Que el amor a la UNAM no nuble sus deficiencias
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

Que el amor a la UNAM no nuble sus deficiencias
Foto: Valeria Méndez.

Desde que tengo memoria, en mi casa se heredó un amor por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Mis padres fueron egresados de esa institución y mi papá era profesor de asignatura. Dio clases de Economía por 30 años en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón. Era tanta su pasión por los colores azul y oro, que se hicieron cenizas junto con él.

La docencia para mi padre era una actividad secundaria. Pedía permiso en su oficina para llegar a tiempo a la universidad, donde impartía ocho horas a la semana. Casi siempre en uno o dos grupos. No lo veía como un trabajo, sino como una retribución a su institución. Una niebla romántica como esa nos dificulta a algunos ver los serios problemas que hay en la UNAM. Una nueva deconstrucción.

Contexto uno. El 16 de marzo comenzó el primer paro de actividades en esta institución. Los docentes de la Facultad de Ciencias alzaron la voz para denunciar pagos atrasados y exigir mejores condiciones laborales. Dos meses después el problema escaló en al menos 19 sedes más.

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El 64% de la plantilla educativa de la UNAM son profesores de asignatura, como lo fue mi padre. Cada mes recibía su cheque de 2,000 pesos en promedio. Nunca se quejó, era su segundo trabajo. Sin embargo, hay cientos que dependen de esta labor para sostener un hogar.

El Reporte de investigación especial 135 del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM indica que de 2001 a 2019 ha caído 47.27% el poder adquisitivo de los docentes. “Otra forma de entenderlo es que por cada peso que se pagaba en 2001, en 2019 solo se pagarían 53 centavos equivalentes de 2001”.

Contexto dos. Desde hace dos años la marea verde inundó a Ciudad Universitaria. El movimiento feminista cerró varias escuelas para exigir un alto a la violencia de género. Como consecuencia más próxima fue la creación de la Coordinación para la Igualdad de Género en marzo del 2020.

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A pesar de ello, el problema no ha desaparecido. El año pasado la UNAM recibió 328 quejas por violencia de género; sin embargo, sólo 62 casos recibieron una sanción, según datos que entregó la institución al periódico El Economista en enero de 2021.

La universidad es un microcosmos que presenta muchas realidades que hay en México: desigualdades, violencia, política, entre otras. “La UNAM es de la nación”, ojalá algún día le hagan justicia a ese eslogan. La batalla más grande y complicada que tiene que librar esa institución es contra sí misma.

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