Varios kilos de tierra
Futuros alternos

Es escritor, periodista, locutor, productor de radio y gestor cultural. Sus textos han aparecido en catálogos como Crafting our Digital Futures (Victoria & Albert Museum) y Do Flex Text (Buró Buró).

Ha escrito para Vogue, RollingStone, Revista 192, Esquire, Código, El Universal, entre otros, y colaborado en Imagen Radio, Ibero 909, Reactor, Milenio Televisión, Bullterrier FM y Aire Libre FM.

X: @mangelangeles

Varios kilos de tierra
Foto: Cortesía

Una caja de plástico con varios kilos de tierra. Un aspersor con fertilizante. Unas plántulas que pueden parecer ínfimas ahora pero que prometen ser algún día más que una ensalada, la confirmación de que en un espacio así de pequeño puede caber mucho más que un nuevo trend: una propuesta de solución ciudadana para la crisis que estamos viviendo. 

Me explico: luego de pensarlo durante muchos años he decidido tener un huerto en casa. Siempre he sido eso que en inglés llaman un #plantdude. Mi casa, como la de mis tías y de esas tías imaginarias de muchas de nosotras, siempre tiene plantas. Regalo plantas, crío plantas, invado con mis plantas los espacios que puedo invadir. Me gusta pensar que en ese verdor hay algo de revolución. Pero nunca había intentado sembrar mi propio alimento. Hasta ahora. 

Una caja con varios kilos de tierra, bocashi (una especie de composta), fibra de coco, agrolita (un sustrato de origen mineral) y algunas plántulas de lechuga, calabaza y jitomate, llegaron a casa vía Ollin Quetza, una asociación civil que desde hace siete años tiene un proyecto llamado Campo en la Ciudad. La intención, luego de meses de entrenamiento inconsistente, es que esto sea ya mi huerto. Pero ello, no deja de ser una intención: falta todo el proceso de disciplina que requiere un proyecto así. 

La mera idea de tener una lechuga, encariñarme con ella y luego comerla me parecía algo muy lejano, pero las plantas ya están aquí. En realidad, el compromiso es de otra índole: está relacionado con la necesidad personal de entender la relación que uno puede tener con los alimentos pero sobre todo, con la intención de probar desde inmediato qué tan posible es hacer de un huerto personal un generador de productos consumibles reales. Y todo esto, además, implica un cambio de perspectiva. 

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Pregunto a Magnolia Magos, creadora del proyecto Magnolia. Huerto en casa sobre los beneficios que ha notado tienen las personas cuando tienen una siembra en su propio domicilio y una de sus respuestas me sorprende al tiempo que me alegra: “al ofrecer cuidado a un sistema vivo como es un huerto, las personas tienden a cuidar más de sí mismas cuando se dan cuenta que el huerto les permite tener un ciclo cerrado de energía (lo que dan les es devuelto), practicamos economía circular cuando tenemos un huerto y esto implica que nosotros mismos somos una variable más en el sistema vivo del que estamos cuidando”, dice. Imposible no pensar en tópicos que la pandemia ha traído o hecho más evidentes: la necesidad de plantearnos la forma en que producimos comida, la forma en la que la producción cárnica impacta en el medioambiente, la salud mental y el trabajo de cuidados y autocuidado. ¿Todo eso se puede pensar a partir de unos cuantos kilos de tierra y unas cuantas plantitas?

Las respuestas no las tengo todavía, pero sí muchas hipótesis y plántulas. Toca pensar en compost –y recordar una vez más el planteamiento de Donna Haraway sobre este concepto–, en disciplina y en aprendizaje constante. Toca soñar con azoteas verdes que puedan proveer de alimento saludable a miles de personas, en políticas públicas, en colaboración (¿se imaginan la existencia de huertos comunitarios en todas las colonias que sirvieran como punta de lanza para la participación ciudadana con beneficios inmediatos? Bueno, en ello ya también está trabajando Ollin Quetza con su proyecto Huerta de barrio, del que les platicaré pronto) y, sobre todo, en posibilidad. 

¿Revoluciones verdes y mareas verdes? Suenan bien. De mientras, les sigo contando. 

Miguel Ángel Ángeles es escritor, periodista, locutor y productor en Aire Libre 105.3 FM y gestor cultural. Ha escrito para medios como Vogue, RollingStone, QUIÉN, Esquire, Código,  El Universal entre otros, y colaborado en Imagen Radio, Ibero 909, Reactor,  Bullterrier FM y Milenio Televisión, entre otros. Quiere sembrar lo que se come. Pronto noticias. 

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