Los videojuegos han convertido a mis hijos en esclavos asalariados, pero sin el salario
Foto: Joshua Hoehne / Unsplash.

En la actualidad tres juegos de computadora ocupan la casa: mi hijo de 13 años, a veces con el de 11, juegan Fornite, un juego en el que básicamente le disparan a la gente. Mi hijo de 13 años, también a veces con el de 11, juegan Genshin Impact, un extraño juego de un ambiente de mundo abierto, lo que sea que eso quiera decir. Los avatares se visten como piratas o hadas y andan por todos lados, haciendo tareas y a veces peleando con jabalíes gigantes. El señor Z juega Hitman, otro juego de disparos con historias muy densas, aunque él siempre se las salta y entonces nunca se entera de lo que pasa. La idea es dejar a todos los demás muertos en el cesto de la ropa sucia.

Al ver esto, me siento como la gerente de un taller de explotación laboral. Todo el mundo está muy concentrado, gritan con sus audífonos puestos a personas que puedan estar o no en la misma casa, una cruza entre ingresar información de alta intensidad y un control de tráfico aéreo agotado. Sé lo que debería preocuparme: ¿están recibiendo suficiente aire fresco? ¿Se volverán adictos? ¿Será una buena lección de vida buscarle sentido a dispararle a otros?

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Lo que en realidad me preocupa es que esto se parece mucho al trabajo. Realizar labores repetitivas, monótonas pero absorbentes, con frecuencia muy frustrantes, es exactamente lo mismo que tener un trabajo que apesta. Lo mejor de la niñez, lo que compensa el que la gente todo el tiempo te esté diciendo qué hacer y dónde estar, es que tienes esos años para estar fuera de la economía productiva, en donde nadie piensa en medir tu valor por el valor neto que creas, cuando lo único que tienes que hacer es crecer y ser adorable. Aunque este sea el caso y ninguno de ellos esté dándole valor a nada, en otro sentido son como los mineros, los esclavos del salario sin los salarios. Me preocupa que los niños tengan un propósito serio, una rigidez para la aplicación total del ataque con el trabajo en la mano, que nadie debería aprender del todo sino hasta los veintitantos, contestando emails sin otro propósito que crear más emails.

La mejor solución para mi fue buscar un juego. Juego Five Nights at Freddy ‘s con un visor de realidad virtual. El género es terror indie, lo que significa que es como terror normal pero hay osos y una atmósfera más siniestra. No se parece a tener un trabajo. Es como estar atrapada en una pesadilla que es mucho más real que cualquiera de mis pesadillas. Me encanta.

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