontró el Plan Jaguar 2030, una estrategia que se lanzó en 2018 para que catorce países trabajaran en preservar el gran felino de América Latina.

Debido a los cambios de gobierno que ha habido desde entonces en la región, hasta el momento “reporta avances mínimos”, aseguran desde la organización World Wilde Fund (WWF).

WWF puso en marcha la campaña #ReyJaguar, un toque de atención a sus países-hábitat para que no suceda lo que en El Salvador y Uruguay, que se extinguió. 

“Estos animales necesitan de grandes territorios para conseguir pareja. Cuando se hace cambio del uso de suelo, sus poblaciones quedan aisladas y se ven vulnerables a la extinción porque no tienen suficiente superficie o presas para comer”, explica Lucía Ruiz, coordinadora de Biodiversidad de WWF. Es decir, no es solo preservar el animal, sino la continuidad de su hábitat.

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La propuesta está alineada con la estrategia del Global Safety Net porque incluye la creación del Corredor Jaguar entre 30 países para garantizar la movilidad del animal. Ello, “contribuirá significativamente a la mitigación del cambio climático, pues abarca bosques que cubren más de 4.80 millones de km2 y capturan importantes cantidades de carbono estimadas en 125.90 gigatoneladas”, explican desde WWF. 

Además de preservar la diversidad de seres vivos y la temperatura de la Tierra, los expertos señalan otra ventaja de la vida salvaje: evitar la aparición de nuevos virus.

“Esos hábitats naturales podrían protegerse para evitar la conversión y reducir el contacto humano con patógenos que puedan llevar a enfermedades zoonóticas en áreas de alto riesgo”, explica el estudio del Global Safety Net. 

En el episodio “Junglas” de la serie “Our Planet” (Netflix), Attenborough cuenta la historia de una hormiga predadora del amazonas, que alimenta sus larvas con hongos, termina presa y muere a manos de un hongo parásito.

Y concluye, el naturalista: “Limites y contrapesos como estos dan a entender que ninguna especie puede ser dominante para proteger la increíble diversidad de la jungla”. 

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