Personaje del mes | La migración siguió pese a los riesgos en México
Ilustración: Luis Alberto Cruz / La-Lista.

Si a María no le hubieran apuntado con una pistola en la cabeza, estaría en El Salvador. Si su esposo no la hubiera amenazado de muerte, estaría preparándose para la fiesta de fin de año junto a sus dos hermanas. Pero no es así. María se encuentra a más de mil 600 kilómetros de su hogar, en un refugio para migrantes de la Ciudad de México.

Hace seis meses, María aprovechó que su pareja, un pandillero de la MS, salió con sus amigos. En una hora y media recogió sus documentos y los de su hijo, pensó a dónde podía escapar y llamó a la policía para explicar el maltrato que sufría. Los elementos de seguridad acudieron a su domicilio y la sacaron de la colonia, pero solo eso. La dejaron en medio de una carretera de Soyapango, en el distrito de San Salvador.

Sin muchas opciones, María llamó a su patrona, quien la había contratado hace ocho años en un negocio de pantalones. Su jefa le ofreció llevarla a México y ayudarle con sus trámites de refugio por 500 dólares. Fue así como llegó a Tapachula, Chiapas, municipio en el que permaneció hasta hace unos días, cuando arribó a la capital del país.

“Ya no puedo volver a El Salvador”, dice María, quien pide no revelar su verdadero nombre por temor a que su agresor la encuentre. “Mi pareja ha ido a amenazar a mis hermanas porque yo me fui, va contra ellas porque me quiere dar donde más me duele”. 

La joven salvadoreña, de 30 años, es parte de la ola migratoria más grande de la historia en México. Según cifras oficiales, 123 mil 187 extranjeros solicitaron refugio en el país en los primeros 11 meses de este año, algo que no se había visto antes.

Durante diciembre ocurrieron tres sucesos que visibilizaron la crisis migratoria: un accidente de tránsito en Chiapas en el que al menos 56 personas extranjeras murieron y más de 100 resultaron lesionadas; una caravana migrante llegó a la Ciudad de México y tuvo un enfrentamiento con la policía capitalina, y la reactivación en Estados Unidos del Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), impulsado en el gobierno de Donald Trump y, ahora, retomado por el demócrata Biden, al que el gobierno mexicano se ajustó bajo el nombre de Quédate en México. Por esto, en La-Lista elegimos a la migración como el personaje del último mes del 2021.

Más migración, más vigilancia y más riesgos

El 2021 será recordado por la cifra récord de migrantes que llegó a México. El número histórico de solicitudes de refugio es una muestra. Al mismo tiempo, las autoridades federales también alcanzaron un máximo en el registro de detenciones.

Un total de 252 mil 526 migrantes fueron detenidos con fines de deportación entre enero y noviembre del 2021, de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob), mientras en el mismo periodo del 2019, antes de la pandemia de Covid-19, habían sido 175 mil 877. Chiapas, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Coahuila fueron los estados donde se llevaron a cabo más retenciones este año.

Por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración (INM) han frenado el avance de los extranjeros con el argumento de que el tránsito hacia Estados Unidos debe ser “ordenado”. La decisión de incluir a la Guardia Nacional en operativos migratorios ha sido cuestionada por defensores de derechos humanos, ya que ese cuerpo de seguridad está conformado por militares y marinos que anteriormente se encargaban de combatir al crimen organizado.

“En el afán de contener la migración hacia Estados Unidos, el gobierno de ese país, así como los de México, Honduras, Guatemala, El Salvador y otros países latinoamericanos están endureciendo y militarizando las políticas migratorias, sin medir el costo humano de estas medidas”, criticaron hace una semana en un comunicado organizaciones sociales dedicadas a la defensa de los derechos humanos de los migrantes.

Las ONG han advertido que la intensificación de la vigilancia ha provocado que los migrantes prueben métodos de viaje y rutas alternativas para llegar a Estados Unidos, sin importar que eso implique más riesgos.

Pusieron de ejemplo lo ocurrido el pasado 9 de diciembre, cuando un tráiler se volcó en una autopista de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. El accidente provocó la muerte de, al menos 56 migrantes que eran transportados al norte del país y más de 100 resultaron lesionados.

Un video de seguridad difundido en medios de comunicación mostró que antes del accidente el tráiler pasó por una caseta con vigilancia migratoria, pero nadie hizo una revisión del camión que transportaba a los afectados.

