‘Y ahora, ¿qué voy a hacer?’: ciudadanos ante el cierre de la Línea 1 del metro

“Y ahora, ¿qué voy a hacer?” es la pregunta que viene a la mente de las personas que utilizan la Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo Metro tras el anuncio que hizo el gobierno de la Ciudad de México de cerrar durante un año dos tramos de este servicio. 

El gobierno capitalino informó que la modernización de la Línea 1 del metro, que corre de Pantitlán a Observatorio, se realizará en dos fases: la primera iniciará en las 12 estaciones que comprende el tramo de Pantitlán a Salto del Agua, a partir de este 11 de julio hasta marzo del siguiente 2022.

Mientras que los trabajos de modernización de la fase dos, que contempla las estaciones de Balderas a Observatorio, comenzarán en marzo de 2023 y concluirán en agosto de ese mismo año. 

Las personas que utilizan este servicio de transporte para llegar a sus trabajos o escuelas comienzan a preguntarse qué harán cuando sea el cierre, las alternativas que pueden encontrar para trasladarse y lo que puede representar en tiempo y dinero. La-Lista recopiló unos testimonios para conocer su situación:

‘¿Yo qué voy a hacer? Va a ser un caos

Aura Sánchez, de 21 años de edad, vive en el municipio de Chalco, en el Estado de México, y es estudiante de la Facultad de Economía, de la UNAM. Para ella, este lunes 27 de junio llegó con doble noticia: el anuncio de la máxima casa de estudios del regreso de clases presenciales para el siguiente ciclo escolar y el cierre de la Línea 1, que ella utiliza para llegar a su escuela. 

En agosto, Aura comenzará el séptimo semestre de la carrera. Antes del anuncio de la UNAM, ella estudiaba de manera bimodal, es decir, una semana en clases presenciales y dos semanas en línea. 

Durante este tiempo, Aura tomaba una combi que sale en el centro del municipio mexiquense de Chalco hacia la estación Gómez Farías, de la Línea1, por 10 estaciones hasta la estación Balderas, transbordaba a la Línea 3 y se bajaba once estaciones después, en Copilco, en el sur de la ciudad para caminar a la Facultad. 

Su recorrido de ida y vuelta es de cuatro horas, si es que no existe algún percance que pueda demorar más su llegada. “En las mañana a veces me esperaba hasta dos trenes para poder subir, en el transbordo también es difícil subir, los trenes son lentos”, comenta, “¿qué va a pasar con las personas que pasan por ahí? ¿yo qué voy a hacer? Va a ser un caos total”.  

La Línea 1 es la que tiene mayor afluencia del sistema. En 2021 tuvo un total de 131 millones 653 mil 415 viajes, seguida por la Línea 2 (Taxqueña-Cuatro caminos) con poco más 113 millones de viajes, y la Línea 3 (Universidad-Indios Verdes) con alrededor de 107 millones de viajes anuales.

La opción que tiene aura es tomar la Línea 9, de Pantitlán a Tacubaya, pero tarda 15 minutos más, y teme que ese lapso se triplique, así como el gasto diario.

“El transporte público en el Edomex constantemente está subiendo, dos o tres pesos. El año pasado el camión que tomaba cobraba 20 pesos, ahora es 26 el pasaje. Yo me llego a gastar 60 pesos diarios”, comenta.

Lo que Aura espera con esta modernización es que los trenes tengan un buen funcionamiento para evitar accidentes, que sean más rápidos y reducir el tiempo de traslado. 

‘De por sí, el metro con la lluvia es un caos

La Línea 1 del metro transporta diariamente a 500 mil pasajeros, según el Gobierno de la CDMX. Rosalinda Cerón, de 34 años de edad, es una de ellas. 

Ella trabaja como administradora en una empresa que se ubica en la colonia Anzures, en el poniente de la Ciudad de México y vive en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl, en el oriente de la Zona Metropolitana del Valle de México. Rosalinda destina tres horas y 34 pesos diarios para llegar a su empleo: de su domicilio llega al metro Pantitlán para abordar la Línea 1 y bajarse en la estación Chapultepec, en un tramo de 17 estaciones. 

“De por sí el metro ahorita con la lluvia es un caos, aunque te vengas con más tiempo llegas tarde, ahora no sé ni cuáles son las rutas alternas porque apenas lo voy a investigar. Me preocupa el horario en que tengo que llegar, va a ser complicado el tránsito”, cuenta. 

A Rosalinda lo que le preocupa además de las alternativas y el horario, es su seguridad. “Tomar rutas peligrosas porque siento que en el metro vengo más segura, pero ya en un transporte en el que se vaya subiendo y bajando gente, sí me alarma un poco”, cuenta.

De acuerdo con las autoridades de la CDMX, habrá servicio de apoyo ofrecido por 220 autobuses de RTP, la Línea 2 de Trolebús (Chapultepec-Pantitlán) y la Línea 4 de Metrobús (Hidalgo-Pantitlán). 

‘¿Qué voy a hacer? ¿cómo me voy a ir?’

Isela Jiménez, de 33 años de edad, vive en el municipio de Chimalhuacán, en el oriente del Estado de México. Trabaja de lunes a viernes, de 8:00 horas a 18:00 horas como auxiliar administrativo en una empresa ubicada cerca del metro Chapultepec, en el poniente de la ciudad. 

Cada día pasa de tres a cuatro horas en el transporte. “El tiempo depende de qué tanto tarde el metro en pasar”, dice Isela, “lo primero que pensé cuando escuché el anuncio fue: ¿qué voy a hacer? ¿cómo me voy a ir?”.

Hasta ahora Isela no tiene una ruta alterna en la mente para llegar a su trabajo. “Ya es momento de ir previniendo”, apunta. Aunque ha pensado en otras líneas del metro como la café o la naranja, esto le implicaría más tiempo, mayor distancia o sumar otro transporte dentro de su presupuesto que es de 50 pesos diarios.

 “Yo digo que sí (va a aumentar el gasto en transporte) porque a lo mejor con la saturación que va a haber en las demás vialidades tendría que tomar otro transporte, no sé”, señala, algo que la afectaría “porque el impacto en la economía ahorita está muy fuerte”. 

Ella espera ver cambios en los vagones porque necesitan mantenimiento. La modernización contempla trenes con 35% más de capacidad, un tren cada 90 segundos y reducción en tiempo de recorrido.  

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