Emilio Lozoya no saldrá de prisión durante el proceso por Odebrecht, asegura juez
El exdirector de Petróleos Mexicanos Emilio Lozoya acudió a comparecer al Reclusorio Norte este 3 de noviembre, en la Ciudad de México. Foto: EFE/Madla Hartz

La audiencia para revisar la medida cautelar de prisión preventiva justificada de Emilio Lozoya por el caso Odebrecht era el último escalón para que el exdirector de Pemex obtuviera su libertad, pero en 50 minutos el juez de control federal le dejó claro que no saldría de prisión hasta que su proceso termine.

“Prisión preventiva justificada todo el tiempo que dure el proceso”, dijo el juez José Artemio Zúñiga Mendoza luego de enumerar y declarar válidas las razones que dio la Fiscalía General de la República (FGR) para sostener que Emilio Lozoya podía huir en cualquier momento.

Esta audiencia se llevó a cabo porque el 24 de enero de 2022, una magistrada aceptó la apelación de Lozoya y le ordenó al juez de control, quien le dictó prisión preventiva el 3 de noviembre de 2021, volver a analizar los argumentos de la defensa y de la FGR para después dictar las medidas cautelares, sin importar cuáles fueran.

Horas antes de la audiencia, una magistrada le negó a la Unidad de Inteligencia Financiera la impugnación al amparo que Emilio Lozoya ganó para obtener la libertad condicional por el caso de la compra a sobreprecio de la planta de Agronitrogendos. Lozoya estaba a un paso de salir del Reclusorio Norte.

La audiencia se realizó de forma híbrida, ya que el 30% del personal del centro penitenciario estaba contagiado con Covid-19, según dijo el juez por videoconferencia. En la sala del juzgado, sólo se encontraban Emilio Lozoya y uno de sus abogados, Alejandro Rojas Bruneda. El defensor titular, Miguel Ontiveros, así como las partes ofendidas, la UIF y Pemex, y los fiscales, se conectaron en una videoaudiencia que el juez dirigió a distancia.

Nadie habló, sólo el juez José Artemio Zúñiga Mendoza. Primero, expuso el argumento de la FGR sobre la variación de las condiciones que le permitían la libertad condicional de la cual gozó desde que fue extraditado de España a México, en julio de 2020, mientras negociaba con la fiscalía la información de otros exfuncionarios, a cambio de un beneficio en su proceso, llamado criterio de oportunidad.

Después de casi un año de permitirle a Lozoya seguir su proceso fuera de prisión, la FGR cambió de parecer en noviembre pasado después de que fue exhibido cenando en un exclusivo restaurante. Fue entonces que pidió la prisión preventiva al presentar pruebas de una cuenta bancaria con dos millones de euros a nombre de una empresa de la cual Lozoya es accionista, además de contar con una red familiar con poder adquisitivo en Alemania y contactos que lo podrían ayudar a escapar.

Segundo, dijo que Emilio Lozoya salió de México en mayo de 2019. Su defensa negó que se tratara de una fuga y justificó que estaba viajando por su condición como “empresario”. Pero el juez calificó el argumento como infundado, ya que se tuvo que girar una orden de aprehensión y emitir una ficha roja de la Interpol para que regresara al país a enfrentar sus procesos.

Posteriormente, el juez Artemio Zúñiga explicó que el supuesto criterio de oportunidad -que le habría dado la oportunidad de no enfrentar un proceso a cambio de dar información a la FGR- nunca se concretó, pues no se cumplió con una de las condiciones más relevantes, entre estas, el pago de la reparación del daño que asciende a más de 7 millones de dólares.

Sin criterio de oportunidad, ni reparación, las condiciones de Emilio Lozoya cambiaron desde su primera audiencia, en julio de 2020, y aunque respetó su libertad condicional, el juez indicó que eso no era suficiente para que saliera del reclusorio.

Al escuchar estos argumentos, Emilio Lozoya soltó la pluma que sostenía en una mano, se echó para atrás sobre su asiento, volteó a ver a su abogado y se rió. Lo que el juez pronunció fue suficiente para saber que ese 26 de enero de 2022, no obtendría su libertad durante el proceso. De encontrarlo culpable por los delitos de asociación delictuosa, operaciones con recursos de procedencia ilícita y cohecho, alcanzaría una pena mínima de 12 años de prisión o una de 39, como busca la FGR.

El juez de control federal le dio mérito a Lozoya por no violar las medidas cautelares de libertad condicional con un brazalete con geolocalizador, así como por su disposición de colaborar en la investigación, el cual es complejo, pero señaló que esto no era razón para desestimar las otras características que lo ponen en riesgo de fuga.

A pesar de la claridad con la que el juez Zúñiga enfatizó que el exdirector de Pemex no saldrá de la cárcel, su abogado, Alejandro Rojas, dijo que era posible que presenten una apelación contra el fallo del juez. Pero hasta que eso suceda, Emilio Lozoya entrará en la etapa intermedia del proceso, en donde se desahogarán todas las pruebas que la FGR tiene en su contra para asegurar una sentencia condenatoria.

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