Ni el muro del presidente, ni todos los muros
Lazos

Periodista egresada de la FES Acatlán, UNAM. Siempre aprendiz. Reportera, mamá de Natalia y columnista de Lazos, una publicación semanal que aborda temas sobre liderazgo femenino, maternidad feminista y crianza responsable. Twitter: @betty_corree

Ni el muro del presidente, ni todos los muros
Foto: EFE/ Sáshenka Gutiérrez

Era 8 de marzo de 2020, Día Internacional de la Mujer, en el que muchas, miles, cientos de nosotras salimos a las calles para exigir, hacernos ver, extendiendo los pañuelos verdes y morados para pedir, gritar, exigir: Nos queremos vivas, libres y sin miedo. Ni una menos.

Un hartazgo que ha invadido a todas. La marea verde. Hartas del machismo, de la violencia, de los feminicidios. No importaba la edad, a qué te dedicaras o qué opinión le merecía el feminismo o qué tanto sabías de él. Ciudad de México cimbró con la fuerza femenina en un reclamo colectivo.

Pero no ha sido la única vez en la que las mujeres han luchado y gritado por derribar los muros impuestos a lo largo de la historia. Si recapitulamos dentro de la historia, la que en su mayoría ha sido contada por hombres, nos daremos cuenta que las mujeres hemos transitado siglos de luchas, algunas ganadas con mucho esfuerzo y otras en las que aún no conseguimos la victoria, largas guerras con nosotras mismas, con las familias, con los estereotipos, con la cultura, con la política, con todo.

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Alcanzamos el voto, la inserción laboral, decidir sobre nuestro cuerpo, etc. Un esfuerzo por cambiar la narrativa de nosotras, para nosotras y las que vienen atrás. Por derrumbar muros.

A un año de distancia de esa marcha sinigual, una pandemia nos encerró en casa y a muchas mujeres con los agresores. Las cifras no mienten: las llamadas al 911 relacionadas con “violencia contra la mujer”, en abril de 2020, fueron de 21,722 llamadas. Un promedio de 30 por hora, lo que representa un aumento del 42% respecto a abril del año previo, de acuerdo con el informe Las dos pandemias. Violencia contra las mujeres en México en el contexto de Covid-19, realizado por EQUIS Justicia para las Mujeres, la Red Nacional de Refugios e Intersecta.

¿Las cifras no son suficientes para poner a la mujer como prioridad del gobierno mexicano? ¿Qué hace falta para que se trate el tema con carácter urgente? Ayer Palacio Nacional fue blindado con muros de metal en la víspera de la marca del 8M de 2021. Es entonces cuando la respuesta parece ser clara. A este gobierno no le importa lo que pase con las mujeres, con sus reclamos, con sus miedos, con lo que se vive día a día en la casa y en las calles.

AMLO también mostró su postura frente a las mujeres cuando decidió ignorar el exhorto a romper el pacto. Su muro no es de paz, habla y dice: el patriarcado tiene un nuevo protector. Lo que no ha querido ver es que aunque su muro hable nosotros no volveremos a quedar calladas y derrumbaremos su muro como muchos otros. Ni la pandemia, ni el muro, ni su silencio hará que la fuerza y lucha feminista pare. Que arda el 8M… estamos listas.

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