La letalidad de ser migrante sin documentos en México tiene más ejemplos. Un estudio de la Unidad de Política Migratoria de la Segob indica que entre el 2014 y 2019 por lo menos 338 migrantes murieron en México, de los cuales 114 fallecieron en un accidente vehicular, es decir, una tercera parte.

“En cuanto a los accidentes vehiculares ‒que por lo general se dan a bordo de camiones‒, estos responden al hecho de que las personas buscan rutas alternas para evadir controles migratorios, por lo que optan por trayectos que resultan riesgosos debido a las malas condiciones de los caminos”, señala el informe Morir en el camino: fallecimientos de personas migrantes en México.

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Infografía: Luis Alberto Cruz / La-Lista.

“Quédate en México”: el muro de los migrantes

Expertos y defensores de derechos humanos no tienen dudas: detrás del endurecimiento de la política migratoria hay un acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y el de México para que los migrantes no lleguen al norte.

“Este fue el año donde más movilización de personas hemos visto y en el que el gobierno más se ha empeñado en seguir las instrucciones de las autoridades norteamericanas”, critica Gabriela Hernández, directora del refugio Casa Tochán e integrante de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras Migrantes.

En entrevista, la experta pone de ejemplo la reinstalación del MPP a principios de diciembre. Con este programa, conocido como “Quédate en México”, Estados Unidos envía migrantes a la frontera norte mexicana mientras resuelve sus solicitudes de asilo.

El MPP, creado en 2019, fue suspendido por el presidente Joe Biden al llegar a su cargo, pero un juez ordenó reinstalarlo. Tras una reunión entre representantes de ambos países, el gobierno de México aceptó recibir a los migrantes de nuevo.

“El programa Quédate en México no lo puedes llevar a cabo si no estás preparado para atender a los migrantes, solo lo están haciendo para cansar y aburrir a la gente”, señala Hernández. “La aceptación del programa es otro gran error del gobierno mexicano”.

El Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), una de las asociaciones civiles más críticas del MPP, señaló a mediados de este año en un pronunciamiento que más de 72 mil personas migrantes fueron retornadas a nuestro país con Quédate en México.

Imumi añadió que con el MPP las personas migrantes han tenido que esperar hasta 15 meses en refugios improvisados y condiciones de hacinamiento en la frontera norte, hasta que los jueces de Estados Unidos determinan si pueden entrar o no a ese país.

“El regreso a dicha política inhumana exacerbaría las condiciones e inseguridad para quienes solicitan asilo en la frontera de Estados Unidos con México”, alertó Imumi hace cuatro meses, antes de que se reestableciera el MPP.

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La perseverancia de los migrantes

Pero ni la Guardia Nacional ni el programa Quédate en México frenaron el andar de los migrantes, quienes sufren múltiples abusos en su trayecto hacia los Estados Unidos. Solo en este 2021 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió mil 513 quejas por violaciones a las garantías de este sector poblacional.

Las quejas por violaciones a derechos humanos contra migrantes han ido en aumento desde el 2017. Ese año la CNDH registró 574 quejas y para este 2021 crecieron 163%

El último episodio de violencia contra los migrantes se vivió en la Ciudad de México el pasado 12 de diciembre, cuando una caravana llegó a la capital procedente de Chiapas y se enfrentó con elementos de la policía capitalina que le estaban obstruyendo el paso.

El choque entre los migrantes y los uniformados ocurrió a las afueras de la ciudad, en la autopista México-Puebla, y dejó un saldo de 13 policías y cuatro extranjeros lesionados.

Después de esto, el INM informó en un comunicado que entregó visas humanitarias a 100 personas, a quienes distribuyó en Sonora, Chihuahua y Nuevo León, con lo que finalmente la caravana fue dispersada.

A pesar de que los migrantes recibieron estas visas humanitarias, Gabriela Hernández, del refugio Casa Tochán, cuestiona que para el gobierno federal esa es otra forma de no hacerse cargo de las personas extranjeras, a quienes se les otorga un documento oficial, pero no se les apoya para iniciar una nueva vida en México.

“El INM sacó un programa de visas humanitarias por un año, pero no hay certeza de que se van a renovar después de ese tiempo”, asevera Hernández. “Con esas visas el gobierno se está lavando las manos de cualquier responsabilidad con las personas que llegan sin hablar el idioma, sin conocer el territorio y sin tener redes de apoyo. Es decir, las deja en la calle y no les ayuda a reinsertarse en la sociedad mexicana”.

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