La Reforma Judicial y el empoderamiento de las juzgadoras
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

X: @jenroma27

La Reforma Judicial y el empoderamiento de las juzgadoras
Las condenas son por el asesinato de Leslie Enríquez. Foto: RODNAE Productions/Pexels.

A través de sus sentencias las y los jueces fijan criterios que fortalecen o debilitan la democracia, sus resoluciones tienen jerarquía para darle certidumbre a nuestro país, equilibrar la balanza de las aspiraciones sociales frente al poder político que tiene como práctica excederse en sus atribuciones constitucionales.

¿Cuál es el contexto en el que llegó esta Reforma? Uno muy complicado, que muestra el agotamiento de viejos esquemas: la mayoría de los ciudadanos no confía en la justicia, desconoce el funcionamiento de la Corte y a veces no distingue las diferencias entre fueros locales y federales. Según cifras oficiales de la Fiscalía General de la República y de diversos observatorios ciudadanos, de cada 100 delitos cometidos en México, sólo 10 se denuncian y de esos, 6 llegan a ser investigados y solo 2 se castigan. Esto significa una impunidad del 98%, dato por demás escalofriante. 

Según la Secretaría de Seguridad Federal, hasta el último trimestre de 2020 había 214 mil personas privadas de su libertad en los centros penitenciarios del país. De esos, más de 90 mil internos siguen sujetos a proceso en espera de absolución o condena. Atendiendo el principio de presunción de inocencia, el 42% de los reos no son culpables del delito que se les imputa, siguen tras las rejas y muchos de ellos podrían ser inocentes. 

Así es el entorno en el que se da esta Reforma, justo la que deseaba el ministro Arturo Zaldívar, presidente de la Corte, quien ha construido una buena y cercana  relación con Andrés Manuel López Obrador, logrando el apoyo incondicional del Ejecutivo Federal. Entre ácidas críticas de diversos sectores y el respaldo de la llamada 4T, el presidente del Máximo Tribunal ha operado una serie de transformaciones que se avizoraba casi imposible con AMLO en el poder y durante la pandemia. Un logro que el Poder Judicial de la Federación tendrá que capitalizar para brindar mejores resultados a los ciudadanos que esperan justicia independiente e imparcial, administrada por mujeres y hombres honestos.

Los cambios impactarán a la carrera judicial, se modificarán los criterios de selección y permanencia en el puesto. Se ofrece atacar como nunca antes la corrupción y el nepotismo. Las Controversias Constitucionales sólo procederán en casos de violaciones directas a la Constitución y los recursos de revisión para impugnarlas serán más rigurosos. Ahora la Judicatura Federal podrá concentrar en uno o más órganos jurisdiccionales asuntos vinculados a violaciones graves de derechos humanos, lo que algunos juristas consideran, crea juzgados especiales prohibidos por el artículo 13 de la Carta Magna. Me parece que esta Reforma debe al menos recibir el beneficio de la duda para que su implementación modifique un sistema al que le urge una sacudida histórica.

EDICTOS

  1. El 2021 comenzó con el empoderamiento de dos ministras de la Suprema Corte: el 4 de enero fueron electas Yasmín Esquivel Mossa, presidenta de la Segunda Sala y Margarita Ríos Farjat, presidenta de la Primera Sala. Esta coyuntura, además las convierte en firmes candidatas a presidir la Corte, al concluir el periodo de Arturo Zaldívar en enero de 2023.
  • Otra mujer notable en 2021 es la embajadora Socorro Flores Liera, a quien tuve el gusto de conocer en la Cancillería como Subsecretaria para Latinoamérica y el Caribe, quien será la primera mexicana jueza de la Corte Penal Internacional. Una merecida distinción para integrarse a uno de los tribunales más importantes del mundo.

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