En derechos de usuarios de telefonía, México quiere llegar a la altura de los grandes países (absolutistas)
Ángel Guardián
En derechos de usuarios de telefonía, México quiere llegar a la altura de los grandes países (absolutistas)
Foto: Gerd Altmann/Pixabay.com

De no ser por los amparos que se han concedido en contra del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, el horrísono PANAUT, México se estaría encaminando a una galería del horror: la de los estados que requieren personales a fin de conformar un registro biométrico.

Se trata de una medida que invade la esfera privada de las personas, quienes de por sí ya tienen la obligación de registrarse con sus nombres reales y datos personales para obtener una línea de telefonía móvil.

A pesar de lo laxo que de pronto somos, México es uno de los países en donde mejor se observan las reglas para obtener teléfonos celulares. Claro que quien quiera estar fuera de la norma (son muchos, y por muchos motivos no necesariamente aviesos), pero la inmensa mayoría de las personas va y se registra para obtener un móvil o una SIM.

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Pero, de acuerdo con la consultora Comparitech, algunos gobiernos buscan aplicar medidas intrusivas, incluyendo tecnologías biométricas, para obtener datos y perfiles personales sin ofrecer claridad en cómo se utilizarán y cómo se protegerán.

Muchos millones de mexicanos ya hemos dado una enormidad de datos biométricos: para obtener licencias de manejo, para tramitar pasaporte, para solicitar visas… hasta para desbloquear los mismos teléfonos móviles.

Sin embargo, nada llegaría a los millones que pudieran engrosar el PANAUT, dado que México ya casi llega a 90 millones de líneas móviles. Si acaso, el INE, con su registro federal de electores se acerca a esos niveles.

Por ahora, las normas de registro biométrico se aplican en Afganistán, Bahréin, Bangladesh, Benín, China, Nigeria, Omán, Pakistán, Perú, Arabia Saudita, Singapur, Tayikistán, Tanzania, Tailandia, Uganda, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela. De acuerdo con Comparitech, aparte de México, también Jordania, Líbano y Liberia están analizando aplicar tecnologías biométricas para sus registros de móviles.

¿Está mal el PANAUT? No necesariamente. Pero para que ya haya amparos en su contra, quiere decir que quienes dudan de su validez encuentran el apoyo de un juez, por lo menos, que da sustento a sus dudas.

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El problema, como dice en un reporte Ponemon Institute, es que la mayor parte de la gente en Occidente no confía en el uso de los datos biométricos que puedan hacer los gobiernos.

Y estamos hablando de Occidente, en donde se supone que las democracias son más robustas y el estado de derecho está mejor anclado. Es decir, no son estados con pésimos récords en cuanto a la libertad de las personas o los derechos humanos. De los estados que refiere Comparitech en cuanto a los datos biométricos para sus registros de telefonía móvil, la mayoría enfrenta enormes áreas de oportunidad en las áreas mencionadas, inclusive Perú, que es el país más comparable a México.

Así que, por ahora, sólo queda ver en qué queda el PANAUT. ¿Confiarías las niñas de tus ojos al gobierno?

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