La papa caliente que el bromance Trump-AMLO le deja a Joe Biden
AMLO y Trump, roces. Foto: The White House.

Donald Trump inició y acabó con el tema fronterizo su presidencia, además, con un leitmotiv monotemático: construir su muro para evitar la llegada en hordas de migrantes, bloquear el paso a las drogas y darle un sentido de seguridad a sus ciudadanos.

En poco más de seis años (desde la precampaña de Trump), lo que inició como una retahíla de insultos y agravios a México se mantuvo  con ciclos extraños dentro de la tribuna que Trump montó en Twitter. Ahí, lo mismo ventiló su furia porque México había aprovechado el TLCAN para tener un superávit comercial muy desbalanceado con EU, que alertaba sobre la llegada masiva de invasores que cruzaban la frontera.

Ahora, el bromance que Trump y Andrés Manuel López Obrador mantuvieron desde que AMLO tomó posesión, dejará varios flancos abiertos en la relación de México con la entrante presidencia de Joe Biden.

Aquí algunos de esos puntos en la papa caliente diplomática, geopolítica, comercial y hasta de amistad entre dos países con ligas históricas.

Migración

Los ángulos son muchos. El tema implica tanto a los mexicanos que cruzan la frontera a EU como los provenientes de terceros países que utilizan a México como paso.

Con la anuencia del gobierno mexicano (aunque nunca lo aceptaron oficialmente), Trump lanzó el programa Remain in Mexico. Como resultado, más de 80 mil solicitantes de asilo a EU (en su inmensa mayoría centroamericanos), fueron trasladados a territorio mexicano para, acá, esperar los resultados de sus trámites ante autoridades estadounidenses.

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Como detalló The Guardian al respecto, la asesora de política interna de Biden, Susan Rice, dijo que los migrantes y solicitantes de asilo no deben creer a los que venden la idea de que la frontera se abrirá a partir del primer día”.

Por su parte, el asesor de seguridad nacional de Biden dijo que Remain en México fue un desastre de principio a fin y provocó una crisis humanitaria en el norte de México.

“Pero poner en práctica una nueva política llevará tiempo”, afirmó.

Todavía no entrega el poder Trump y ya viene una nueva caravana de miles de migrantes desde Honduras. Por el momento, ha sido contenida en Guatemala a base de toletes y golpes, pero no se descarta que penetre a México. 

En este caso, ya los espera la Guardia Nacional, la cual AMLO, como parte de su bromance con Trump (y por ceder al chantaje de tarifas a las exportaciones) puso como un auténtico muro de contención a esas oleadas de migrantes.

El reto para Biden será desfazer los entuertos que generó Remain in Mexico sin exacerbar un movimiento migratorio hacia EU y agravar la crisis en la frontera norte del país.

Mantener la agenda comercial bilateral

A pesar de que Trump criticó el superávit comercial que tiene México sobre EU, las exportaciones hacia el norte no dejaron de fluir. Inclusive en el 2020 pandémico, la cifra a favor en la balanza comercial será de entre 112,000 y 115,000 millones de dólares. 

Se supone que un gobierno del Partido Demócrata como el de Joe Biden estaría más del lado de los sindicatos y gremios en EU, que siempre han criticado los acuerdos de libre comercio de su país.

Además, Biden tiene sobre la mesa las quejas de empresas en sectores poderosos de la economía de EU (sobre todo la energética) que esperan se presione a la 4T por las cortapisas a las inversiones y con lo que algunos consideran, exageradamente y sin sustento, intentonas de expropiación.

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A AMLO le va interesar mantener el superávit comercial, así como evitar que, como Trump (su amigo) Biden ponga el ojo en temas como las remesas. 

Colaboración en seguridad

La relación binacional en seguridad entre los dos países siempre ha estado permeada por la mutua desconfianza. Sean programas como la polémica Iniciativa Mérida, o los acuerdos para que elementos de las diferentes agencias gringas operen en México, no han pasado años sin sus correspondientes escándalos.

El más reciente quizá es el más ruidoso desde el fallido programa Rápido y Furioso (que tanto ofendió y lastimó la relación binacional) es el affaire Cienfuegos.

El apresamiento del exsecretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, fue un duro golpe que no sólo puso al régimen de Peña Nieto en la mira, sino que incluyó en la polémica al aparato castrense que rodea a la administración actual.

El que EU lo liberara luego, para permitir que México lo investigara fue, un segundo episodio extraño. A ello le siguió su exoneración por parte de la Fiscalía General de la República.

Hasta ahí, la polémica ya era formidable, pues EU había pedido esa investigación y procesamiento del general que nunca llegó. Pero lo peor fue cuando AMLO dijo que la DEA había inventado los cargos e hizo público el expediente en que EU se basó para acusar a Cienfuegos.

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Ya previamente, el gobierno mexicano había reglamentado el accionar de los agentes de la DEA en el país, eliminando de tajo aspectos como confianza y la efectividad de la inteligencia en sus labores de campo.

Esta semana, AMLO dijo que no habría conflicto con la Casa Blanca por el caso Cienfuegos. Sin embargo, no se sabe a qué Casa Blanca se refirió. Si a la que deja Trump o la que habitará Biden.

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