Declinaciones morales no garantizan transferencia de votos
Medios Políticos

Es un periodista especializado en el análisis de medios y elecciones. Tiene posgrado en Derecho y TIC, obtuvo el premio alemán de periodismo Walter Reuter en 2007, fue conductor en IMER y durante 12 años asesor electoral en el IFE e INE, editor, articulista y comentarista invitado en diversos diarios, revistas y espacios informativos. Twitter: @lmcarriedo

Declinaciones morales no garantizan transferencia de votos
El candidato de MC, Ricardo Bours, anunció que apoyará al aspirante de PRI-PAN-PRD, Ernesto Gándara. Foto: Facebook de Ricardo Bours

Poco después del terrible asesinato de Abel Murrieta, candidato de Movimiento Ciudadano en Cajeme, vino un anuncio relevante para la disputa política en Sonora. Ricardo Bours, candidato de ese partido a la gubernatura, anunció en sus redes sociales su apoyo a la coalición del PRI, PAN y PRD, contra la que formalmente compite pero ve mejor posicionada frente a la alianza puntera de Morena, PT, PVEM y Nueva Alianza, que postula a Alfonso Durazo.

Se trata de una suerte de declinación moral, porque su llamado a votar en favor de otra candidatura no puede borrar al propio Bours de las boletas ni transferir los votos que obtenga para alguien más. El propio candidato asegura que su anuncio no debe llamarse declinación sino pacto de unidad. Así lo explicó en su cuenta de Twitter el 17 de mayo: “para que Sonora gane, he decidido ser un factor de unidad alrededor de la candidatura de Ernesto Gándara Camou”. Ahí ataja: “Aclaro que esta no es una declinación. Es un acuerdo de unidad en el que ambos hemos convenido para que Sonora, en unidad, recupere la seguridad y la prosperidad”. Luego hace un llamado a electores para adherirse al priísta Gándara.

Mayo es el mes de estas renuncias simbólicas al voto, porque legalmente ya no pueden modificarse boletas ni replantearse las coaliciones. Algo pueden incidir estos llamados, pronto sabremos, aunque es un error sobreestimar sus efectos porque las y los electores no suelen endosar su intención de voto a un comunicado partidista o a un viraje del candidato a quien perfilaban respaldar en las urnas.

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En mayo de 2015, el candidato Fernando Elizondo, también de Movimiento Ciudadano, declinó por el “independiente” Jaime Rodríguez ‘El Bronco’. Igual que ahora ocurre con Bours, los argumentos eran no dividir, sumar proyectos, unidad por la entidad. Incluso Rodríguez Calderón y Elizondo firmaron un documento al que llamaron Alianza por la Grandeza de Nuevo León. Hoy, eso es historia. En la recta final de ese gobierno, el candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García, es opositor y crítico del Bronco, con el que su predecesor de partido firmó aquella alianza que no fue tal.

En 2017, mayo también, Óscar González Yáñez, candidato del PT a la gubernatura del Estado de México “declinó” en favor de la morenista Delfina Gómez, pero su nombre apareció en la boleta y recibió 65,000 votos (el 1% del total). Sus votos formales no eran transferibles, por lo que la declinación fue solo moral, un esfuerzo por convencer a sus simpatizantes de ya no apoyarlo a él sino a otra candidatura que no funcionó del todo.

Los cálculos de estas estrategias son entre partidos y círculos políticos, no mandatos de base ciudadana y, por eso, la suma de puntos porcentuales tomados de los estudios demoscópicos puede ser engañosa. El 3 de mayo, la encuesta de El Heraldo (telefónica, con muestra de 1,000 cuestionarios) vio a Durazo en Sonora casi 12 puntos (39.1%) arriba de su más cercano competidor: el priísta Gándara, quien tendría 27.3%. Bours estaba en tercer lugar de las preferencias en esa medición, con 13.2%.

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Otra encuesta un poco más reciente (13 de mayo, también telefónica), de la firma Massive Caller, dice que Bours tendría solo 7.3% de las preferencias.

Más allá de que es legítimo hacer coaliciones, alianzas o estos acuerdos de “unidad”, la ley en México impide bajarse del barco cuando está a punto de llegar al destino, cuando faltan solo unos días para que se abran las urnas. Las boletas no van a borrar el nombre de Bours y los votos en su favor no podrá endosarlos a Gándara.

Sonora tiene 2.1 millones de electores y la política de escritorio y reuniones entre cúpulas partidistas acusan lejanía con sus propias bases. Las alianzas pudieron reflejarse en coaliciones formales pero no ocurrió. Veremos el alcance, aunque es un error asumir que una declinación de último momento podría transferir el respaldo que un candidato registra en encuestas a otro candidato de partido distinto, como si partidos y candidatos fueran algo parecido a un flautista de Hamelin que puede conducir voluntades con un comunicado o una carta en Twitter que pide a sus seguidores apoyar mejor al de enfrente.

@lmcarriedo

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