El Cártel de García Luna. ¿Quién sigue para las autoridades de EU?

Genaro García Luna, el exfuncionario de más alto nivel en ser llevado a juicio en Estados Unidos, no actuó solo, acusó el equipo de la fiscalía que logró convencer al jurado de que participó en una empresa criminal continua y otros cuatro delitos por los que podría recibir una sentencia de cadena perpetua.

Junto con García Luna se encontraban su brazo derecho, Luis Cárdenas Palomino, y Ramón Pequeño García, entre otros mandos señalados en el juicio.

A lo largo de cinco semanas, 26 testigos, nueve de ellos colaboradores del gobierno de Estados Unidos, dieron detalles de quiénes eran los principales operadores de Genaro García Luna, principal rostro de la guerra contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón, así como los funcionarios hasta en un cuarto nivel en cadena de mando que han creado complicidades con integrantes del narcotráfico.

El principal mando señalado por varios testigos es Luis Cárdenas Palomino, primer director general de Investigación Policial de la Agencia Federal de Investigación (AFI), perteneciente a la entonces Procuraduría General de la República y que después coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito, de la Policía Federal, cuando García Luna formaba parte del gabinete de Felipe Calderón.

Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, afirmó que Luis Cárdenas Palomino era quien recibía los pagos mensuales de los líderes del Cártel de Sinaloa como brazo derecho de García Luna, iba a las casas de seguridad y se llevaba los pagos en bolsos negros llenos de dólares

Cárdenas Palomino, señaló “El Grande”, acudió varias veces a la casa de Arturo Beltrán Leyva tanto en el estado de Morelos como en la Ciudad de México, en una casa de seguridad ubicada a unas cuadras del centro comercial de Perisur.

Jesús “El Rey” Zambada, hermano del líder de Ismael “El Mayo” Zambada, declaró que él  pagaba aparte sobornos a Cárdenas Palomino para poder operar libremente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y recibir cargamentos de cocaína provenientes de Venezuela, Colombia, Perú  y otros países de Sudamérica entre 2001 y hasta 2008, cuando fue aprehendido.

Quien llegó a ser líder del Cártel de Sinaloa en la Ciudad de México, dijo bajo juramento que Cárdenas Palomino era íntimo amigo de Óscar Paredes, el abogado que les ayudaba como enlace entre el cártel y los altos funcionarios del gobierno federal.

Fue Paredes quien le pagó a Genaro García Luna 5 millones de dólares en el restaurante Champs Elysées en dos reuniones en 2006, declaró “El Rey” Zambada en el juicio, para que le diera protección a “El Mayo” Zambada y a pesar de que sabían que tenía compromisos los Beltrán Leyva.

Ramón Pequeño García, quien fue jefe de la División Antidrogas de la Policía Federal cuando García Luna fue secretario de Seguridad Pública, es otro de los mandos señalados entre los testimonios de los testigos colaboradores del gobierno.

Afrimaron que él también solía estar en las reuniones en las que se entregaba dinero a García Luna y se hacían los acuerdos sobre la expansión del Cártel de Sinaloa.

Armando Espinosa de Benito, quien formó parte de la Agencia Federal de Investigación, fue señalado por “El Grande” como una persona cercana a García Luna, así como un oficial de apellido Zavaleta.

Facundo Rosas Rosas, otro funcionario de la gente de García Luna, fue comisionado de la Policía Federal y fue señalado por el policía federal Raúl Arellano Aguilar,  como uno de los sujetos a los que se les pagaba en el AICM para el trasiego de cocaína. Óscar Nava “El Lobo” Valencia también lo identificó como una de las personas de García Luna. 

A Ramón Pequeño le reportaba Iván Reyes Arzate, un mando medio que llegó a trabajar para Jesús “El Rey” Zambada.

Reyes Arzate colaboraba para integrantes del Cártel de Sinaloa mientras era el funcionario de más alto rango de la Unidad de Información Sensible de la Policía Federal desde donde tenía acceso a datos sobre informantes dentro de los cárteles y sobre operativos.

“El Grande” lo describió como gente cercana a García Luna y llegó a estar en reuniones con Arturo Beltrán Leyva. El agente del FBI José Moreno lo señaló como el agente que retrasó la operación para capturar a Joaquín “El Chapo” Guzmán en Los Cabos en 2012.

También Guillermo Báez, quien solía llamar “padrino” a Jesús “El Rey” Zambada, era de los mandos que le ayudaba a operar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El expolicía federal Raúl Aguilar lo identificó como uno de los policías del grupo especial que se encargaba de bajar cargamentos de cocaína. “El Rey” también confirmó que trabajaba para él y que le llegó a regalar una pistola con empuñadura de oro.

Víctor Garay Cadena fue acusado como otro policía corrupto por testigos colaborativos como “El Grande” y Oscar Nava Valencia, “El Lobo”.

Garay Cadena reportaba directamente a Genaro García Luna y estuvo a cargo del operativo para capturar a Harold Mauricio Poveda Ortega, “El Conejo”, el principal proveedor de cocaína de Arturo Beltrán Leyva, quien tenía una casa hecha a su gusto en el Desierto de los Leones.

El operativo para aprehender a “El Conejo” fue ordenado por Jesús “El Rey” Zambada y estuvo a cargo de Garay Cadena y del mando medio Édgar Bayardo, quien trabajaba directamente para el líder del Cártel de Sinaloa en la Ciudad de México.

Édgar Bayardo murió asesinado en un Starbucks en la colonia del Valle en 2016 después de haberse convertido en testigo colaborativo para SIEDO, de la PGR y la DEA.

El agente Madrigal aseguró haber visto un video de Bayardo afuera de la casa de “El Rey” Zambada y a bordo de una camioneta blanca marca Cherokee. El hermano de “El Mayo” confirmó que él le había regalado esa camioneta, misma que incluyó en su declaración patrimonial.

Bayardo operaba para que “El Rey” Zambada estuviera al mando del AICM y estuvo involucrado en un cargamento de cocaína en un submarino que formó parte de los hechos delictivos incluidos en el cargo de empresa criminal continua en contra de García Luna.

Gómez Meza, de quien no se dio a conocer el primer nombre, fue señalado por “El Grande” como uno de los que colaboraban para el cartel para colocar a los mandos que ellos elegían en distintas plazas, como fue el caso de Vigueras.

Por órdenes del Cártel, Vigueras fue designado como mando en el estado de Sinaloa y “El Rey” Zambada dijo que había sido un éxito.

En el juicio fueron mencionados otros elementos de la Policía Federal hasta en una cuarta cadena de mando solamente por su nombre, sin decir sus apellidos, pero que respondían a mandos medios de la Policía Federal. Entre ellos, Fidel, Jorge y el comandante Eloy, señalado por “El Grande” por trabajar para el cártel.

Victor Hugo García, sobrino de Genaro García Luna, fue otro mando de la policía que recibió miles de dólares de Bayardo para que fuera reclutado en las fuerzas federales y después para lograr que fuera ascendido hasta tener mayor poder de mando y acceso a información que le fuera útil al Cártel.

El equipo de la fiscalía confirmó que los carros que había incluido en su declaración patrimonial eran de las mismas agencias de donde había adquirido los suyos Genaro García Luna.

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