Captura de Rafael Caro Quintero en México, celebrada y sobredimensionada
Caro Quintero fue detenido en Choix, Sinaloa. Foto: Especial

Rafael Caro Quintero, el capo mexicano que eludió la justicia por décadas y lideró el extinto cártel de Guadalajara, fue aprehendido por las autoridades en un golpe simbólico que tendrá escaso impacto en el panorama del narcotráfico en el país.

En la noche del 15 de julio, la Secretaría de Marina (Semar) de México anunció la captura de Caro Quintero, de 69 años, en el estado de Sinaloa, oeste del país.

Según la Marina, Caro Quintero fue encontrado escondido en unos arbustos en la ciudad de San Simón y ahora está en custodia en la prisión de máxima seguridad del Altiplano, Estado de México, antes de su probable entrega a las autoridades estadounidenses.

La captura de Caro Quintero tuvo un alto precio. Durante el operativo, un helicóptero de la Marina se estrelló en la población de Los Mochis, Sinaloa, con un saldo de 14 efectivos de esa secretaría muertos. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador lamentó la tragedia y anunció que las autoridades investigan la causa del hecho.

Las autoridades estadounidenses están detrás de Caro Quintero desde que salió libre de una prisión mexicana en 2013, luego de pagar solo 28 años de una pena de 40 por el homicidio del agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) Enrique “Kiki” Camarena, en 1985. Al momento de la muerte de Camarena, Caro Quintero era una figura importante en el cártel de Guadalajara, el primer grupo criminal dominante en México, que luego se transformaría en el cártel de Sinaloa.

Su liberación anticipada por un tecnicismo no redujo la intención de Estados Unidos de capturarlo.

Lo primero fue que la DEA y luego la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) pusieron a Caro Quintero en sus listas de más buscados.

Tras su liberación, Caro Quintero regresó a sus andanzas. En 2017, contribuyó a la creación del cártel Caborca en Sonora.

Aunque el cártel Caborca se forjó una reputación de sanguinario por mérito propio en el estado, se mantuvo como un actor localizado, y no se conocía a ciencia cierta cuál era la participación de Caro Quintero en él, aparte de darle un nombre conocido.

La reputación del capo también fue revivida por la serie de Netflix, Narcos, donde fue interpretado por el actor mexicano Tenoch Huerta.

Análisis de InSight Crime

El momento de la captura de Rafael Caro Quintero es sospechoso, pues se presenta a pocos días de la entrevista del presidente estadounidense Joe Biden con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la Casa Blanca.

Para algunos analistas, esto no fue coincidencia. David Saucedo, analista de seguridad, planteó que los jefes de Estado habrían llegado a un acuerdo. “Seguramente volvieron a acordar la entrega de narcos de alto perfil, que se había suspendido”, le dijo Saucedo a ABC.

De ser cierto, esto marcaría una continuación de la controvertida estrategia de los capos. El enfoque en la eliminación, captura y extradición de importantes narcotraficantes ha sido una prioridad a largo plazo para Estados Unidos y México. Pero sus resultados no han sido muy visibles en materia de seguridad.

El expresidente mexicano Enrique Peña Nieto declaró al comienzo de su mandato en 2012 que había hecho una lista de 122 objetivos de captura de alta prioridad. Seis años después, 110 de ellos habían sido capturados o asesinados. Pero en ese periodo, los homicidios en el país tuvieron un incremento de 14 por ciento.

Un estudio del Instituto de Guerras Modernas de West Point (Modern War Institute) halló que mantener este énfasis en la eliminación de los jefes de los grupos mexicanos ha sido uno de los factores que ha contribuido a “la infinidad de conflictos con múltiples cabezas, de índole cada vez más local”.

La eliminación de un líder criminal importante por lo general deriva en la fragmentación de un grupo y en conflictos internos. Posteriormente, los grupos criminales de menor tamaño entran a disputarse a sangre y fuego territorios de menor envergadura o economías criminales menos rentables.

El mismo Rafael Caro Quintero se benefició de este hecho. Antes de la captura y extradición de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, el cártel de Sinaloa era el actor dominante en el estado mexicano de Sonora. Cuando el narco más famoso de México salió del juego, el cártel Caborca de Caro Quintero pudo comenzar a disputarse las economías criminales cerca de la frontera con Estados Unidos con las facciones del Cartel de Sinaloa.

La captura de Rafael Caro Quintero implica una vieja deuda con las autoridades estadounidenses. Su captura supone un pasar la página con el asesinato de Camarena, que sigue siendo uno de los momentos más negros de la “guerra antinarcóticos” librada por Estados Unidos.

Pero no hay que hacerse ilusiones sobre el impacto real de esta captura. Caro Quintero había dejado de ser la figura influyente que fundó el cártel de Guadalajara. Su nuevo grupo, el cártel Caborca, tenía gran influencia en Sonora pero nunca estuvo cerca de amenazar la prevalencia o ser una amenaza real para los intereses del cártel de Sinaloa a nivel nacional.

Para Falko Ernst, analista sénior sobre México para el International Crisis Group, esta fue una “captura mayormente cosmética”. En lugar de mostrar políticas antidrogas innovadoras, México mostró un retorno a la “fallida estrategia de los capos en lugar de soluciones integrales. Esto parece respaldar aún más las preferencias operativas del gobierno federal mexicano”, escribió Ernst en Twitter.

Este artículo fue originalmente publicado en Insight Crime. Puedes consultarlo aquí

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